Los Secretos de la Esposa Abandonada
Capítulo 62

Capítulo 62:

Una risita ahogada recorrió la sala. Nadie sabía quién la había empezado, pero pronto todos los ojos se volvieron hacia Melany, parpadeando con una mezcla de desdén y diversión. «¡Esta vez ha fallado!», susurró alguien con una sonrisa burlona.

«¿Con cuántas mentiras cree que puede salirse con la suya? Primero dice que es Scarlet Snake, luego que sólo era un tributo. Ahora, incluso sugiere que Serpiente Escarlata fue su mentora».

«¡Exactamente! Quién sabe cuánto tiempo lleva engañando a la gente, fingiendo ser alguien que no es».

«Desvergonzada, absolutamente desvergonzada.»

Melany abrió la boca, buscando una explicación, pero las palabras se le atascaron en la garganta. No había salida.

Instintivamente, su mano buscó el brazo de Colton en busca de apoyo, pero él retrocedió, con un rostro que reflejaba incredulidad y decepción.

A Colton se le encogió el corazón. Era como si estuviera viendo a Melany por primera vez, una extraña con el rostro de alguien en quien había confiado.

En sus recuerdos, ella siempre había sido amable, gentil y comprensiva. Había estado a su lado, defendiéndola de todos, creyendo en ella sin dudarlo. Pero ahora, toda esa confianza le parecía mentira.

Lo que le dolió aún más fue la revelación de que Allison había sido la verdadera Serpiente Escarlata todo el tiempo.

La verdad le golpeó como un puñetazo en las tripas, más dolorosa de lo que jamás hubiera imaginado.

Con los ojos llenos de lágrimas, Melany susurró: «Colton, por favor, déjame explicarte…».

¿Pero cómo iba a hacerlo? Incluso ella estaba enredada en la red de su engaño, demasiado lejos para desenredarla ahora.

Una mentira había dado a luz a muchas, y ahora la estaban devorando.

A medida que los murmullos de burla de la multitud se hacían más fuertes, Melany sabía que cualquier defensa que montara se desmoronaría bajo el peso de sus mentiras. Pero no podía quedarse ahí, humillada. Tenía que salvar algo, si no su reputación, al menos el corazón de Colton.

Las lágrimas le corrían por la cara, cayó de rodillas y levantó la mano en un gesto solemne.

«Siempre he admirado a Scarlet Snake», declaró, con la voz ronca, como si fuera ella la agraviada. «Cuando conocí su perfume, me inspiró para intentar recrearlo. No tenía ni idea de que Allison fuera Scarlet Snake. Lamento mucho cualquier confusión».

Lloriqueó, haciéndose pasar por víctima de las circunstancias. «Nunca fue mi intención reivindicar el trabajo de otra persona. Sólo participé en el concurso para ayudar al negocio de Colton. Nunca quise causar daño ni faltar al respeto».

La expresión endurecida de Colton se suavizó, sus defensas se debilitaron una vez más.

«Tú no tienes la culpa», murmuró, casi como convenciéndose a sí mismo. «Después de todo, ni siquiera me di cuenta de que mi ex mujer, la mujer con la que compartí cama durante tres años, era una perfumista brillante. Claro que tú tampoco podías saberlo, Melany».

Su intento de consolarla parecía tanto un esfuerzo por justificar su ceguera. La culpa tenía que ser de Allison.

Sí, ella había estado ocultando su identidad todos estos años, engañándolo de formas que ahora le dolían aún más.

«Además», continuó Colton, con la voz impregnada de fría resolución, »lo que hizo Melany fue sólo una mejora, no un robo. Si Allison no hubiera mantenido su identidad en secreto, nada de esto se habría descontrolado.»

Lanzó una mirada venenosa a Allison. «¿Y esa premiada fórmula tuya? Te ofrezco doscientos mil dólares por los derechos».

Ante semejante oferta, la multitud retrocedió instintivamente, intercambiando miradas de desconcierto.

Era difícil creer la audacia de Colton, incluso ahora, tratando de comprar su salida de un escándalo.

Colton sabía que no era la solución más elegante, pero con los resultados del concurso finalizados y Melany asegurándose el tercer puesto, estaba en la cola para el patrocinio del Grupo Everett. Esto aún podía convertirse en una oportunidad. No iba a dejarla escapar.

Su mejor opción era comprar la fórmula y enterrar la polémica. Después de todo, el dinero podía silenciar incluso los susurros más fuertes de la verdad.

«¿200.000 dólares?» La voz de Kellan sonó con una risa burlona, su tono goteaba sarcasmo. «Colton, ¿hablas en serio? ¿Crees que puedes simplemente agitar algo de dinero y arreglar esto? ¿Tienes alguna idea de cómo…?»

«¿Cuánto crees que vale esa fórmula? No podrías tocarla ni con dos millones, y mucho menos con doscientos mil», dijo Kellan, con voz burlona.

Rebecca intervino, con la voz llena de orgullo. «Los perfumes de Allison no tienen precio, y es imposible que venda esa fórmula a alguien como tú».

La mirada de Allison recorrió la multitud, su rostro sereno, como si el peso del momento no la perturbara.

«No hay necesidad de comprarla», comenzó, su voz llevaba una certeza innegable. «La fórmula no es algo que considere perfecto. Siempre fue un prototipo, nunca tuvo fines lucrativos. Todos la habéis visto ya. Así que, a partir de este momento, es pública. Cualquiera puede usarlo. Nadie sacará provecho de él: es gratis para que todos aprendamos y crezcamos».

La sala se quedó helada de incredulidad.

Era la fórmula de una leyenda del mundo del perfume y, sin embargo, Allison simplemente… la estaba regalando.

Se hizo un silencio atónito antes de que alguien del público encontrara por fin la voz. «¡Scarlet Snake es increíble! Está compartiendo la fórmula así como así. ¿Acaso le importan 200.000 dólares? Vosotros dos deberíais dejaros de tonterías y disculparos de una vez».

La expresión de Colton se puso rígida.

No había esperado que Allison adoptara una postura tan atrevida.

Melany, que estaba a su lado, sintió que se le desplomaba el corazón. Este no era el resultado para el que se había preparado, ni mucho menos.

La identificación de Allison como Serpiente Escarlata había sido verificada, y se sintió como una bofetada en sus caras.

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