Capítulo 2080:

«Es culpa mía que tu madre haya sufrido tanto», continuó Mark con un suspiro de pesar.

«Tu hermano también tuvo una infancia difícil, y todo fue culpa mía. Tu madre lo pasó muy mal entonces, pero nunca se arrepintió de haber dado a luz a tu hermano».

Olivia se quedó de piedra al oírlo.

Miró a Dylan y vio que le devolvía la mirada con ojos cariñosos.

De repente, Olivia se sintió aliviada.

Si Mark estaba diciendo la verdad sobre la razón de su regreso, entonces sus padres no estaban realmente haciendo sacrificios por ella y Dylan.

Al fin y al cabo, todos acabarían yendo a vivir a Duefron.

Así que tenía sentido que sus padres estuvieran encantados de volver allí y disfrutar de la compañía de sus hijos y nietos.

Siempre podían venir a Czanch cuando quisieran a visitar a viejos amigos.

Cuando llegó el mediodía, Mark se fue a dormir.

Olivia le dijo entonces a Dylan en voz baja: «Estoy pensando que quizá debería comprar una casa más grande en Duefron».

«¿Estás pensando en casarte conmigo? Si no, ¿para qué necesitas una casa más grande?». se burló Dylan.

Olivia miró a Dylan y dijo despacio: «Ya hemos hablado de esto…».

Alargó las palabras: «¿Quieres decir que viviríamos juntos sin estar casados todo el tiempo?».

Permaneció en silencio.

Al fin y al cabo, eso era lo que habían acordado.

Al notar su incomodidad, Dylan se relajó.

Se desplomó contra el sofá y cerró los ojos.

«Si necesitas una casa, te la compraré. ¿Cómo puedo dejar que una mujer se haga cargo de esos gastos? ¿Qué sería de mí?»

Olivia le miró fijamente.

Y añadió suavemente: «No es un gran problema. Los dos podemos permitirnos una casa. Sin embargo, como hombre, no me parece bien vivir en una casa comprada por ti. Además, si nos peleamos y me echas, sería bastante embarazoso, y la gente podría reírse».

Olivia preguntó: «Si vivo en la casa que compras y discutimos, ¿me echarías?».

Dylan sonrió.

«No me atrevería. En vez de eso, me iría yo mismo».

Su sonrisa era genuina, haciendo que Olivia se ablandara.

Dylan le dio un golpecito en la mano: «Entonces está decidido. Haré que mi secretaria busque un lugar más grande. Facilitará las visitas de tus padres».

Olivia se maravilló de su consideración.

«¡Gracias!»

«De nada», respondió rápidamente Dylan.

Olivia se reclinó contra el sofá.

La miró y le cogió la mano suavemente.

Permanecieron en la habitación, sintiéndose en paz.

Puede que le resultara difícil amarle tan apasionadamente como antes, pero había seguido adelante.

Las cosas habían cambiado para ella.

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