Capítulo 72:

Sin soltar la cintura de ella, Xavier empezó a desabrochar su blusa y a quitar lentamente todas sus prendas, sin dejar de acariciar sus impresionantes curvas, incluyendo su abultado vientre. Tamara g!mió bajo su boca que pasaba de su cuello a sus senos.

Él la probó todo para desatar su deseo y mientras ella temblaba incontrolablemente bajo su contacto, él se dedicó a descubrir cada lugar de su piel con sus besos.

Tamara era como una dr%ga para él y sabía esto tan bien que no hacía nada por contenerse. Su único objetivo era satisfacer el fuego que ardía entre ambos.

Él la miró con una intensidad que la hizo estremecer.

“No puedo soportar más Tamara”. Le dijo entre susurros, mientras apoyaba su frente en la de ella: “Necesito volverte a hacer mía”.

Sus dedos recorrieron con ternura el contorno de su cara mientas la miraba con una profunda ternura. Llevó la mano a sus labios y la besó con suavidad, mientras sus miradas se encontraban en un abrazo que no necesitaba palabras para ser entendido.

Seguidamente, la besó con pasión. Sus labios bajaron lentamente por su cuello y recorrieron cada curva de su cuerpo, cada una de ellas era un nuevo descubrimiento. Él no se detenía, seguía besando, acariciando y amando cada centímetro de su piel.

Tamara se dejó llevar por el momento, no se resistió a él. Sus sentidos se encontraban en el paraíso, el calor de sus besos la envolvían y la llevaron a un mundo de sensaciones que solo había experimentado con él. Él era su único amor, su único ser deseado.

Sus labios se unieron en un beso profundo y apasionado. Este se extendió por cada parte de su cuerpo, él recorrió todos sus contornos con la yema de sus dedos, marcando cada centímetro con sus caricias.

Tamara se sintió completamente entregada, como si él fuera el único ser en el universo que podía amarla como ella quería. El corazón le latió con fuerza y la felicidad se apoderó de su alma.

Él se abrazó con fuerza a ella y le susurró al oído palabras cargadas de amor.

“Solo importas tú… te amo, te necesito cerca para ser feliz y sentirme completo”. Pronunció con voz ronca.

Ella miró hacia él con ojos llenos de amor y le respondió con un suave susurro.

“Yo te amo más, mi amor”.

Él la besó nuevamente con ternura mientras su cuerpo empezaba a temblar.

Aquel momento fue especial, los dos se unieron en un solo ser. Él le acarició los senos, mientras Tamara se retorcía bajo él, la e%citación los consumió a ambos mientras la habitación se llenó con los sonidos de sus g$midos. Sus cuerpos se amaron con pasión, con amor y con ternura.

Se besaron como si el mundo se hubiera detenido, como si no existiera nada más que ese momento.

Xavier abrió las piernas y se introdujo en ella sin dejar de emitir gruñidos de placer, la presión que ejercían sus paredes alrededor de su hombría lo estaban volviendo loco, debió detenerse para evitar correrse antes de tiempo, respiró profundo tratando de relajar su respiración.

Primero con lentitud él se movió dentro de ella, añadiendo un poco más de velocidad cada vez. Tamara sintió el calor que emanó del cuerpo de su amado, los dos estaban completamente fusionados en un abrazo tan íntimo como nunca habían experimentado.

Su pasión aumentó lentamente hasta llegar a su punto más alto. Xavier la tomó poseyéndola con fuerza y determinación, llevándola a un é%tasis sin fin.

El org%smo los invadió a los dos al mismo tiempo, sus cuerpos se retorcieron y sus voces llenaron la habitación de placer.

Finalmente, se desvaneció la e%citación y los dos se quedaron abrazados, disfrutando del calor y el amor que les unía. Nada podría separarlos ahora, eran uno solo. Fue un momento lleno de satisfacción, felicidad y amor.

No solo sus cuerpos se fundieron en uno solo, sino también sus almas. Xavier la sostuvo con fuerza sin dejar de besarla, para segundos después abrir los ojos lentamente para mirarla.

En ese instante los dos supieron que el otro era su alma gemela y su media naranja. Se sintieron completos sabiendo que ahora ya nada podía separarlos. Se entregaron el uno al otro, sellando una vez más su unión eterna.

Él la miró con ternura y expresó.

“Creo que ha quedado claro cuál casa es la que nos gusta más”. Bromeó y ella se sonrojó. Aún desnudo, él acarició con suavidad su rostro sin dejar de verla: “Sabes, me produce mucha ternura verte sonrojar al igual que lo hiciste el día que te conocí, es tan e%citante. Mientras hagas esa cara no podré apartarme nunca de ti”.

“Y a mí me gusta e%citarte y sí, me gusta esta casa, está genial, es amplia y tiene unos hermosos jardines para que nuestros niños jueguen”. Dijo con un suspiro.

“También puedes decorarla a tu gusto. Tienes dos sitios por si quieres tener el taller en casa, aunque también lo vas a tener en mi oficina”. Expresó Xavier y ella abrió los de par en par.

“¿Estás bromeando?”. Preguntó y él negó con la cabeza.

“Nunca he hablado más en serio en mi vida, deseo tenerte cerca y así podemos salir juntos. Yo pondré una oficina en donde pongas el taller en la casa, para ayudarte a atender a los bebés”.

“Estaba pensando que debo ver si estás preparado para ser padre, así que no te sorprendas, debes estar pendiente a mis pruebas”. Dijo con una expresión de picardía.

“¿Y qué vas a hacer?”.

“No puedo decirte porque es una prueba, es como si copiaras las preguntas del examen”. Declaró con picardía.

“Entonces estaré atento, no dejaré que me repruebes”.

“Te haré bromas bastante pesadas, ¿Mi padre no te contó?”.

Él asintió.

“Si lo hizo y al parecer eso lo hizo sentir orgulloso. Seguramente me sentiré igual, porque para mí todo lo que hagas es perfecto”.

Tamara suspiró satisfecha y sintiéndose plena, nunca imaginó que eso pudiera ocurrir, sentía que su corazón explotaría de felicidad al saberse amada de esta forma. Se abrazó con fuerza a él y susurró con voz dulce y llena de amor.

“No hay palabras para agradecer todo lo que me has dado Xavier, ningún regalo es igual a esto, sé que vamos a ser muy felices”.

“Estoy seguro de eso, pero amor… hay algo que quiero contarte”.

“¿Qué es?”. Interrogó ella con curiosidad.

“No sé si conoces algo de mi pasado, con respecto a una novia que tuve cuando era joven”.

“Leí algo en la prensa, pero a veces no sé si creer o no lo que dicen. Sobre después de lo ocurrido primero conmigo y después contigo”.

“Bueno, te lo contaré de primera mano lo ocurrido. Cuando mi padre y mi madre se separaron, ella se fue a Esp$ña, allí conoció una mujer de la cual se hizo amiga y socia. Ella tenía dos hijas, una de ella era Laurent, a pesar de que regresamos a R%ma, nuestro contacto con ellas siguió. Yo me enamoré de ella y ella de mí, nos hicimos novios desde adolescentes, pensé que ella sería la mujer de mi vida.

Pero al parecer mis padres se dieron cuenta de cosas que yo no vi. Por ejemplo, ella tenía una forma de comportarse frente a mí que era distinta a como se comportaba con los demás, se hacía valer de nuestra relación para tratar mal al personal, a los mesoneros a todos, era abusiva y clasista”.

“¿Cuándo supiste que era cierto?”.

“En realidad me costó creerlo, pero empezaron a llegar rumores de que ella se jactaba de tenerme dominado y por eso salía con otros hombres, incluso lo intentó con mis amigos. Se citaba con ellos en hoteles o se iba de paseo, pero yo era escéptico, me pelee con mis padres cuando me contaron, porque los acusaba de querer inmiscuirse en mi vida para hacerme infeliz. Al tiempo me enteré que ellos le dijeron que no me iban a heredar nada para que ella se alejara de mí, pero ella no lo hizo, les dijo que tarde o temprano ella tenía la forma de hacerlos ceder”. Sonrió con desgano.

“¿Y luego?”.

“Pasaron dos cosas, fui a visitarla sin avisar y estaba con otro hombre, le decía que lo amaba a él, que solo estaba conmigo por mi dinero, que cuando se casara conmigo podría tener el control sobre mis bienes y sería una mujer rica”.

“¿La enfrentaste?”. Preguntó y él negó con la cabeza.

“No fui capaz de hacerlo, solo me alejé. Cuando intentó buscarme y la rechacé, pero empezó a decir que la golpeaba cuando me dr%gaba, porque según yo era un dr%gadicto y violento. La prensa hizo papilla de mí reputación, me acosaban los medios, las declaraciones de ella me pusieron por el suelo. Ella se hizo la víctima, yo me sentía tan decepcionado, despechado, traicionado… y allí fue cuando tuve el accidente, me estrellé contra la defensa de la autopista, fue por distraerme, peo todos creyeron que fue que me intenté quitar la vida por ella y por lo que estaba pasando en ese momento. Pasé un mes en coma, y un año sin poder caminar bien”.

“¿La amabas?”.

“Con toda el alma, al principio sentí que no podía vivir sin ella, pero después todo pasó…”. Respondió con sinceridad.

“¿Aún la amas?”. Inquirió ella nerviosa y él respondió con firmeza y sin dejar de mirarla a los ojos.

“Para nada, solo te amo a ti, pero hay una razón por la cual te estoy contando todo esto”. Hizo una pequeña pausa y agregó: “Ella regresó y al parecer me está buscando porque según quiere recuperarlo que teníamos”.

“Lo siento por ella, pero su momento pasó y yo no voy a dejar que se venga a interponer entre nosotros”. Señaló con una firmeza que sorprendió gratamente a Xavier, porque nunca la había escuchado habla así.

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