La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 951
Capítulo 951:
Los ojos de Marcus se encontraron con los suyos, su tono suave pero penetrante. «¿De verdad quieres ir sola por la vida?».
«Eso se lo dejo al destino», replicó Melissa, sus palabras picaron a Marcus.
La frustración de Marcus creció ante la respuesta de Melissa.
Tras dudar un momento, se levantó y se acercó a la ventana. La luz del sol entraba a raudales, iluminando su figura. Finalmente, Marcus habló, con la voz tensa. «Melissa, ¿podremos tener alguna vez una segunda oportunidad? Quiero decir para nosotros».
Sentada a la mesa, Melissa contempló la espalda de Marcus.
Sus ojos se humedecieron con lágrimas.
Y en su corazón resonó el dolor de hacía tres años.
Se levantó y se acercó a Marcus, pero la distancia que los separaba parecía insalvable.
Respirando hondo, Melissa intentó hablar con calma. «Marcus, estos últimos años me han cambiado. No soy la misma persona que era. Cometimos un error en el pasado, uno que podríamos haber evitado. Y en cuanto a Matthew, me alegro de que te preocupes por él. Y me gustaría decidir si quieres visitarlo. Pero eso es todo.
Sigamos adelante y dejemos el pasado atrás.
No puedo lidiar con todo esto otra vez».
Mientras Melissa hablaba, Marcus permanecía en silencio, con la mirada perdida mientras cogía un cigarrillo.
Con un movimiento del mechero, encendió el cigarrillo y aspiró profundamente mientras el humo se enroscaba a su alrededor.
La habitación se llenó de ese olor acre, oscureciendo la vista de Melissa y haciendo que se le humedecieran los ojos.
Le recordó su enmarañado pasado.
Los recuerdos, tanto dulces como amargos, inundaron la mente de Melissa, provocando un torbellino de emociones.
Marcus apagó el cigarrillo con un hábil movimiento de muñeca.
Luego se volvió hacia Melissa con una mirada contemplativa.
La contempló en silencio: la nueva Melissa, distinta de la que recordaba.
A Melissa le tembló la voz al hablar. «Marcus, por favor, déjame hueva Una leve sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Marcus ante su súplica.
Su tono se volvió serio e insistió: «No puedes negarlo. Aún sientes algo por mí, Melissa».
Melissa intentó decir algo.
Pero Marcus la interrumpió, con voz seria. «Matthew es un Fowler; no será tuyo para siempre».
A Melissa se le encogió el corazón al oír las palabras de Marcus, y su mente se apresuró a comprender sus implicaciones. «¿Qué estás sugiriendo?»
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