Capítulo 551:

Una persistente sensación de malestar persistió para Alexis, sin embargo, bromeó: «Después de la cena, planeo replicar la experiencia reciente un par de veces más.»

Murmurando suavemente en su oído, Alexis reveló: «Mañana está lleno para mí. Quizá la próxima vez».

Leonel se volvió hacia ella e inquirió: «¿Y si tengo que hacerlo esta noche?».

Apoyándose contra él, Alexis bromeó: «Ustedes los caballeros tienen sus maneras, ¿no?».

«Ahora estoy comprometido».

Alexis disfrutaba bromeando con él. Su mejilla se apoyó en su hombro y, cuando se volvió para besarla, le aconsejó juguetonamente: «Compórtate. Centrémonos en tu cena».

A continuación, se dirigió a la sala de estudio.

A pesar de su inclinación a darse una ducha, Alexis, al pasar junto al sofá, descubrió inadvertidamente un libro en el que Leonel había estado absorto: un libro centrado en el tema de la adopción de niños.

Alexis se agachó para recoger el libro y poco después echó un vistazo hacia el estudio.

Leonel era contrario a la idea de tener un hijo biológico.

¿Prefería la adopción?

La voz de Leonel llegaba desde el estudio mientras hablaba por teléfono con gente de Acoiclya. Sonaba ligeramente ronca.

Alexis dejó el libro a un lado y fue a ducharse.

Cuando Leonel regresó al dormitorio, ya eran las diez de la noche.

Apoyada en el cabecero de la cama, Alexis estaba sumida en sus pensamientos.

Leonel se acercó a ella y se inclinó para darle un beso. «¿No estás cansada?

¿Me estabas esperando despierta?»

«Sólo pensaba en un caso», respondió Alexis con una sonrisa.

«¿Ah, sí? Pensé que estabas pensando en mí».

Leonel habló con voz enérgica antes de dirigirse al cuarto de baño. No tardó en oírse el ruido del agua. Salió con sólo una toalla de baño y un aire de frescura.

Levantó la colcha y se tumbó a su lado.

Le besó el hombro y deslizó la mano bajo el pijama. «Si el sueño se te resiste, quizá podamos encontrar otra cosa que hacer», murmuró.

Alexis se volvió hacia él y no se negó.

El tacto de Leonel fue tierno esta vez. Alexis le sujetó el hombro y lo miró con ojos en los que brillaban las lágrimas.

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