Capítulo 877:

Cuando el todoterreno negro partió, la propietaria observó su marcha durante un largo rato.

Tras regresar a Duefron, Marcus pasó horas sentado en la misma cafetería en la que había estado antes con Melissa. Pidió un té de limón y un trozo de tarta que Melissa había encargado para él la última vez.

Aunque no estaba del todo acostumbrado a su sabor, saboreó la comida sin prisas.

Su notable aspecto atrajo las miradas de muchos otros clientes.

Una niña sorprendentemente guapa le preguntó: «Señor, ¿tiene el corazón roto?».

Marcus se sorprendió momentáneamente.

Tras una breve pausa, una sonrisa adorna su rostro. «En efecto, me han roto el corazón. No fui un buen compañero. La perdí».

Levantándose de su asiento, abandonó el establecimiento.

En lugar de regresar al apartamento, optó por dejarlo atrás.

El anillo de diamantes y el recibo permanecieron dentro.

De vez en cuando, Marcus contemplaba la idea de que, en un espacio alternativo, otra versión de sí mismo podría estar llevando una vida feliz en aquel apartamento con una Melissa diferente.

En esa realidad alternativa, esa versión de Marcus no la haría llorar.

Marcus se embarcó en un viaje a Livebop, dejando a Sylvia en Duefron.

Las estaciones cambiaron, y la primavera dio paso al otoño.

Inicialmente, Marcus había previsto una estancia de un año en Livebop, pero se encontró con que, inesperadamente, su estancia se alargaba a tres años.

Al finalizar el primer año, Marcus regresó a casa mientras Alexis daba la bienvenida a su segundo hijo.

Tras la llegada del nuevo bebé, la casa de los Fowler bullía de ruido y emoción.

Luchando contra el persistente desfase horario, Marcus visitó a Alexis en la villa de Leonel, encontrando tanto a la madre como al hijo en buen estado de salud. Los atentos cuidados de Leonel hacia Alexis eran evidentes.

Llamado Daniel, el hijo de Alexis mostraba una salud robusta.

Los informes sugerían que se mantenía enérgico, llorando desde el amanecer hasta el anochecer.

Evelyn expresó un gran cariño por Daniel.

Incluso el perro de la familia estaba emocionado y saltaba alrededor de la cama.

Cuando llegó la hora de amamantar a Daniel, Marcus y Leonel se excusaron. Entablando una conversación informal, los dos hombres encontraron consuelo en el salón. De repente, Leonel preguntó: «¿He oído que contrataste a Ryan en el Grupo Fowler?».

Marcus recordó de repente, ofreciendo una leve sonrisa sin dar explicaciones.

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