Madre correcta, padre equivocado -
Capítulo 29
Capítulo 29:
Xavier salió de la comisaría con destino al hotel donde se estaba hospedando. Estaba siendo acompañado de su padre y uno de los abogados.
“Apenas llegues debes preparar el comunicado de prensa para enviarlo”. Le dijo el abogado y Xavier esbozó una sonrisa en su rostro.
Sabía que no había ganado completamente, pero al menos había logrado un poco de control sobre la situación. Cuando llegó al hotel, se sentó en una silla del comedor y redactó el comunicado bajo sus términos.
[Queridos amigos, familiares y miembros en general de la comunidad empresarial. Quiero aclarar que he sido vinculado en los medios de comunicación con Tamara Castelli. Si bien es cierto que he tenido el placer de conocerla, quiero dejar en claro que nuestra relación es meramente platónica y de amistad, hasta ahora no tenemos ningún tipo de interés romántico. Ella es una mujer respetable. Por otro lado, los problemas que tenga su esposo con ella, es asunto que solo les concierne a ellos y debe ser resuelto por ellos. Será decisión de la Señora Tamara si decide poner fin o no a su matrimonio, sin influencia de nadie.
Me resulta bastante cobarde por parte de su aún esposo, responsabilizarme a mí por los problemas e incapacidades que tenga. Sinceramente, no soy responsable de que no pueda hacer a su esposa feliz, yo si hago felices a mis mujeres, cuando las tengo.
También dejo asentado que esta declaración no tiene efecto a futuro, por lo cual, si la Señora Tamara quedase libre y decide buscarme, no me importaría. Asimismo, pido disculpa a los periodistas por la situación que se suscitó entre nosotros, fue un malentendido que ya está aclarado.
Xavier Philipo Matteo Sebastini Ferreri].
Xavier le dio una última leída al comunicado y se lo entregó al abogado para que lo revisara.
“¿Le parece que así está bien? Señor abogado”. Siseó Xavier.
“Esto no es lo que estábamos buscando, usted debe negar categóricamente toda relación presente y futura con esa mujer”. Enfatizó el abogado.
“No voy a cerrarme a futuro porque mi padre me pidió un tiempo de dos meses y es lo que le voy a dar, pero si vencido el lapso esa mujer sigue separada o divorciada de su marido, moveré cielo y tierra para tener algo con ella… ¿Sabe por qué?”.
El abogado y Matteo se quedaron callados solo viéndolo con interés.
“Porque me gusta muchísimo. Agradezcan que no deje en claro que si quiero con ella. Si quieren lo publican así, si no, eso es su problema”.
Se levantó de la mesa caminando con pasos firmes y elegantes hacia la habitación como si fuera el dueño del mundo.
“¿Cómo puede ser así de firme? ¿De verdad no piensa dar su brazo a torcer?”.
Matteo solo se sonrió y negó con la cabeza.
“Creo que no, después de todo también es un Ferreri… y todos dicen que su carácter es como el de su abuelo Sebastián… usted dirá”.
“¿Por qué no pudo parecerse a usted en el carácter?”. Dijo el abogado, y Malteo volvió a negar energéticamente.
“No sabe lo que dice, le aseguro que no querría que mi hijo se pareciera a mí… así está bien. Firme, temperamental, explosivo y con mucha calidez, aunque no lo crea… yo era un témpano de hielo… aunque después aprendí”.
Tamara leía el comunicado por segunda vez y no podía dejar de sentirse molesta. Tal vez estaba loca, porque allí solo la estaba protegiendo y le echaba tierra a Joel. Sin embargo, le molestó que dijera que no tenía interés en ella, cuando parecía un perro detrás de un hueso. Lo que la hizo enfurecer más fue la parte donde dijo que si ella quedaba libre, no le importaría que lo buscara.
“¡Imbécil! Primero se congela el infierno antes de yo buscarte ¿Qué se ha creído? ¿Acaso piensa que es la última coca cola del desierto? ¿Yo buscarlo? No me haga reír”. Protestaba caminando de un lugar a otro molesta.
Se sentó a moldear un busto y otra vez le salió la cara de él. Desde que él se había ido no había podido dormir, su cabeza estaba llena de él y solo para sacar su frustración hizo varias figuritas de todos los tamaños, luego tomo un arco con una flecha y comenzó a practicar tiro al blanco. Cada vez que acertaba decía un insulto.
“¡Creído!”.
“¡Tonto!”.
“¡Imbécil!”.
“Te odio!”.
Los insultos salían de su boca de manera descontrolada y así la encontró su mamá, haciendo semejante desastre.
Tamara levantó la vista y vio a su madre parada en la puerta, tenía las manos en las caderas y una ceja arqueada.
“¡Por Dios Tamara! Ni cuando eras niña hacías semejante desastre. ¿Por qué destruiste las figuritas? ¿Qué te hicieron esos pobres objetos inanimados?”.
Ella se sintió avergonzada por su comportamiento, pero no podía evitar el enojo que sentía hacia Xavier.
“Lo siento, mamá. Solo estaba tratando de sacar mi frustración”. Dijo Tamara, dejando el arco y la flecha a un lado.
“¿Frustración? ¿Por qué estás frustrada? ¿Tiene algo que ver con ese hermoso caballero que vimos anoche por aquí?”.
Tamara guardó silencio. No quería hablar de él con su madre, porque seguramente ella no iba a entender cómo se sentía.
“Mejor ni hablemos de él ¿Leíste el comunicado?”. Le pregunto, pero como su madre no respondió, siguió hablando: “Dijo que en el futuro lo buscaré, que se quede sentado esperando a que lo busque, le saldrán callos en el trasero al tonto ese”.
“Ay, hija, porque siento en tu tono de voz tiene un leve sentimiento de resentimiento… creo que no quieres reconocer que te gusta”.
“¡Jamás! Y para demostrarle al tonto ese que no lo buscaré, llamaré a mi abogada. Brincará en una pata cuando le diga que me prepare la demanda de divorcio, porque no me quedaré con Joel ni con Xavier”.
Minutos después estaba marcando a su abogada, que no era otra que Freya.
“Tamara ¿Estás bien?”.
“Perfectamente, tengo muchas cosas que contarte. La primera, es que prepares mi demanda de divorcio, no voy a seguir casada con Joel”.
“¿Enserio? ¿No estás bromeando conmigo?». Le preguntó Freya.
“Para nada, no pienso volver con ese hombre”. Expresó con firmeza.
Freya suspiró con alivio al otro lado de la línea.
«¡Aleluya! Me parece maravilloso, ese hombre ya supero los límites, también deberíamos pedirle al juez una orden de restricción para que se mantenga alejado de ti, pero antes de hacerlo… ¿Por qué no me cuentas un poco más sobre lo ocurrido con Xavier? ¿Están saliendo sí o no? ¿Por qué salieron todo alborotados del balcón?”.
“¿Estás sentada? Siéntate y te contaré todo… ah por cierto, Xavier no es ningún gerente de hotel, es un hombre de dinero, integrante de unas de las familias más ricas y poderosas del mundo”.
Como no escuchó ningún signo de sorpresa al otro lado de la línea, supo que esa información no era nueva para su amiga, que ya la sabía y se la había ocultado.
“Freya, eres una traidora ¿Cómo es posible que no me lo dijeras?”. Expresó molesta: “Espero que tengas una explicación muy válida para tu engaño, porque de lo contrario no voy a perdónatelo”.
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