Capítulo 1660:

Pero ahora, en plena noche, ya no podía mentirse a sí misma. Algunos sentimientos eran capaces de durar toda la vida.

Pero ella eligió dejar de amar a ese hombre.

Tras permanecer en el balcón y mirar fijamente al de enfrente durante lo que le pareció un largo rato, Alexis no se movió más. En lugar de eso, se dio la vuelta y regresó a su dormitorio.

Al día siguiente era sábado, así que Evelyn se levantó temprano y vino a ver a la pequeña Cordelia. Apoyada en el borde de la cuna, miró a la niña con una sonrisa. En algún momento, no pudo evitar coger a Cordelia en brazos.

No le resultó fácil cargarla, pero a pesar de ello, la pequeña Cordelia no se sintió incómoda en absoluto. Intentó rodear el cuello de Evelyn con los brazos y sonrió alegremente.

En respuesta, Evelyn le dio un beso en la mejilla. Cordelia soltó una risita de felicidad.

Cuando Alexis salió del baño, vio que Evelyn volvía a poner a Cordelia en la cuna de mala gana. Sabiendo que Alexis se iba de viaje de negocios, Evelyn le dijo pensativa: «Mamá, cuando estés fuera, Daniel y yo cuidaremos bien de nuestra hermana».

Al oír esto, Alexis se sentó en el borde de la cama y estrechó a Evelyn entre sus brazos.

En los últimos meses, Evelyn no había visto mucho a Alexis, así que se apoyó ansiosamente en su pecho y la rodeó con los brazos.

«Mamá os llevará a ti y a Daniel a casa de papá más tarde», le aseguró Alexis mientras le acariciaba el pelo cariñosamente.

Evelyn se sorprendió al oír aquello. «¿Hablas en serio?», preguntó incrédula.

«Claro que sí», rió Alexis entre dientes, y le dio un beso. «Ve a contárselo a Daniel. Luego los dos debéis recoger vuestras cosas. Os llevaré cuando hayáis terminado».

Francamente, Evelyn echaba mucho de menos a su padre. Aunque lo llamaba a menudo, era muy diferente a verlo en persona.

Pero, de repente, se paró en seco y se volvió para preguntarle a Alexis expectante: «Mamá, ¿podemos llevar a Cordelia?».

Alexis pensó un rato antes de contestar: «No hay problema. Podéis traerla».

Al oír esto, Evelyn salió corriendo de la habitación y fue a compartir la noticia con Daniel. El pequeño se alegró mucho de oírlo, pero fingió indiferencia.

Cuando por fin iban camino a casa de Leonel, Alexis no pudo evitar burlarse de Daniel.

Al principio, Daniel se sintió avergonzado y molesto, pero cuando vio la expresión en el rostro de Alexis, sus sentimientos cambiaron. Parecía muy segura de sí misma y llena de energía. Sintió que ninguna otra madre podría ser tan excelente como la suya, y no pudo evitar sentirse muy orgulloso de ella.

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