Capítulo 2023:

En un momento de ternura, Elissa lo miró antes de decir suavemente al teléfono: «Está muy bien. Y ha comido mucho».

Una leve risita resonó al otro lado de la línea.

Consciente de la presencia de Brantley, Elissa navegó con cuidado por la conversación, evitando cualquier atisbo de intimidad.

Una vez finalizada la llamada, su tono volvió a ser severo.

«Sabes que no debes fallar en esa pregunta».

Brantley empuñó el bolígrafo y miró a Elissa antes de inclinar la cabeza hacia la tarea que tenía entre manos.

Se portaba increíblemente bien, apenas requería atención adicional…

Pero la razón subyacente era bastante descorazonadora.

La mayoría de los niños bien educados albergaban una constante sensación de inseguridad.

En la tranquilidad de la noche, la criada despertó a Elissa de su sueño.

«Sra. Jones, Brantley está teniendo una pesadilla. No para de llamar a su madre».

Con el sueño aún pegado a los ojos, Elissa se puso apresuradamente una bata y corrió al lado de Brantley.

Allí, en la penumbra, Brantley daba vueltas y más vueltas, presa de miedos invisibles.

Gotas de sudor salpicaban su frente mientras gemía por su madre.

La suave caricia de Elissa confirmó sus sospechas: Brantley ardía de fiebre.

En un arrebato de preocupación, la criada sugirió: «¿Llamamos a la señora Jones?».

La respuesta de Elissa no se hizo esperar.

«Acaba de instalarse en Czanch. No podemos molestarle ahora. Llamemos al médico y, si es necesario, pediremos un taxi al hospital enseguida».

Elissa comprobó la temperatura de Brantley y le dio algunos medicamentos, pero al cabo de treinta minutos la fiebre persistía.

Le palpó la frente, que le ardía.

Decidiendo que era lo mejor, optó por llevarle al hospital.

Le acarició suavemente la mejilla, le llamó por su nombre y le dijo en voz baja que tenían que ir al hospital.

Aunque medio inconsciente, Brantley hizo un esfuerzo por levantarse y vestirse, decidido a bajar las escaleras por sí mismo.

A Elissa le dolió el corazón al ver esto.

Se dio cuenta de que, a pesar de su estado, intentaba poner buena cara porque ella había sido dura con él.

Pasó la mano por el pelo de Brantley y lo abrazó.

Brantley se acurrucó en el brazo de Elissa, reacio a soltarla.

Estaba ardiendo de fiebre y empezó a llorar, agarrando con fuerza sus ropas.

Mirándole, Elissa le consoló suavemente, con el corazón cada vez más oprimido.

A menudo había sido injustamente dura con Brantley, pero en realidad no le parecía justo con el chico.

Al fin y al cabo, nadie quería ser hijo ilegítimo si le daban opciones.

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