La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1691
Capítulo 1691:
Ella se inclinó y apretó los labios contra la palma de su mano.
La pequeña pastilla fue barrida por su lengua, dejando una marca húmeda en la mano de Leonel.
La mano de Leonel se curvó suavemente mientras le entregaba la botella de agua. «Toma un sorbo», le dijo.
Alexis bebió un trago y Leonel cogió el botiquín para vendarle la herida. Mientras envolvía la venda, no pudo evitar tocar su piel. Al sostener su esbelta muñeca, se dio cuenta de que parecía más delicada que antes. Leonel murmuró: «Parece que alguien no te está cuidando bien».
«¿A quién te refieres?» preguntó Alexis.
Leonel levantó la vista hacia ella. Después de mirarla un momento, preguntó: «¿Tienes un nuevo novio? Pensé que ustedes dos estaban bien».
Alexis no discutió. Se limitó a retirar la mano después de que él terminara de vendarle la palma. Se recostó en el asiento y guardó silencio.
Leonel tampoco dijo nada. De vez en cuando, las luces de la calle se reflejaban en sus rostros, proyectando sombras que les impedían ver la expresión del otro.
Cuando llegaron al hospital, Leonel dijo: «Muy bien, vamos a que te curen bien la herida».
El conductor y Noreen salieron del coche para dejarles espacio. Sólo Alexis y Leonel se quedaron en el asiento trasero. Ella no se movió.
Justo cuando Leonel iba a decir algo más, Alexis preguntó: «Leonel, ¿te ha dolido?».
Quería saber si sintió dolor cuando lo dejaron solo en la mesa de operaciones; cuando ella lo abandonó y él se quedó atrapado en el hospital porque no podía moverse; si le dolió cuando la vio desde su silla de ruedas.
Le temblaba la voz. Quería tocarle la pierna herida, sentirla, saber cuánto había sufrido.
Leonel se tensó.
Pareció captar algo en sus palabras y le lanzó una mirada fría.
Al cabo de un momento, gritó: «¡Noreen, asegúrate de que la lleven a Urgencias!».
A Noreen le sorprendió el brusco cambio de tono de Leonel. Antes de que pudiera decir nada, Leonel ya había sacado a Alexis del coche, con una actitud mucho más fría. Hizo una señal al conductor para que volviera al coche y se marchó sin decir nada más.
En medio de la brisa nocturna, Alexis se quedó fuera del coche mientras éste desaparecía en la distancia.
Noreen sintió una punzada de compasión y se acercó diciendo: «Señorita Fowler, lo siento mucho. El Sr. Douglas ha estado raro últimamente. Creo que está estresado».
Alexis se miró la mano vendada. La hemorragia se había detenido. Se le llenaron los ojos de lágrimas y susurró: «No hace falta ir a Urgencias. Con esto basta».
Pidió un taxi y se subió.
Noreen estaba desconcertada, no sabía qué pasaba con Leonel y Alexis.
Cuando informó a Leonel, esperaba una reprimenda, pero él se limitó a asentir en silencio, sin una palabra de reprimenda. Esto dejó a Noreen aún más perpleja.
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