Capítulo 1670:

Waylen se acercó y le sujetó suavemente el hombro. «Cecilia, sé fuerte», le amonestó, tratando de ser el hombre que su padre le había criado para ser.

Cecilia lo abrazó con fuerza y lloró aún más.

Mientras tanto, Korbyn estaba muy cerca de su final. Miraba fijamente a Alexis, queriendo hablarle, pero no podía pronunciar palabra. Alexis sabía que el anciano quería preguntarle por Leonel.

Rápidamente se inclinó más cerca, con lágrimas cayendo por su rostro, y dijo suavemente: «Estará aquí pronto».

Korbyn cerró los ojos con fuerza al oír esto, como si las palabras le trajeran algo de paz.

Justo cuando todos pensaban que Korbyn no aguantaría hasta la llegada de Leonel, la puerta de la habitación se abrió de repente de un empujón, y Noreen introdujo a Leonel en la habitación en su silla de ruedas.

«Abuelo», dijo Leonel, con voz temblorosa, mientras tomaba la fría mano de Korbyn entre las suyas.

Korbyn, aunque débil, pareció reunir todas las fuerzas que le quedaban para abrir los ojos. Miró a Leonel y luego a su pierna izquierda, donde sabía que estaba la herida. Siempre se había preocupado por Leonel y su futuro.

Leonel podía ver la pregunta en los ojos de Korbyn, los pensamientos inconclusos que Korbyn quería expresar pero no podía.

Se inclinó más hacia él y le susurró al oído: «Cuidaré de Alexis y de los niños el resto de mi vida».

Al oír esto, los ojos de Korbyn se llenaron de lágrimas. Aunque no podía hablar, sus ojos se llenaron de gratitud y alivio.

Siempre había tenido la esperanza de que Leonel y Alexis pudieran reconciliar sus diferencias y volver a estar juntos, y ahora, aunque no lo hicieran, sabía que Leonel cumpliría su promesa de proteger a su familia.

Poco a poco, las arrugas del rostro de Korbyn se alisaron, como si le hubieran quitado un gran peso de encima.

Era como si hubiera estado esperando a que Leonel le hiciera esa promesa, y ahora, con esa seguridad, por fin podía dejarse llevar.

Cuando Korbyn falleció, Leonel era la persona más cercana a él. Se sentó y observó cómo fallecía el anciano al que consideraba su abuelo. El rostro de Korbyn parecía apacible mientras la vida le abandonaba.

Leonel tardó un momento en darse cuenta de que Korbyn se había ido de verdad. El anciano que amaba a Alexis más que nadie había partido de este mundo. Por el lado bueno, ahora se reuniría con su amada esposa en la otra vida.

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