La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 837
Capítulo 837:
Una abundante comida, acompañada de la de Evelyn, más apropiada para los niños, apetitosa y elegantemente presentada.
Leonel se quitó los guantes de cocina, con una sutil sonrisa en los labios.
«¡Marcus, ven! Espero que disfrutes de las chuletas de cordero de esta noche».
Marcus y Leonel no eran conocidos por su camaradería.
Sentó a Evelyn a la mesa y Marcus tomó asiento, observando la suntuosa cocina francesa. «Leonel, te has superado con la cocina. No solías ser tan práctico en la cocina».
La sonrisa de Leonel era fácil y natural. «Sólo un pequeño gesto para complacer a mi mujer», respondió.
Asumiendo el papel de hermano mayor, Leonel aconsejó: «Marco, no seas demasiado distante con la que te gusta. Las chicas son sensibles; no pasa nada por mimarlas un poco».
Marcus sólo pudo resoplar en respuesta.
Alexis, mientras tanto, parecía desear desterrar a Leonel al horno, irritada por su habilidad para provocar a Marcus.
Le lanzó una mirada fulminante.
Leonel, imperturbable, levantó la copa. «Disfrutemos de la comida», propuso.
La cena fue un asunto incómodo para Marcus, aunque Evelyn parecía feliz.
Incluso intentó compartir su chuleta de cordero con Ollie bajo la mesa.
Pero el perro, sintiendo que algo iba mal, se escabulló con el rabo entre las piernas.
Leonel se rió. «¡Qué cobarde!»
Marcus lanzó una mirada a Leonel, intuyendo que la burla iba dirigida a él, pero se mordió la lengua, pues seguía de mal humor.
Después de cenar, Marcus pasó un rato jugando con Evelyn.
Ella estaba absorta en sus bloques de construcción sobre la alfombra, y Marcus la observaba, con la mente aparentemente en otra parte.
Cuando Alexis entró en el salón, Marcus levantó la vista.
Al ver el vaso de agua y el medicamento en su mano, se dio cuenta de que era la hora de la medicación y de acostar a Evelyn. Poniéndose en pie, anunció: «Entonces debería irme».
Alexis detuvo a Marcus. «Deja que te acompañe».
Justo entonces entró Leonel. Con una cálida sonrisa, le ofreció: «Me ocuparé de la medicación de Evelyn. Tú acompaña a Marcus».
Tras una breve mirada a Leonel, Marcus se adelantó.
El aire nocturno era fresco. Leonel colocó suavemente un chal sobre los hombros de Alexis, con voz suave.
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