La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1641
Capítulo 1641:
Mientras tanto, en la sala VIP, Alexis se despertó del sueño, con la vista nublada por las lágrimas. Poco a poco, los acontecimientos que la llevaron al hospital volvieron a su memoria. Rena estaba a su lado en un instante, agarrándola de la mano. «¿Alexis?»
Con la voz rasposa por la preocupación, Alexis consiguió preguntar: «Leonel, Cordelia… ¿dónde están?».
A Rena se le apretó el corazón al pensar en el destino de Leonel, y su voz vaciló un poco. «Cordelia está ilesa. Leonel… sólo tiene algunos moratones. Salió antes del hospital por un asunto urgente. Tenía un viaje al extranjero».
Alexis, sorprendida por un momento, procesó la información. Estaba bien, sólo de viaje de negocios. Se recostó en la almohada y un suspiro de alivio se escapó de sus labios. «Qué bien.
Rena le acercó un vaso de agua, con las manos temblorosas, testigo mudo de su agitación interior.
La voz de Alexis apenas era un susurro. «Soñé con nosotros, bajo las estrellas, cuando teníamos dieciséis años. ¿Crees que alguna vez podremos recuperar lo que tuvimos?».
Dejando el vaso, la voz de Rena se suavizó. «Tal vez, cuando estés mejor, podríamos explorar el mundo juntos».
Alexis se sintió reconfortada al apoyarse en la presencia de Rena.
Mientras caía la noche y Rena se sumía en su propio agotamiento, Alexis se abandonó a sus pensamientos, absorbiendo los acontecimientos del día a través de la lente de las últimas noticias. La incertidumbre la atormentaba, pero lo que más ansiaba era tener la certeza del bienestar de Leonel.
Las emisiones de la noche se hicieron eco de las actualizaciones de Rena. Ese día, Leonel había sido dado de alta del hospital tras el accidente e inmediatamente se había embarcado en un viaje de negocios a Livebop para negociar un acuerdo valorado en cientos de miles de millones. Tal vez, a partir de hoy, sus vidas cambiarían de verdad. La próxima vez que se vieran, podrían ser nuevas versiones de Alexis y Leonel.
Alexis echó un vistazo a su teléfono, pero finalmente se abstuvo de marcar su número. La noche la abrazó con su silenciosa quietud.
En otra planta del hospital, Leonel yacía inmóvil tras la operación. Aunque consciente, su pierna izquierda permanecía inmóvil. Los médicos le pronosticaron seis meses de rehabilitación, pero el alcance de su recuperación era incierto. Incluso en las mejores circunstancias, nunca volvería a ser el mismo.
Sin embargo, no albergaba remordimientos. Enfrentado a la misma situación cien veces, tomaría siempre la misma decisión.
Leonel sabía que algunos podrían sugerir que actuó por gratitud hacia los Fowler, pero en el fondo comprendía la verdad. No era un buen hombre por naturaleza. Sus acciones se debían a una sola cosa: su amor por Alexis.
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