Madrastra de cinco grandes villanos
Capítulo 71

Capítulo 71: Por Favor No Te Lleves a Mama

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Como madre, no podía tolerar que otros tocaran a sus hijos. Li Zhaodi sentía lo mismo. Sus dos hijos eran su debilidad.

Si Mu Jingzhe no hubiera escapado astutamente y los niños no hubieran huido, Mu Jingzhe habría sido profanada y obligada a casarse.

¿Quién podría tolerar esto?

Shao Qiyun sintió como si Li Zhaodi estuviera a punto de arrancarle todo el cuero cabelludo. Gritó de dolor y suplicó a su madre que la ayudara.

Sin embargo, Zhao Lan no podía ni siquiera valerse por sí misma, así que ¿Cómo iba a salvar a su hija?

Mu Teng no pegaba a las mujeres, así que sólo golpeó a Yang Qing y a los otros dos hombres.

Yang Qing fue golpeado de nuevo antes de que pudiera recuperarse y casi fue golpeado hasta la muerte por el furioso Mu Teng.

«Papá, deja de pegarles o acabarás matándolos».

Mu Jingzhe le detuvo. «Lo que han hecho es ilegal. Los llevaremos a la comisaría».

Sólo entonces Mu Teng se detuvo.

Los aldeanos también se enfurecieron por esto. ¿Cómo podían llegar a la casa de alguien y obligar a una chica a casarse? ¿En qué se diferenciaba de un secuestro?

Decidieron unánimemente llevarlos a la comisaría después de que dejara de llover. Yang Qing y los otros dos hombres fueron atados y encerrados por el jefe del pueblo.

Finalmente, la mirada de todos se posó en las dos culpables, Zhao Lan y Shao Qiyun.

Shao Qiyun negó inmediatamente las acusaciones. «No sé nada».

Zhao Lan también defendió a su hija, afirmando que había sido idea suya.

«Bah, no me importa de quién fue la idea. No voy a dejar que las dos se salgan con la suya».

Li Zhaodi estaba furiosa, y el semblante de Mu Teng también era oscuro. Esperó a que Li Zhaodi terminara de hablar antes de hacerlo.

«Déjate de tonterías. Jingzhe tenía buenas intenciones y no podía soportar dejar a los niños atrás, así que se quedó para cuidarlos. Al final, sus buenas intenciones se consideraron inútiles, e incluso intentaron arruinar a Jingzhe de esa manera».

Mu Teng miró a los cinco niños y luego se dirigió hacia Mu Jingzhe. «Como tu padre, hoy he tomado una decisión. Jingzhe, vamos a casa. No te quedes más en esta guarida de lobos. No quiero que seas vendida y arruinada por la Familia Shao».

«No estamos muertos todavía. Tu viejo padre aún está vivo. No puedo dejar que sufras tal humillación y agravio».

Miró a los aldeanos. «Todos, son testigos. Nuestra Jingzhe ya ha dado lo mejor de sí. A partir de hoy, Jingzhe ya no tendrá nada que ver con la Familia Shao y los niños».

Tomó la mano de Mu Jingzhe. «Vamos, Jingzhe. Papá te llevará a casa».

Mu Jingzhe se quedó atónita y no pudo evitar mirar a los niños.

Ella también había pensado en darle una lección a Zhao Lan y su pandilla, pero no había esperado que esto sucediera.

Sin embargo, desde el punto de vista de Li Zhaodi y Mu Teng, que eran sus padres, era una opción normal.

Ahora que a su hija le había pasado algo así, naturalmente tenían que llevarla de vuelta.

Lo entendía, pero no estaba preparada para esto. No tenía intención de renunciar a los niños.

Los cinco niños también estaban aturdidos.

Todo había sucedido demasiado rápido. Hace un segundo, todavía estaban llenos de odio y habían deseado poder destrozar a las personas que habían intimidado a Mu Jingzhe.

Un segundo después, Mu Jingzhe estaba a punto de marcharse.

Sin embargo, no era la forma en que habían pensado que se iría: casándose y dejando de cuidar de ellos. En su lugar, la familia Mu la llevaba de vuelta a su familia materna.

Se quedaron aturdidos hasta que Mu Jingzhe fue apartada.

«No». Shao Dong y Shao Xi se pusieron delante de Mu Teng. «Por favor, no».

«No te lleves a mamá». Los ojos de la Pequeña Bei y el Pequeño Wu estaban llenos de pánico. «No te lleves a mamá».

Mu Jingzhe entró en pánico y estaba a punto de decir algo, pero Mu Teng la apartó con fuerza. «No se te permite hablar».

La Pequeña Bei y el Pequeño Wu rompieron a llorar al instante. «Mamá, no te vayas. No nos dejes atrás».

La Pequeña Bei ignoró la lluvia y la persiguió. Abrazó a Mu Jingzhe.

El Pequeño Wu bajó las escaleras demasiado rápido y acabó cayendo. Se puso en pie a trompicones y corrió tras ella. «Mamá, no te vayas».

«Vuelve rápido».

Los ojos de Mu Jingzhe se calentaron. Por un momento, no pudo saber si era la lluvia o las lágrimas. «Vuelve rápido».

Sin embargo, no fueron los únicos que no volvieron. Shao Dong, Shao Xi y Shao Nan salieron corriendo a perseguirla. Shao Dong abrió los brazos y bloqueó la puerta, con todo su cuerpo temblando y sus ojos llenos de súplica.

Shao Xi y Shao Nan tiraron de la ropa de Mu Jingzhe, con los ojos llenos de un pánico sin precedentes.

Anteriormente, siempre habían dicho que no confiarían en Mu Jingzhe, que no la llamarían mamá y que no se encariñarían con ella emocionalmente. Sin embargo, en ese momento, entraron en pánico.

Sólo esperaban que Mu Jingzhe no se fuera.

El Pequeño Wu y la Pequeña Bei abrazaron a Mu Jingzhe y se lamentaron. «Mami, no te vayas…»

«Mami, dijiste que nos querías. Seremos obedientes en el futuro. Por favor, no te vayas».

Lloraban tan fuerte que hacían doler el corazón de los demás. Muchos de los espectadores tenían los ojos rojos para entonces.

Mu Jingzhe sintió como si le estuvieran clavando un cuchillo en el corazón.

Quería volver, pero la mano temblorosa de Mu Teng y la mirada suplicante de Li Zhaodi la retuvieron.

«No vuelvas, Jingzhe. No seas blanda de corazón. No puedes cuidar de ellos para siempre», dijo Li Zhaodi.

Aunque Mu Teng no dijo nada, Mu Jingzhe comprendió las emociones que se revelaban en el fondo de sus ojos.

En ese momento, Mu Jingzhe sintió que la partían en dos.

«Mamá, no te vayas».

«Quiétense de en medio. No bloqueen el camino de Jingzhe».

Li Zhaodi los ahuyentó con la voz entrecortada. Quiso apartar a la Pequeña Bei y al Pequeño Wu, pero se negaron a soltarla.

Intentó arrancar las manos de Shao Nan y Shao Xi, pero se aferraron a ella obstinadamente.

La Pequeña Bei suplicó a Li Zhaodi. «Seremos obedientes en el futuro. No te lleves a mamá. Quiero a mamá».

«¿Qué estás haciendo? Terminarás causando la muerte de Jingzhe. Jingzhe no es tu madre biológica. ¿Qué más quieres? Quítate de en medio».

Li Zhaodi se volvió loca por ellos.

Sin embargo, no podían golpear a los niños, así que habían llegado a un punto muerto.

Shao Dong miró a Mu Teng y se armó de valor para decir: «Tío, quiero hablar contigo. Por favor».

No llamó a Mu Teng ‘abuelo’ porque sabía que a Mu Teng no le gustaría.

El semblante de Mu Teng era oscuro. Sin embargo, cuando miró a los espectadores de alrededor y luego a Mu Jingzhe, que no podía escapar, sólo pudo estar de acuerdo con una expresión oscura.

Mu Teng condujo a Shao Dong fuera de la casa. «Vamos a hablar aquí. ¿Qué quieres decir?»

Shao Dong apretó los puños con fuerza. «Tío, quiero rogarte que no te la lleves. Sólo la tenemos a ella. Ella es nuestra madre. No fue fácil para nosotros tener finalmente una madre. No podemos dejarla ni soportar separarnos de ella».

Mu Teng no se inmutó. «Lo sé, pero ella no puede cuidar de ustedes cinco durante el resto de su vida. Tiene que casarse en el futuro y tener sus propios hijos».

«Seremos buenos y filiales con ella, incluso más filiales que hijos biológicos. No pedimos que nos mantenga para siempre. Si en el futuro encuentra a alguien adecuado y desea casarse, no se lo impediremos. Incluso le prepararemos regalos y dinero, pero, por favor, no se la lleven ahora.

«Ya hemos empezado a ganar dinero y hemos crecido. La protegeremos y le daremos lo mejor de lo mejor. Definitivamente no dejaremos que vuelva a estar en peligro».

Mu Teng aún no estaba de acuerdo. «Haces que suene muy bien. ¿Quién no sabe decir cosas bonitas como esa? Sí, eres inteligente. También creo que llegarás a ser algo en el futuro, pero aún eres demasiado joven.

«No quiero que tenga una vida tan dura. Sólo quiero que esté sana y salva». Respiró profundamente. «Ahora que has dicho lo que querías decir, deja de molestarme. Ve a ocuparte de tus hermanos menores, o no me culpes por ser despiadado».

Mu Teng se dio la vuelta y se fue. Los ojos de Shao Dong estaban llenos de desesperación. Cerró los ojos y se arrodilló.

«Tío, por favor, por favor no te lleves a mamá…»

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Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a RafaVentu95!

Quien uso sus beneficios como Lector de Rango 4 x 1 Capítulo extra de Madrastra de Cinco Peces Gordos!

El capítulo 71

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