La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 550
Capítulo 550:
La impaciencia se apoderó de Leonel.
Contra el sofá, inició su encuentro íntimo antes de desnudarla por completo.
Tal vez se debiera a sus anteriores intentos fallidos, pero Alexis se encontró inusualmente excitada. Mientras estaba abrazada a él, se mordía los labios y soportaba sus movimientos, sin saber si se trataba sólo de su percepción o si Leonel se estaba comportando de forma diferente aquel día.
La intimidad persistió, sin conclusión inmediata.
Posteriormente, su voz, acurrucada entre los brazos de él, sufrió una transformación. Le suplicó que se detuviera.
Leonel se inclinó y apretó los labios contra los suyos.
El prolongado beso reavivó su pasión.
Su encuentro íntimo duró dos horas.
«¡Cabrón!»
Agotada e incapaz de comer, Alexis se reclinó en el sofá. «Leonel, hoy debes de haber consumido pólvora. Tengo que replantearme nuestra relación».
Imperturbable, Leonel continuó como si los acontecimientos no le hubieran afectado. Él era el resistente.
Abrazándola, le dio otro beso.
«¿No me criticabas en silencio por no haber actuado bien anoche? Sin embargo, hoy te has agotado».
Alexis le mordió la mano.
Leonel le dedicó una suave sonrisa, seguida de un prolongado beso, antes de cogerla en brazos y conducirla al comedor.
Un leve rubor coloreó las mejillas de Alexis. «Ordena el sofá. La señora de la limpieza podría verlo mañana. No está bien».
Riéndose, Leonel comentó: «No eres de los que se avergüenzan».
Sin embargo, procedió a ordenar el sofá.
Acomodándose en el sillón para un momento de reposo, Alexis, alimentada por un pequeño vaso de vino tinto, se desencantó de las comidas elaboradas.
Juguetona, le dio una patada en la pierna y declaró: «Me apetecen espaguetis a la boloñesa. »
Haciendo gala de una paciencia bondadosa, Leonel se dirigió rápidamente a la cocina para preparar los deseados espaguetis.
Alexis se sintió satisfecho.
Mientras él se afanaba en la cocina, ella se acercó sigilosamente y lo envolvió en un suave abrazo. «¿A qué se debe este repentino cambio de hoy?».
Leonel sonrió. «Dime, ¿cuándo te he dejado insatisfecha?».
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