La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1755
Capítulo 1755:
Cuando terminó y volvió a su despacho, había pasado una hora.
Alexis abrió la puerta y entró. Leonel estaba sentado en el sofá, hojeando una revista. Llevaba un atuendo muy elegante, tal vez demasiado arreglado.
De pie en la puerta, Alexis enrolló juguetonamente el documento que llevaba en la mano y sonrió. «Sr. Douglas, hoy está usted especialmente elegante».
Leonel levantó la vista de su revista y la dejó a un lado.
«¿Ha terminado su trabajo?»
Alexis entró y cerró la puerta. «Por ahora, sí.
Se sirvió un vaso de agua y se volvió hacia él. Tras una pausa, preguntó: «¿Has venido por lo de los padres y los alumnos? Les expliqué la situación y parecían bastante contentos de trasladarse o marcharse. ¿Por qué entonces se quejaron de mí al segundo siguiente?».
Leonel se levantó y se acercó a Alexis, preocupado por si el agua estaba demasiado caliente. Con delicadeza, le quitó el vaso de la mano, le rodeó la cintura con un brazo y le susurró cerca del cuello: «No es para tanto, Alexis. A veces también se trata de dejar que las cosas se calmen».
Alexis permaneció en silencio.
Leonel pensó que podría estar molesta y estuvo a punto de consolarla. Después de todo, molestarla por esas personas no valía la pena, sobre todo porque acababan de reconciliarse. Leonel, ahora más templado y atento, estaba deseoso de enmendar los agravios del pasado.
En ese momento, Alexis se volvió y lo abrazó.
Coincidiendo perfectamente con su estatura, su abrazo fue impactante. Apoyando la cabeza en su cuello, Alexis murmuró: «Leonel, estás mintiendo. Si de verdad no te importara, no habrías sentido la necesidad de fumar hoy, y no me habrías apartado».
Él permaneció en silencio.
Tras una pausa, Alexis añadió: «Sigues pensando que podría encontrar a alguien mejor. Pero Leonel, tu pierna ya no es lo que era, y yo tengo mis propias cicatrices. ¿No somos adecuados el uno para el otro ahora?».
Quiso negarlo, argumentar que ella era diferente a los demás, que seguía siendo perfecta.
Alexis apretó suavemente el dedo contra sus labios.
La verdad era evidente.
Si de verdad hubiera podido aceptar a otra persona, ¿cómo podrían seguir juntos después de todos estos años?
Mirándole de frente, no le dio espacio para retroceder. «A nuestra edad, ninguno de los dos somos perfectos. Leonel, démonos una oportunidad».
Leonel la miró profundamente a los ojos.
Tras una pausa reflexiva, dejó el vaso sobre el escritorio y la besó con ternura.
El beso fue suave, un poco seco, reflejando una prudente ternura.
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Nota de Tac-K: Holaaa, lindas personitas, tengan un lindo fin de semana, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /
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