Los Secretos de la Esposa Abandonada
Capítulo 287

Capítulo 287:

«Melany, ¿puedes decirme qué acaba de pasar?». Preguntó Colton, con la voz cargada de emoción mientras la miraba. Un torbellino de sentimientos encontrados se arremolinaba en su interior.

Ella siempre había sido una fuente de dulzura y comprensión en su vida. Sin embargo, tras la reciente conmoción, los llantos y gritos procedentes de su casa despertaron en él una irritación desconocida. Era un marcado contraste con la paz que una vez compartió con Allison; su hogar siempre había sido un santuario.

Ahora, se encontraba atrapado en una tormenta entre su madre y su esposa, mientras hacía malabarismos con las exigencias de su trabajo.

«Colton, todo es un malentendido», le tranquilizó Melany, con los ojos brillantes de resolución. Comprendía el juego de ajedrez que Lindy estaba jugando, pero estaba decidida a no caer en su trampa. «Tú también viste ese broche, ¿verdad? Fue un regalo de otra persona. Sería inapropiado y descortés que se lo volvieras a regalar a tu madre».

Su mirada inocente se cruzó con la suya, y parecía felizmente inconsciente de la tormenta que se avecinaba. «Quería comprarle otro regalo, pero no esperaba que sospechara tanto de mí».

Con los ojos brillantes, enrojecidos de contener las lágrimas, presentó una imagen desgarradora, recordándole a Colton sus sentidas palabras de antes. «Colton, soy la única que está a tu lado. Prometo no dejarte nunca, pase lo que pase».

La culpa lo carcomía por sus pensamientos anteriores. Después de todo, Melany había sido una vez su salvadora. ¿Cómo podía albergar ahora hastío hacia la que lo había salvado?

Le tendió la mano, apartándole suavemente las lágrimas. «No llores. Te creo, por supuesto».

Ver a su hijo apoyar a Melany encendió un fuego en el corazón de Lindy.

«Es sólo un broche, ¿por qué esconderlo si no tienes ningún secreto? ¿Es un regalo de algún admirador secreto?». Lindy se burló, cambiando de táctica con determinación. Estaba decidida a abrir una brecha entre ellas. «Melany, recuerda que ahora que eres la esposa de mi hijo, debes andarte con cuidado».

Ella a propósito desenterró recuerdos de la boda. «Colton no es como tu anterior y patético marido en el extranjero. Será mejor que no vuelvas a deshonrarnos».

La expresión de Colton se ensombreció ante sus palabras, su humor cambió como un nubarrón listo para desatar una tormenta.

«Mamá, si te atreves a sacar el tema otra vez, no me culpes si me vuelvo contra ti».

Después del fiasco de su boda, Colton había dejado muy claro que nadie de la familia Stevens debía volver a mencionar el pasado de Melany.

«Colton, sólo trato de cuidarte. Si es capaz de hacer algo así, ¿por qué iba a temer que lo mencionaran?». dijo Lindy, con tono firme. Pero al notar la actitud sombría de su hijo, reconsideró seguir insistiendo. «De acuerdo. Dejémonos de detalles sórdidos. ¿Te las arreglaste para recuperar el Rubí Jade de Allison?»

Al oír esto, Colton se sumió en un silencio inusual, irradiando frustración. Desde que perdió contra Allison en la última competición, su imagen le perseguía como una sombra.

A veces soñaba que patinaban juntos, mientras que otras, los recuerdos de su lado cariñoso se reproducían en bucle en su mente. Sin embargo, al despertar, esos sueños se esfumaban tan rápido como la bruma matinal.

Durante este tiempo tumultuoso, había jugado con la idea de acercarse a Allison, pero no era sólo por el jade. Ansiaba tener una conversación sobre su pasado, sobre todo lo que no se habían dicho.

Sin embargo, Allison lo había aislado por completo. Lo bloqueó y lo borró de su vida. Ni siquiera le concedió una audiencia.

«No me la devolvió», murmuró Colton, con la voz cargada de fastidio, un rumor bajo de frustración. «No quiere verme».

Desde que Allison se había marchado, un profundo hastío se había calado en sus huesos. Era como si un peso le oprimiera el pecho, drenándole toda la energía.

.

.

.