Madre correcta, padre equivocado -
Capítulo 36
Capítulo 36:
Tamara no pudo evitar sorprenderse ante la petición de que iniciaran una relación, al mismo tiempo que le daba un regalo para el bebé que estaba creciendo en su vientre. Ella se sintió emocionada, agarró los zapatitos y los colocó en sus manos, mientras lágrimas de emoción se asomaban a sus ojos.
No sabía que responderle, seguía recordando su última relación con Joel. Una parte de ella deseaba darle una oportunidad, pero la otra no estaba segura.
“Xavier, no sé qué decirte. Me halaga que sientas eso por mí, pero en este momento no estoy preparada para iniciar una relación, todavía tengo que procesar todo lo que ha pasado con Joel y aceptar que me tocará prácticamente ser madre soltera”.
Xavier la miró a los ojos y le acarició con suavidad la mano.
“Lo entiendo perfectamente, Tamara. Te prometo que no voy a presionarte, quiero estar aquí para ti, aunque sea solo como un amigo, quiero apoyarte en todo lo que necesitas. Si en algún momento sientes que estás lista para darle una oportunidad a una relación, yo estaré aquí esperándote. Y si no, no pasa nada, seguiré siendo tu amigo”.
Expresó, aunque por dentro su conciencia estaba sorprendida y no dejaba de molestarlo.
¿Es en serio? ¿Si ella no quiere no pasa nada? Eso no te lo crees ni tú mismo, ambos sabemos que eres el ser más persuasivo del mundo y la pobre Tamara, chiquita ingenua. No sabe que Xavier Sebastini Ferreri, siempre logra lo que quiere, no hay nadie quien no termine rendido a sus encantos.
Mientras tanto, Tamara se sintió aliviada al escuchar esas palabras porque no quería alejarlo. Aunque estaba molesta por su reciente abandono y por las cosas que habían dicho de él, ese detalle para su hijo la había desarmado por completo. A decir verdad, prefería tener a Xavier como amigo, se conformaba con observarlo.
No estaba lista para una relación, sabía que aún tenía mucho por resolver antes de poder comprometerse con alguien de nuevo. Después de una relación tan tormentosa como la que ella tuvo con Joel, no podía creer que pudiera haber alguien diferente y aunque sabía que tarde o temprano debía darle otra oportunidad al amor, sabía que primero tenía que aprender a confiar de nuevo.
“Gracias, Xavier. Me pareces una buena persona y por supuesto que me encantaría ser tu amiga”.
“Me alegra mucho oír eso, Tamara ¿Qué tal si las invito a ti y a Freya a cenar esta tarde?”. Expresó y esta vez dirigió la mirada a la otra mujer. Quien, aunque se había mantenido alejada, había escuchado cada una de sus palabras.
“Yo creo que por ahora…”. Comenzó a decir Tamara, pero Freya la interrumpió.
“Por supuesto que podemos ir, puedes pasar buscándonos por mi apartamento, te enviaré la dirección”.
“Las pasaré buscando a las ocho de la noche”. Expresó acercándose a Tamara. Se despidió de ella dándole un beso en cada mejilla, ante el contacto el cuerpo de la mujer se estremeció.
Cuando vio a Xavier alejarse, Tamara trató de controlar su respiración. No podía creer lo que acababa de pasar, su cuerpo había reaccionado de una forma que la sorprendió. Trató de sacudir esos sentimientos fuera de su cabeza.
“¿Qué estás haciendo?”. Preguntó Freya, con una sonrisa traviesa en su rostro.
“No sé a qué te refieres”. Respondió Tamara, tratando de mantener la compostura.
“Oh, por favor, no te hagas la inocente. Es impresionante como te mira Xavier. Definitivamente, hay química entre ustedes dos”.
“¿Fuiste tú quien lo llamó?”. Interrogó dirigiéndose a Freya mirándola con una expresión de molestia en su rostro, su amiga lo miró con culpabilidad.
Freya se mordió el labio inferior, tratando de buscar las palabras correctas para explicarse.
“Lo siento, Tamara. Sé qué dijiste que querías tomarte tu tiempo antes de volver a salir con alguien, pero él parecía tan interesado en ti, por eso le avise donde estábamos. Pensé que sería bueno que se conocieran mejor y que te dieras cuenta de que con tu divorcio empezara una vida mejor”.
Tamara suspiró, sintiéndose frustrada porque, aunque le molestaba que su amiga conspirara a sus espaldas para ser de celestina. Al mismo tiempo le había gustado volver a ver a Xavier, sobre todo porque en la clínica no pudo explicarle nada. Además, le parecía un hombre atractivo y encantador.
“Estás perdonada, incluso por aceptar la invitación por mí, pero ahora quiero dejar claro que solo como amigos ¿Entendido?”. Dijo firmemente, mirando a Freya a los ojos.
Su amiga asintió con una sonrisa, aliviada de que Tamara hubiera aceptado finalmente.
“¿Puede ser amigos con derecho?”. Preguntó con picardía, luego salió corriendo a subirse en el puesto del chofer antes de que Tamara tomara represalias en contra de ella.
Cuando se subieron al auto, Freya la aconsejó con una expresión de seriedad en su rostro.
“Deberías darte una oportunidad, él me gusta, se ve diferente y los dos hacen una hermosa pareja”.
Tamara rodó los ojos, aunque sabía que Freya tenía razón. No podía negar la atracción que sentía por Xayier, pero estaba demasiado asustada y preocupada para dejar que se desarrollara cualquier tipo de relación entre ellos, tenía miedo de ser lastimada.
Más tarde esa noche, cuando Xavier llegó a recoger a las dos mujeres, Tamara se aseguró de vestirse lo menos atractiva posible. Llevaba unos pantalones holgados y una blusa suelta, también se había hecho un moño desordenado en el cabello.
“¿Estás utilizando esa ropa para alejarlo de ti?”. Freya negó con la cabeza: “Creo que necesitarás más que eso para poder lograrlo, ten en cuenta que Xavier no es un hombre simple”.
Una vez lista, el teléfono de Freya repicó, era Xavier avisándole que estaba esperándolas abajo. Cuando salieron, él estaba afuera del auto, Tamara no pudo evitar un suspiro y una corriente de deseo recorrerla, debería ser un pecado que ese hombre fuera tan atractivo.
Enseguida les abrió la puerta del auto invitándolas subir.
“Me imagino que te leíste algún artículo para comportarte de manera caballerosa”. Expresó Tamara con una media sonrisa de burla.
“Realmente no necesito simular que me comporto como un caballero. De hecho, eso es una característica que nos distingue a todos los Sebastini y a los Ferreri”.
Ante sus palabras, ella se mantuvo en silencio y así fue durante todo el trayecto, mientras Freya y Xavier conversaban de manera animada.
Xavier se sentía cómo un adolescente, había planeado todo meticulosamente, desde la elección del mejor restaurante de R%ma hasta la ropa que iba a usar esa noche, todo estaba pensado para impresionar a Tamara y hacerle saber cuánto le importaba. También había invitado a Freya, su amiga, para que la cena fuera más casual y ella no se incomodara.
Cuando entraron al restaurante, las miradas se posaron en Xavier. Era un hombre atractivo, con un porte imponente que no pasaba desapercibido. Pero él no les prestó atención, se acercó a la mesa reservada y les abrió la silla a ambas mujeres invitándolas a sentarse.
“Para la dama”. Dijo con una sonrisa que causó un cosquilleo en el estómago a Tamara, quien sin estar consciente se quedó viéndolo con una intensa mirada.
Tamara sonrió tímidamente, mientras que Freya se río por la exagerada cortesía de Xavier.
“Gracias, Javier. Eres un caballero”. Dijo Tamara con una sonrisa
Freya se acercó a ella y le susurró bromeando.
“¿Te paso un pañuelo para que te limpies la baba que te está chorreando por la barbilla?”.
A pesar de que Tamara la reprendió con la mirada, se pasó la mano disimuladamente como si quisiera comprobar las palabras de Freya, esta no pudo evitar reírse.
Con cada detalle, gesto y atención, Tamara se sentía halagada. Le hizo recordar a los hombres de su familia que siempre eran tan atentos, y mientras Xavier las llenaba de atenciones, las defensas que había construido para no dejarlo entrar en su corazón se iban estremeciendo.
Xavier se sentó en su silla y miró el menú. Había elegido uno de los mejores restaurantes de R%ma, que casualmente pertenecía a su familia.
“¿Qué les gustaría pedir?”. Preguntó Xavier.
Tamara y Freya miraron el menú, luego pidieron lo que querían. Xavier también hizo su elección y le dijo al camarero que lo trajera todo de una vez.
Mientras esperaban la comida, Xavier comenzó a hablar con Tamara. La conversación fluyó de manera natural, Tamara no pudo evitar sentirse atraída por él.
Xavier habló de sus intereses, de lo que hacía en su tiempo libre y de lo que quería hacer en el futuro. Tamara escuchaba con atención, mientras Freya comía y comentaba algunas veces.
El hombre tenía un don para la conversación. Era divertido, carismático y sabía cómo hacer que las personas se sintieran cómodas a su alrededor.
Tamara se reía de sus bromas y disfrutaba de la conversación. Freya también estaba disfrutando de la noche, aunque estaba más interesada en la comida que en la conversación.
La cena fue excelente. La comida estaba deliciosa, combinaba perfectamente con el vino que era suave y afrutado. Xavier pagó la cuenta y les preguntó si querían tomar un café.
Sin darse cuenta, Tamara se encontró de nuevo luchando contra sus sentimientos. Xavier era increíble, encantador. No podía evitar sentirse atraída por él, incluso cuando intentaba ignorarlo.
Cuando ya se habían levantado para marcharse, entró Joel acompañado de un hombre. Una expresión de enojo se dibujó en su rostro.
“¿Para eso querías el divorcio? ¿Para estar exhibiéndote con un hombre que seguramente su única intención es llevarte a la cama?”. Espetó gritando con evidente odio.
Ante sus palabras, la atención de todos los presentes en el restaurante se fijó en ellos.
Xavier no mostró ninguna emoción en su rostro. Sin embargo, se acercó a Joel peligrosamente.
“Cuida tus palabras”. Murmuró en tono bajo: “Porque no te niego que Tamara me gusta en todos los sentidos, pero ante todo es una dama y no merece el espectáculo que le estás dando”.
“¿Espectáculo? Qué piensas hacer para evitar que yo les diga a todos que Tamara Castelli es una z%rra infiel que se vende al mejor postor”. Gritó el hombre hasta que su voz se vio acallada cuando Xavier lo tomó por el cuello y le propinó un par de golpes, lanzándolo al suelo mientras se agitaba producto del dolor.
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