Capítulo 670:

Durante una media hora, siguieron besándose mientras se abrazaban. Después, él se detuvo y dijo con voz ronca: «¿He mencionado lo guapa que estás con este vestido?».

Efectivamente, Alexis era el epítome de la belleza.

A sus ojos, era un fuego abrasador capaz de derretirlo fácilmente.

Al decir esto, ya no pudo contenerse. A pesar de que acababa de someterse a una operación y no podía mantener relaciones sexuales, disfrutaba viéndola derrumbarse.

Consiguió manipular a Alexis, convirtiendo su cuerpo en un charco de hermosa suciedad húmeda.

Con Evelyn justo al otro lado de la puerta, no podía hacer ningún ruido.

A altas horas de la noche, lo único que pudo hacer fue morderle los hombros para no chillar. Su voz ronca y teñida de gemidos gritaba: «¡Basta!».

Leonel levantó la vista, con mechones de pelo húmedo pegados a la frente sudorosa. Su mirada era intensa, como si la estuviera mirando directamente al alma.

Al verla tan angustiada, murmuró suavemente: «¿Vas a huir de mí otra vez?».

«¡Pervertido!» maldijo Alexis.

En lugar de enfadarse, Leonel se alegró de su reacción.

Si él era un pervertido, ¡quizás ella no se atrevería a huir de nuevo!

Por lo que había pasado anoche, estaba claramente de buen humor. Por la mañana, no estaba siendo malo, lo cual era raro.

Cuando Alexis se despertó, se encontró sola en la cama.

Miró a su alrededor y no vio ni rastro de Leonel ni de Evelyn.

Pero al cabo de un rato, oyó el débil sonido de la voz de un niño que venía del piso de abajo, acompañada de una voz masculina distinta que reconoció inmediatamente como la de Leonel.

Alexis se sentó en la cama y miró a media distancia mientras escuchaba aquellos sonidos lejanos.

Empezó a oír pasos que se acercaban a ella procedentes de la escalera.

Cuando la puerta se abrió, vio a Evelyn, que corrió hacia ella y le dio un beso en la mejilla. «¡Papá me pidió que te despertara!», le dijo.

Alexis sonrió y le devolvió el beso.

Con cara de alegría, Evelyn le contó lo que su padre había preparado para desayunar.

Al oírla hablar, Alexis sintió un calorcito en el corazón. Le pidió a Evelyn que esperara un momento para poder lavarse.

Una vez hubo terminado, Alexis llevó a Evelyn abajo.

Leonel había preparado un desayuno abundante. Había un tazón de sopa de arroz con carne en rodajas espolvoreada con cebollas de verdeo en rodajas finas por encima.

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