Madre correcta, padre equivocado -
Capítulo 38
Capítulo 38:
Xavier se quedó sin palabras. No podía creer que su vida privada se hubiera convertido en una noticia de interés nacional.
“¿Cómo es posible que esto haya sucedido? Nunca pensé que las cosas llegarían tan lejos”. Murmuró.
Sabía que para todos resultaría que era imprudente involucrarse con una mujer casada, pero ellos no conocían el trasfondo de lo que estaba sucediendo. Quizás sería bueno que su madre lo visitara para contarle lo que estaba ocurriendo.
“No lo sé, Xavier. La gente siempre está buscando chismes y escándalos. Solo espero que puedas lidiar con esto de la mejor manera posible”. Habló su madre sin poder ocultar la preocupación de su voz: «Debes entender que no puedo evitar inquietarme cuando veo todo eso”.
“Madre, si puedes venir a visitarme, así te cuento lo que realmente sucedió y con eso me das los cuidados que necesito… no creas en todo lo que escuches, ese hombre no es ninguna víctima, es demasiado ególatra para intentar s$icidarse. Me atrevo a afirmar que es una estrategia para hacerse la víctima, llamar la atención y obligar a Tamara a desistir del divorcio”.
Al otro lado de la línea escuchó el suspiro de su madre.
«Iré, pero me tienes muy preocupada, tengo miedo que resultes lastimado. Sé que tu caparazón es duro, pero tu piel es más sensible de lo que das a demostrar».
“Te espero”.
Cuando cortó la llamada, se quedó pensativo. Empezó a revisar las redes sociales y efectivamente, la gente estaba compartiendo y comentando los videos de la pelea entre él y Joel. Un gran número de internautas lo criticaban por salir con una mujer casada y lo culpaban de haber llevado a un pobre hombre al punto del s$icidio. Pero la parte más dura se la lanzaban a Tamara, le llamaban con cualquier tipo de calificativo.
Xavier comenzó a escribir para defenderla, pero se detuvo, quizás no era prudente esa acción y provocaría que todos le cayeran encima. Respiró profundo sintiéndose abrumado por todo eso, no sabía cómo manejar la atención no deseada. Además, no quería que su familia y amigos se vieran afectados por todas esas noticias.
Finalmente, decidió hablar con su asistente para darle instrucciones sobre lo ocurrido.
“Joel Prato, no pensaba dar este paso para no parecer un hombre resentido haciendo leña del árbol caído, pero que pretendas manipular a Tamara, eso no te lo perdono”. Dijo en voz alta.
Luego llamo a su asistente personal.
“Emiro, necesito que trates de comprar todas las acciones que puedas de Inversiones J.P. Busca la manera de conseguir la mayoría de ella. También evita que las noticias con respecto a mí y a Tamara, se difundan”.
«Como ordene, señor. Aunque si me permite una opinión, mientras más intente acallar los rumores, más crecerán. Es mejor ignorarlos y en cuanto pueda de una rueda de prensa, para aclarar la situación”. Respondió el hombre sabiamente.
“Consideraré tu opinión a la hora de tomar una decisión, respecto a la otra orden que te di. Si ves que no puedes adquirir la mayoría de las acciones, compra su principal competidor. Joel Prato se va a arrepentir de meterse con la persona equivocad”. Expresó apretando los puños, evidentemente molesto.
No iba a renunciar a Tamara Castelli, era la única mujer que le había atraído en mucho tiempo y si ellos hubieran estado estables en una relación, nunca hubiera sido capaz de verla… pero él no la cuidó y la hacía infeliz.
Tamara abrió los ojos cuando sintió los primeros rayos de sol colarse por su ventana y se dio la vuelta con ganas de seguir durmiendo. Sin embargo, el sonido constante del repique de su teléfono no la dejó seguir durmiendo.
Aun con los ojos cerrados, lo tomó de la mesa de noche para atenderlo, pero antes de hablar la voz de un hombre se escuchó al otro lado.
«Señora Castelli, la llamo desde el Hospital R%ma, porque el Señor Joel la tiene como contacto en caso de emergencia. Lo trajeron de emergencia porque se intentó s$icidar”. Dijo la voz al otro lado de la línea.
Cuando escuchó esas palabras, el rostro de Tamara palideció y se incorporó en la cama.
“¡Oh por Dios! ¡No puede ser!”. Exclamó: “Voy para allá”.
Se levantó como un rayo, se dio una ducha rápida, se vistió y cuando salió a la cocina vio a Freya preparando el desayuno. Ella cuando la vio tan alterada, frunció el ceño.
“¿Qué pasa, Tamara? ¿Qué ha ocurrido?”. Preguntó Freya con un tono preocupado.
“¡Joel ha intentado s$icidarse y está en el hospital”. Respondió Tamara con la voz entrecortada: “Tengo que ir a verlo ahora mismo”.
Freya ni se alteró, y de hecho su expresión fue de escepticismo.
Tamara se dio cuenta y no pudo evitar preguntarle.
“¿Piensas que no es cierto?”. Interrogó dudosa.
“Realmente no le creo”.
“Pero un doctor fue quien me llamó, no creo que se preste para mentir sobre eso”. Refutó.
“Del doctor no dudo mucho. Sin embargo, con lo narcisista que es Joel, no creo que se intentara s$icidar de verdad, quizás planificó todo para que lo rescataran rápido. Me vas a perdonar amiga, pero yo no confío ni un poco en ese hombre, por salirse con la suya es capaz de todo. Entiendo que quieras ir a verlo porque después de todo es el padre de tu hijo, mas no te dejes engañar… yo voy a acompañarte, porque debo verlo con mis propios ojos. Déjame terminar de preparar el desayuno para no irnos sin comer”.
Terminaron su desayuno y una vez que comieron, se dirigieron al hospital. Cuando llegaron fueron recibidas por una enfermera que las llevó donde estaba Joel.
Solo le permitieron entrar a Tamara a la habitación, cuando entro y lo vio allí acostado en la cama; se veía ojeroso y descompensado, le estaban suministrando un tratamiento por una vía intravenosa. Ella no sabía qué decir o hacer, porque no dejaba de pensar en lo que le había dicho su amiga.
Tamara se acercó lentamente a la cama observando con detenimiento el rostro del hombre. Él abrió los ojos sin decir nada y la mujer no sabía cómo sentirse, si con rabia o lástima, estaba bastante confundida con respecto a sus sentimientos.
“¿Qué pasó, Joel? ¿Por qué hiciste esto?”. Preguntó Tamara sin quitar los ojos de encima de él.
Joel suspiró profundamente antes de responder, su voz estaba ronca y el volumen de su voz no era alto, entre frase y frase hacia pausas.
“No quiero vivir sin ti, Tamara… yo sé que me porté mal… pensé que me darías otra oportunidad, te prometí cambiar… sí me aceptabas de nuevo en tu vida. Pero si no hay posibilidad de que vuelvas conmigo, de estar contigo y nuestro hijo, no quiero nada… no hay razones para vivir”.
Quizás si su amiga no le hubiera avisado de sus sospechas, ella habría llegado con la guardia baja, pero ahora no estaba segura, por eso lo miraba fijamente, viendo algún indicio que pudiera llevarla a la verdad.
Cada minuto que pasaba él solo buscaba victimizarse más, esa era una faceta suya que nunca había conocido. Tamara frunció el ceño, sintiendo una furia creciente en su pecho. ¿Cómo podía ser posible que Joel fuera tan egoísta?
“¿Crees que debido a lo que hiciste, es una opción en mi vida olvidar todo lo que sucedió y regresar contigo?”. Inquirió Tamara con voz firme, pero no esperó respuesta: “Te equivocas, de ninguna manera volveré contigo, yo tomé una decisión y no la voy a cambiar, si necesitas mi ayuda te la daré, pero basta allí”.
Joel se quedó en silencio por un momento, luego asintió lentamente.
“Te juro que puedo hacerlo mejor, puedo cambiar por nuestro hijo. Hazlo por el”. Dijo en tono suplicante: “Solo necesito la posibilidad de probarlo. Te prometo que haré todo lo que esté en mi poder para demostrar que puedo ser un buen hombre, un buen esposo y un buen padre. Por favor, dame una esperanza”.
Tamara suspiró con impotencia y él supo que se estaba ablandando.
“¡Ayúdame por favor! No me des la espalda”. Pidió Joel en tono suplicante con los ojos anegados en lágrimas.
“Recupérate primero y luego hablamos”.
No quería decirle algo que lo decepcionara, porque después de todo era el padre de su hijo, aunque tampoco quería darle falsas expectativas.
“No me dejes solo”. Repitió.
Tamara tomó una profunda respiración y se acercó a él, le agarró la mano diciéndole.
“Voy a comprometerme contigo para que mejores”. Le dijo con firmeza: “Te apoyaré como padre de mi hijo, porque ahora tu salud esta delicada, pero no te prometo nada más. Voy a acompañarte para que tu recuperación sea un éxito, pero tienes que hacer todo lo posible por ti mismo. Tienes que asumir la responsabilidad de tu vida sin caer en los mismos errores del pasado. Estoy dispuesta a ayudarte como amiga, mas no como pareja, no volveré contigo”.
Joel asintió, pensando que por ahora eso le servía. Solo quería alejarla de Xavier y no creía que después de verla con él quisiera volver a buscarla.
Xavier le abrió la puerta a su madre y esta lo vio, con el ceño fruncido.
“Te ves fatal”.
“Así me siento, no he dejado de vomitar”.
“¿Qué otro síntoma tienes?”.
“Mis comidas preferidas me dan asco, no he podido tomar ni café”.
“Xavier… la chica que la iban a inseminar con tu muestra ¿Lo hicieron? Porque si fue así, creo que te están dando los síntomas del embarazo”.
Xavier negó con la cabeza.
“Dio negativo, así que no es ella”.
“Y la chica de la que andas viendo ¿No estará embarazada?”.
“Si está”. Su madre abrió los ojos de par en par: “Pero no es mío, porque no he tenido se%o con ella, es de su marido”.
“¿Y con otra?”.
“Mamá, ¿Acaso me estás pidiendo un informe de mi vida se%ual?”. Le dijo con burla.
“Bueno, no sé qué será. Si siguen los síntomas deberías ir al médico, porque probablemente tengas algún virus… o simplemente es que tienes los síntomas de una mujer que dejaste embarazada. Si no recuerdas haber embarazado a ninguna, quizás la mujer que se hizo la inseminación les esté mintiendo”.
Las palabras de su madre lo dejaron pensativo. Hablaron un largo rato y le contó todo lo ocurrido entre Tamara y él, también le conto lo que había pasado en el restaurante con Joel, junto a tofo lo que había originado todo ese escándalo mediático. Al final su madre se unió a su causa.
Durante dos días estuvo encerrado en la suite, se sentía tan mal que ni siquiera había llamado a Tamara, estaba demasiado débil, esperaba sentirse mejor para llamarla e ir a visitarla.
Sin embargo, su asistente si estaba haciendo las diligencias para darle un duro golpe a Joel.
Como se sintió mejor, decidió ducharse. Luego tomó su teléfono y se quedó de piedra al ver lo que decían las redes sociales… los videos que estaban circulando.
En ellos aparecían Joel y Tamara saliendo del hospital, el hombre tenía su mano en el brazo de ella, actuaba de manera muy íntima.
La prensa se acercó a ellos y empezaron a hacerles preguntas.
“¿Están intentando recuperar su relación? ¿Están felices? ¿Por qué se separaron? ¿Es verdad que Xavier Sebastini se interpuso para separarlos?”.
Tamara tenía la intención de evadir las interrogantes, pero Joel vio su oportunidad de alejar al otro hombre de la vida de Tamara.
“Cuando el amor es verdadero, nadie puede obstaculizarlo”. Luego tomó la mano de Tamara y la enredó entre sus dedos: “Y nosotros nos amamos”.
Joel se inclinó y besó con suavidad a Tamara.
Xavier vio el vídeo de todo lo sucedido. No pudo evitar apretar su mano con fuerza mientras pensaba que había sido un idiota por confiar otra vez en una mujer, al parecer no aprendía la lección, ella quería quedarse con su maltratador.
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