La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2081
Capítulo 2081:
Antes era joven y libre de responsabilidades, capaz de vivir a su antojo.
Ahora, como madre, sus días de espontaneidad habían quedado atrás.
Su vida se había vuelto sencilla y serena.
Esa tarde, Edwin hizo un viaje especial de vuelta a Czanch.
Estaba tan ocupado que tuvo que volver a Duefron para una reunión a primera hora de la mañana siguiente.
Mark se apoyó en la cabecera y preguntó a su hijo: «¿Por qué has vuelto? Estoy bien. Estoy de muy buen humor».
Sentado junto a la cama, Edwin cortó una manzana y dijo: «Le gastaste una broma a Dylan fingiendo ese informe médico, pero ahora parece que la broma es para ti. Tienes que cuidarte y dejar de beber».
Mark sintió que le brotaba una réplica.
Sin embargo, al ver que Cecilia se secaba las lágrimas en silencio, se inquietó.
Sin embargo, con los niños alrededor, no podía consolarla como lo hacía en privado.
Recorrió la habitación, se aclaró la garganta y dijo: «Edwin, tienes razón. Dejaré de beber. No soporto la idea de que tu madre se preocupe constantemente».
Edwin le ofreció las rodajas de manzana y preguntó: «¿De verdad?».
Mark le miró y respondió: «¿Cuándo he roto yo una promesa?».
Edwin asintió y dijo: «Entonces es una promesa. Por cierto, Olivia me ha dicho que piensas volver a Duefron con mamá. ¿Así que dejas Czanch para siempre?».
Las mejillas de Mark se calentaron.
Con Olivia y Dylan ausentes, dijo: «Todo es culpa de Dylan. Siempre está en nuestra casa y se niega a irse. Está empezando a levantar cotilleos. Así que volver a Duefron parece la mejor solución».
Y añadió: «Dylan nos ha ofrecido quedarnos en su casa. Tu madre y yo viviremos allí un tiempo. Si nos cansamos de su casa, nos quedaremos contigo».
Edwin se sintió divertido y conmovido a la vez.
Mark no quería molestar a sus hijos, así que decidió volver a Duefron aunque Czanch tenía un entorno más agradable para su jubilación.
Edwin no pudo resistirse a expresar su gratitud, diciendo: «¡Gracias, papá!».
Pero Mark se lo quitó de encima: «No hace falta que me des las gracias. Conocí a tu madre en Duefron. Mi madre ha fallecido, pero Cecilia tiene allí a su familia y amigos. Puede que eche de menos su ciudad natal».
Cecilia se emocionó.
Siempre había supuesto que las decisiones de Mark eran por los niños, pero le reconfortaba saber que tenía en cuenta sus sentimientos.
En ese momento, Mark dijo despreocupadamente: «Voy a dejar de beber. Lo digo en serio; no quiero que te preocupes».
Le cogió la mano.
Reflexionó internamente.
Cecilia era muy superior a él, joven, rica y hermosa, mientras que él era mucho mayor.
Si él fallecía, ella se quedaría sola.
Ese pensamiento le empujó a cuidarse más.
Edwin se sentó en silencio, conmovido.
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