Capítulo 1745:

Leonel jugueteó con la taza y respondió: «Simplemente no quiero defraudar a Daniel».

Alexis ofreció una leve sonrisa en señal de conformidad. Su intimidad era evidente cuando los sirvientes entraron en el comedor, y de vez en cuando se cruzaban sonrisas.

Leonel se aclaró la garganta y preguntó: «¿Cómo es tu relación con ese joven?».

Alexis esquivó la pregunta, sin confirmar ni negar nada. Cogió una revista, la hojeó despreocupadamente antes de comentar: «Igual que siempre».

Leonel vaciló, inseguro de cómo proceder. Se sentía demasiado avergonzado para seguir insistiendo, temiendo parecer desesperado.

Mientras tanto, Daniel estaba en lo alto de la escalera, con una pizca de rubor en su típica expresión serena. Era evidente que había oído a sus padres y estaba secretamente encantado.

Al ver a Daniel, Alexis le instó suavemente: «Ve a buscar a tu hermana para cenar, Danny».

Daniel asintió con entusiasmo y se apresuró a llamar a Evelyn. Su alegría se desbordó mientras se deleitaba con una copiosa cena, asumiendo incluso el papel de dar de comer a Cordelia.

Olivia estaba estupefacta.

No pudo evitar musitar que era una suerte que su hermano Edwin no mostrara ese comportamiento. Si él la complaciera con comida cada vez que se le antojaba, seguramente ella estaría mucho más rellenita.

Tras la cena, Leonel optó por no quedarse a dormir.

Antes de partir, Alexis le instó: «Lleva a Olivia. Últimamente está bastante decaída y me preocupa que conduzca a altas horas de la noche».

Leonel estaba a punto de encender un cigarrillo cuando recapacitó al oír aquello, retractándose.

«Está bien, la acompañaré», concedió.

Justo antes de que Leonel se marchara, Alexis añadió en voz baja: «Dile a Ross que se lo tome con calma en la carretera. Esta noche hay un poco de niebla. Descansa un poco cuando estés en casa, y no olvides remojarte los pies».

Leonel miró profundamente a los ojos de Alexis mientras ella permanecía de pie bajo el resplandor de la lámpara de cristal del pasillo, su belleza acentuada por su luz.

En ese fugaz instante, irradiaba una calidez y amabilidad que hacían difícil que cualquier hombre se alejara.

Sin embargo, Leonel no podía ignorar la historia de su separación, reconociendo lo inapropiado de estar solos juntos una vez más. Con una última mirada, se dio la vuelta en silencio y se marchó.

Mientras Alexis lo miraba irse en silencio, se apoyó en la puerta, con una sonrisa serena jugando en sus labios.

El sábado por la mañana, Alexis se sorprendió al recibir un paquete de Noreen.

Dentro, encontró una camiseta blanca blasonada con las palabras «Vamos Daniel».

Junto con la camiseta había una nota de Noreen que decía: «Douglas también tiene una, que pidió Daniel».

Recostada en su sillón de cuero, Alexis leyó la nota con una sonrisa dibujándose en su rostro.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar