La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 664
Capítulo 664:
Alexis permaneció en silencio, su mirada se suavizó.
No estaba segura de cómo decirle a Calvin que Leonel y ella se habían casado ese mismo día, ni tampoco quería argumentar que había sido coaccionada, lo que resultaría hipócrita.
Tampoco se atrevía a decirle a Calvin que, después de quedarse embarazada, pensaba llevárselo a Braseovell.
Si su salud seguía empeorando, quería que se quedara en el campo, sabiendo que siempre habría un lugar para él en la casa de los Fowler.
Pero se guardó estos pensamientos para sí, concentrándose en ajustar el ramo y preguntar por su salud y su medicación. Media hora más tarde, un criado trajo la cena a Calvin, y Alexis se quedó a verlo comer.
Verlo con buen apetito la alivió un poco.
Cuando se marchaba, la voz de Calvin la detuvo. «Estás con él otra vez, ¿verdad?», le preguntó con tono tranquilo.
Alexis se tensó ligeramente, pero no lo negó.
«Sí.»
La mano de Calvin apretó la colcha, pero su voz permaneció firme y suave. «Eso está bien. Evelyn necesita un padre como Leonel».
Reconoció sus propias limitaciones, dándose cuenta de que no podía ofrecer mucho a Evelyn y se sentía como una carga para Alexis.
Pero en el corazón de Alexis, Calvin no era una carga, era de la familia.
Dándose la vuelta, Alexis se acercó a su cama, le acarició el pelo con ternura y lo abrazó suavemente.
El tratamiento de Calvin era esencialmente una costosa batalla contra el tiempo, cambiando grandes sumas de dinero por una vida prolongada.
En los últimos tres años, había gastado decenas de millones en gastos médicos, una hazaña imposible para la mayoría.
Alexis, sin embargo, estaba dispuesto a sacrificarlo todo por él.
Calvin también estaba soportando su propia lucha. Luchaba contra el dolor, decidido a seguir vivo, en parte porque no confiaba en Leonel.
Quería asegurarse de que Evelyn estaba bien cuidada con sus propios ojos.
Al cabo de un momento, Calvin la instó suavemente: «Vuelve. No te enfades más por mi culpa».
Silenció cualquier intento de ella de seguir hablando.
Al llegar a la villa sobre las nueve de la noche, Alexis salió del coche e inmediatamente se topó con una figura sólida.
El calor familiar de su aliento dejó claro que era Leonel quien la abrazaba.
En el patio delantero, poco iluminado, sus rostros estaban ocultos, pero su proximidad era inconfundible. Sintiéndose incómoda, Alexis dio un paso atrás y Leonel la soltó.
Encendió un cigarrillo, sosteniéndolo ociosamente mientras preguntaba con un deje de irritación: «¿Fuiste a ver a Calvin al hospital?».
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