La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 802
Capítulo 802:
Sin embargo, le cogió la mano y le permitió que siguiera acariciándola. No sólo permitió que la tocara, sino que preguntó en voz baja: «¿Está alta?».
La cara de Melissa se calentó ligeramente.
Su audacia no tenía límites. Había dejado atrás su actitud seria del pasado, en la que incluso las bromas tenían algo de gravedad. En la actualidad, sus palabras la dejaban constantemente turbada y desconcertada.
Sin embargo, Marcus frustró cualquier intento.
No sólo retuvo su mano, sino que la guió en el sutil arte de la exploración táctil.
Ella le tocó suavemente la nariz, moviéndose hacia delante y hacia atrás. Él volvió a burlarse de ella con voz suave y le preguntó: «¿Está colocado?».
Melissa se negó a responder con un sutil movimiento de cabeza.
Se abrazó a él con ternura, apoyándose contra su hombro en silencio.
El cuerpo de Marcus desprendía un aroma fresco, y la distintiva fragancia amaderada, unida a su esencia masculina, cautivó a Melissa.
Sintió que su atracción por él se debía en gran medida a su aspecto.
No podía ignorar su aspecto. No, no podía.
Se ruborizó.
La expresión de Marcus se suavizó. Reconocía que había sobrepasado los límites, pero su nueva timidez y su coquetería despertaron en él un sentimiento de emoción.
Le pasó suavemente la mano por el hombro y le dijo: «Ya te acostumbrarás».
Atrevidamente, ella susurró: «No puedo adaptarme».
Ella retuvo la explicación. Era su belleza lo que la inquietaba.
Una sola mirada a él aceleró los latidos de su corazón.
Marcus rió entre dientes, despeinándola cariñosamente. «Vamos a dar un paseo».
Warsew era una ciudad turística con una gran tienda libre de impuestos con numerosos mostradores de venta.
El lugar bullía de gente que entraba y salía.
Marcus acompañó a Melissa a la tienda. A pesar de su falta de experiencias románticas previas, comprendía que a muchas chicas les gustara comprar productos para el cuidado de la piel y accesorios cotidianos. Reconociendo que Melissa no estaba en una buena posición y no había invertido en grandes marcas, le había regalado anteriormente una variedad de artículos de ese tipo.
Marcus no lo dudó.
La guió hasta una marca concreta y le pidió los productos más lujosos para el cuidado de la piel, que incluían artículos para la cara, las manos y el cuerpo.
A Melissa le pareció un poco caro.
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