La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1647
Capítulo 1647:
Leonel le devolvió los besos con cariño, el aroma único de su bebita despertaba algo en lo más profundo de su ser. Después de un momento, se volvió hacia Alexis, su tono calmado y algo indiferente. «¿Por qué has vuelto tan de repente?».
Con una leve sonrisa, Alexis respondió: «Hay algunos asuntos en la empresa, y me ha entrado un poco de morriña después de estar tanto tiempo fuera.»
«¿Te quedarás mucho tiempo?» preguntó Leonel.
«Supongo que sí», respondió Alexis escuetamente.
Leonel parecía reacio a soltar a Cordelia, abrazándola con fuerza. Fue entonces cuando Alexis se dio cuenta de que se apoyaba casi por completo en el coche para sostenerse. Mirando de nuevo la silla de ruedas, preguntó con un deje de preocupación: «Tus piernas… ¿Qué ha pasado?»
Leonel siguió su mirada hasta sus piernas, deteniéndose un momento antes de volver a mirarla a los ojos.
«El otro día comí unos mariscos que me dispararon la gota. No es nada grave. A veces me duele, y me resulta cómodo sentarme en la silla de ruedas, ¿sabes? Pero, de verdad, no esperaba tropezarme contigo así. Es bastante embarazoso».
En ese momento, el conductor salió del coche y dijo: «¡Sí, es verdad! Le he dicho al Sr. Douglas más de una vez que debería dejar el alcohol. Después de todo, es una figura prominente de la sociedad. Pero nunca toma en serio mis consejos…».
Con una leve sonrisa, Leonel dijo: «Bueno, guarde la silla de ruedas».
Mientras el chófer cumplía, Leonel besó tiernamente a Cordelia una vez más antes de dirigirse a Alexis: «Tengo que ir pronto a una reunión de negocios, así que no puedo llevarte yo mismo a casa. Vendré a recoger a los niños otro día, si te viene bien».
Mantuvo un tono educado y formal mientras hablaba.
«Claro que sí», dijo Alexis, manteniendo un tono ligero pero profesional.
Leonel dudó en devolverle a la pequeña Cordelia, demorándose un momento con un suave beso más en su mejilla. Sin embargo, Cordelia no quería saber nada de eso. Una vez de vuelta en brazos de Alexis, hizo un mohín, visiblemente disgustada por dejar a su padre.
Al ver su reacción, Leonel no pudo evitar sonreír y bromear: «Vaya, alguien tiene un poco de mal genio, ¿eh?». Su voz era ligera, tratando de arrancarle una sonrisa a la pequeña.
Cordelia respondió enterrando la cara en el hombro de Alexis, ignorando a Leonel.
Leonel observó el intercambio, con una mezcla de diversión y un toque de tristeza en los ojos. Después de un momento, se volvió hacia Alexis. «Es increíble, Alexis. Realmente has hecho un gran trabajo con ella», la felicitó sinceramente.
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