Capítulo 825:

Después de su arrebato, Melissa jadeaba, con el pecho agitado por la emoción.

Le dolía el corazón por las palabras que acababa de pronunciar.

Casi esperaba que Marcus la golpeara, que se diera la vuelta y se marchara, dejándola atrás.

Tal vez fuera lo mejor. Al menos así, no estaría manchado por ella.

Pero Marcus se limitó a mirarla, silencioso e inescrutable.

Melissa se mantuvo firme, su voz apenas un susurro. «Sí, nunca me gustaste. Todo era una fachada. Tu afecto nunca me conmovió. Cada vez que nos acostábamos, no sentía nada, aunque fingía lo contrario.

Desde mi primer día en la empresa, te engañé.

Incluso mi virginidad, la guardé, no porque no tuviera sentido, sino por un precio. Me llevé tu reloj, que valía 20 millones de dólares. Pero, por desgracia, te diste cuenta».

Las lágrimas colgaban delicadamente de sus pestañas, delatando el dolor tras sus duras palabras.

Marcus se acercó lentamente y se detuvo a un paso de ella.

El reflejo de Melissa se difuminó en el frío cristal de la ventana.

Con suavidad, le acarició la cara, con voz distendida.

Metió el reloj en su bolsillo.

Su rostro se acercó al de ella y su tono destilaba sarcasmo.

«Ya que te has vendido una vez, ¿por qué no lo haces otra? Puede que a ti no te guste, pero a mí sí. Siempre me ha gustado tu cuerpo».

Melissa se estremeció.

Luego, erguido, Marcus le ordenó fríamente: «¡Ve a limpiarte y súbete a la cama!».

Ella se sintió despojada del derecho a negarse.

Dispuesta a hacer cualquier cosa para repelerlo, incluso a costa de su dignidad, Melissa permaneció en silencio, avanzando hacia la habitación. Pero se detuvo.

Marcus la agarró del brazo, con una mueca cortante. «Desnúdate aquí. Quiero ver lo bajo que puedes llegar».

«Marcus», empezó Melissa, con las lágrimas amenazando con derramarse de nuevo.

Se sacudió la mano y sacó un cigarrillo del bolsillo.

Lo encendió e inhaló profundamente. «No me llames así. Has perdido ese derecho».

Melissa temblaba, apenas capaz de mantenerse en pie, pero él no tuvo piedad, expectante ante su siguiente movimiento.

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