Los Secretos de la Esposa Abandonada
Capítulo 147

Capítulo 147:

Tras terminar sus tareas en la empresa, Allison no podía quitarse de la cabeza el cómic que se había encontrado. Permanecía en su mente como una melodía persistente, así que se dirigió directamente al evento de firma de cómics después de su sesión dominical de cerámica con Lorna.

El centro comercial bullía de energía, sus ajetreados pasillos rebosaban de compradores, pero muchos se sintieron atraídos por la presencia de Allison.

«¿Hay una actriz famosa aquí hoy? Es guapísima. Se comporta con tanta elegancia. Debe de tener mucho dinero».

«¡Mira su piel! Impecable… Juro que debe ser una heredera o algo así».

Allison, sin embargo, no se vio afectada por la atención que estaba atrayendo. Su belleza natural siempre había sido innegable, pero durante su estancia con la familia Stevens, Colton y Lindy le habían impedido realzarla. Le habían insistido en la humildad, diciéndole que mantuviera la cabeza gacha y actuara con recato, como si ése fuera el sello distintivo de la dignidad.

Ahora, libre de esas ataduras, por fin se abrazaba a sí misma. Vestida sencillamente con un corsé blanco y unos vaqueros, desprendía un aura fresca y distante.

Las cabezas se giran a su paso, pero nadie se atreve a acercarse para entablar una simple conversación.

Su mirada se fijó en un póster de cómic, con el nombre «Onyx Jimenez» escrito en negrita.

Los labios de Allison se curvaron ligeramente con ironía. ¿Qué pensaría Onyx cuando la viera ahora?

Una larga cola serpenteaba hacia la mesa de firmas, con fans que esperaban ansiosos la firma de Onyx.

Justo entonces, vio a Melany y Colton caminando de la mano, una imagen de satisfacción.

«Colton, Onyx es alguien que conocí hace dos años en Leswington. Nunca imaginé que sus cómics explotarían así. Le pediré que promocione los productos del Grupo Stevens. Piensa en la publicidad gratuita que obtendríamos -sugirió Melany, con un tono engañosamente considerado.

Colton asintió con una sonrisa cálida. «Siempre quieres ayudar». Había oído hablar de la creciente fama de Onyx mientras venían hacia aquí, y la idea de aprovecharla para dar a conocer su empresa era tentadora.

Colton apretó suavemente el hombro de Melany. «Siempre eres tan considerada».

A diferencia de Allison. Los pensamientos de Colton volvieron atrás. Cuando era su esposa, Allison no sabía nada de negocios. Había estado demasiado ocupada siendo ama de casa como para pensar en asociaciones o estrategias de marketing.

Aún no entendía cómo Kellan podía confiar en Allison como supervisora de su empresa. Claro, ella tenía un don para la perfumería, pero la gestión? No parecía su campo. Perdido en sus pensamientos, Colton volvió al presente cuando vio una figura familiar.

Allison se había colado entre la larga fila de fans y se encontraba en primera fila, aparentemente ajena al caos que la rodeaba.

Melany, siempre tan dulce, comentó en voz baja: «¡Qué curiosa coincidencia! Allison también debe de ser fan. Es una pena que no se haya dado cuenta de cómo funcionan estos eventos. Parece que se coló en la cola».

El rostro de Colton no mostraba ninguna emoción. «Fue criada sin ninguna guía. Nadie le enseñó a comportarse».

Sus dedos se crisparon, el dolor sordo de su último altercado con Allison todavía persistía.

En la mesa de firmas, el hombre de gafas y rizos desordenados se afanaba firmando un autógrafo tras otro.

«Señorita, le agradezco su entusiasmo, pero tiene que hacer cola como todo el mundo», dijo Onyx sin siquiera levantar la vista, ofreciéndole un póster con una sonrisa cortés. «O, si está ansiosa, hay entradas VIP para una sesión especial de fotos. Le agradezco su ayuda. Después…»

Cuando por fin levantó la vista y vio a Allison de pie frente a él, se interrumpió.

Las manos de Onix empezaron a sudar y su rostro palideció.

«Hedwig… ¿Tú eres Hedwig Benson? ¿Qué haces aquí?»

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