Capítulo 824:

No había pedido mucho: sólo felicidad, una familia con ella.

Pero ahora, se sentía superado por un hombre que consideraba indigno, sus sentimientos utilizados como palanca.

No quería creerlo.

Esperaba una explicación, que ella le suplicara. En lugar de eso, todo lo que obtuvo fueron disculpas.

Con manos temblorosas, Melissa cogió el costoso reloj.

«Marcus, te lo devuelvo. Por favor, déjame ir».

Marcus la miró, con una mueca amarga. «¿Para qué iba a necesitar un reloj?».

De repente, Marcus se levantó y empezó a rebuscar en el equipaje de Melissa.

Ella se apresuró a acercarse, intentando retenerlo. «¿Qué estás buscando?

Marcus, ¿no podemos terminar esto amistosamente? Por favor, suéltame».

Sostuvo su tarjeta de identificación, en la que aparecía una Melissa sencilla pero hermosa, con ojos claros y brillantes.

Marcus la estudió atentamente. Cuando por fin levantó la vista hacia ella, sus ojos eran ilegibles. «Vamos a casarnos», declaró.

Melissa se quedó desconcertada.

«¿No quieres?», preguntó él, con voz llana.

Le soltó la mano y retrocedió hasta apoyarse en la ventana. Detrás de ella se extendía la vibrante ciudad de Warsew, pero su corazón estaba helado.

Se le llenaron los ojos de lágrimas.

No sabía si las lágrimas eran por sí misma o por compasión hacia Marcus.

Un hombre de la talla de Marcus podía tener lo que quisiera; no la necesitaba. Su pasado sólo le traería vergüenza y un sinfín de complicaciones.

La familia Jenkins no la dejaría ir.

Seguramente harían cualquier cosa para asegurarse de que se casara con su hijo.

Melissa sollozó. «Marcus, no te quiero».

Haciendo acopio de fuerzas, gritó: «¡No te quiero! ¿Me oyes? ¿Crees que puedes tener todo lo que quieras sólo porque eres poderoso? Tu arrogancia es asfixiante. Nunca me has gustado.

Aunque Ryan tenga defectos, creo que ha sido forzado, y lo amaré. Marcus, somos mundos aparte. ¿Cómo podría haber amor entre nosotros?

¿Estás delirando, o sólo estoy explotando tus sentimientos?»

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