Los Secretos de la Esposa Abandonada -
Capítulo 470
Capítulo 470:
Si conseguía el respaldo de la empresa Charisma, Greenfield podría capear el temporal. Se le aceleró el pulso al pensarlo: todo estaba encajando y pronto tendría a Kellan de nuevo en su órbita.
Pero Carole no era tonta. Sabía que los favores comerciales rara vez llegaban sin condiciones. Su sonrisa adquirió un tono juguetón cuando preguntó: «Kellan, ¿qué quieres a cambio?».
Una nota burlona se coló en su voz. «Tal vez… ¿una oferta de matrimonio?
Kellan se burló, y su mirada se endureció cuando por fin la miró a los ojos.
«Carole, no te precipites».
El documento se cerró en sus manos y la miró fijamente. «No necesito ningún pago. Considera esta colaboración el pago de la deuda que tengo con mi abuela». La frialdad de su voz le heló la sonrisa y a Carole se le encogió el corazón.
Por supuesto, pensó con amargura. Conocía la historia entre sus familias.
Sólo por aquella vieja deuda -un favor que sus padres le habían hecho a su abuela para salvarle la vida- Kellan se entretenía en esta conversación.
Ahora que había perdido su última ventaja, Carole sintió que se desinflaba y que el resentimiento hervía a fuego lento bajo su serena apariencia. Apretó las manos con fuerza, obligándose a mantener un tono ecuánime.
«No quise decir eso, Kellan. Yo sólo…»
«No importa», la interrumpió Kellan.
No le dedicó otra mirada mientras empujaba el documento hacia el escritorio. «Mis ayudantes se ocuparán de los detalles a partir de ahora. Si eso es todo, puedes irte».
Ella esperaba reavivar algo, por débil que fuera, entre ellos. Pero con una sola mirada, él le recordó lo distantes que estaban. No había nada más que decir.
El rostro de Carole se torció mientras luchaba por reunir sus palabras, su voz apenas escapaba de sus labios. «Entonces… Yo me iré primero».
La humillación hervía bajo su piel como una lenta quemadura. Nunca se había sentido tan deshonrada.
El vasto despacho quedó en silencio, una pesada y cargada quietud llenó el espacio.
La mirada de Kellan se desvió de la pila de documentos que tenía delante y sus dedos sujetaron distraídamente un elegante bolígrafo negro. La tinta rezumaba de la punta, extendiéndose oscura por la página hasta formar una mancha de tinta.
Pero su atención permanecía imperturbable, fija en el lejano paisaje urbano que se veía a través de la ventana de su despacho. El recuerdo de las palabras de Ferdinand aguijoneó su mente. «Vamos, ¿qué hay de malo en intentarlo? Te estás quedando sin opciones, ¿no? Escúchame, sólo mantén a la señorita Clarke interesada. Haz que quiera más…»
Se sintió aún más irritado al pensarlo. Tiró el bolígrafo inservible a la basura con un movimiento de muñeca, echó la silla hacia atrás y salió. Tenía que supervisar el lanzamiento de un nuevo producto.
Si sus instintos no le fallaban, Allison también estaría allí. La sala de conferencias se llenó de murmullos, las cabezas se giraron cuando entró.
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Nota de Tac-K: Pasen una muy agradable tarde lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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