Capítulo 946:

Sin embargo, Melissa no estaba de humor para apreciarlo. Cerró suavemente la puerta del dormitorio y luego preguntó en voz baja: «Eres consciente de ello, ¿verdad?».

«¿Qué quieres decir?» replicó Marcus.

Melissa evitó expresarlo y el silencio los envolvió durante un rato.

Finalmente, Marcus sugirió: «Si quieres hablar de Matthew, sal y hablemos. Estoy en el apartamento».

Su tono indiferente dejó a Melissa incapaz de discernir sus pensamientos.

Sin embargo, ella no tenía ningún deseo de visitar su apartamento.

Al oír su decisión, Marcus terminó rápidamente la llamada después de decir: «Entonces lo discutiremos en otro momento».

Melissa miró su teléfono, mordiéndose el labio.

Estaba sentada a los pies de la cama, frente a la ventana donde el crepúsculo pintaba el paisaje invernal. A pesar de la frialdad de la estación, un fuego interior rugía en su interior, negándose a ser apagado.

En ese momento sonó su teléfono. Era una solicitud de amistad de Marcus en WhatsApp.

Melissa se quedó mirando la solicitud un rato antes de aceptarla.

Sentía que no tenía otra opción.

Tras aceptar la solicitud de amistad de Marcus, Melissa no recibió ningún mensaje suyo. Diez minutos después, marcó su número. «Marcus, tenemos que hablar».

«Te espero».

Cuando Melissa cogió las llaves del coche y salió, Julie se quedó sorprendida. «¿Adónde vas? La cena estará lista en breve».

Melissa evadió: «Olvidé un documento importante en la oficina».

Julie le recordó a Melissa que no debía esforzarse demasiado e insistió en la importancia de su salud.

Melissa ofreció una leve sonrisa.

Para no causar molestias a Julie y Matthew, Melissa se abstuvo de revelar a Julie los detalles de su conversación con Marcus. Sentada en el coche, Melissa sostuvo el volante durante un momento, ensimismada, antes de arrancar el motor y ponerse en marcha.

Melissa no tardó en llegar al complejo de edificios.

Ante la puerta del ático, se ajustó el abrigo y llamó al timbre.

Marcus abrió la puerta.

Aunque fuera hacía frío, el apartamento desprendía calidez. Marcus estaba allí de pie con una sencilla camisa blanca, su apuesto rostro irradiaba madurez y encanto, acentuados por su profunda mirada.

Marcus lanzó una mirada perspicaz sobre Melissa.

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