La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2024
Capítulo 2024:
Con voz tierna, Elissa dijo: «Vamos a vestirte y te llevaré al hospital».
El niño abrió los ojos, la vio con claridad y se estremeció al intentar vestirse.
Elissa le recogió la ropa y le ayudó a sentarse en el borde de la cama, apoyándose en ella.
A pesar de su inexperiencia con los niños, demostró una inesperada destreza, quizá impulsada por el instinto.
Brantley tenía las mejillas enrojecidas por la fiebre y parecía frágil al levantarse de la cama.
Sin embargo, insistió en caminar solo, no queriendo agobiar a la criada.
Pensaba que la criada había sido contratada para cuidar de Elissa y su futuro bebé, y se creía demasiado grande para que ella pudiera cargar con él.
La criada, conmovida por su consideración, le apoyó mientras bajaban las escaleras.
A pesar de estar embarazada de más de seis meses, Elissa se acercó a la carretera para pedir un taxi.
El taxista fue muy amable.
Al ver a dos mujeres con un niño y a ningún hombre cerca, se ofreció a ayudar a subir a Brantley al coche.
Con curiosidad, preguntó: «¿Dónde está el hombre de la casa?».
Elissa contestó en voz baja: «Está fuera por negocios y no ha podido volver a tiempo».
El conductor dijo despreocupado: «¿Qué clase de hombre hace eso? ¿Está a punto de volver a ser padre y abandona a su familia en un momento así? Menos mal que tienes a alguien que te cuida».
Brantley frunció los labios.
Agarró en silencio la mano de Elissa, preocupado por que pudiera revelar al conductor que no era su hijo.
Le preocupaba que los demás conocieran sus vergonzosos antecedentes.
Pero el conductor se acomodó en su asiento, y Elissa mencionó suavemente: «Cuando vuelva, tenemos que hablar seriamente».
El conductor pisó el acelerador.
Brantley le pareció bastante guapo y lo miró por el retrovisor, diciendo con una sonrisa: «¡Parece que os parecéis de verdad!».
Brantley se tensó una vez más.
Elissa tomó suavemente su mano febril entre las suyas.
Instó a Brantley a que apoyara la cabeza en su hombro.
Lo abrazó con firmeza, susurrándole tranquilizadoramente que podía dormir un rato y que ella lo despertaría cuando llegaran al hospital.
Brantley se acurrucó más en el abrazo de Elissa, sintiendo su calor, y sus mejillas se sonrojaron aún más.
Elissa lo miró y se dio cuenta de que sólo tenía ocho años.
Al llegar al hospital, el conductor les asistió amablemente hasta la sala de urgencias y no les cobró nada adicional.
Expresó su comprensión por las dificultades a las que se enfrentaban las dos mujeres y el niño.
Tras expresar su gratitud al conductor, Elissa se apresuró a consultar a un médico.
El médico recomendó tratamiento intravenoso y sugirió pasar la noche en observación.
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