La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1592
Capítulo 1592:
En el silencioso pasillo, la voz de Alexis era un murmullo. «No los quiero».
La mirada de Leonel se detuvo en ella antes de desplazarse a los papeles que tenía en la mano la asistente.
En un susurro, preguntó: «¿Esta visita es para el control prenatal?».
Un asentimiento de Alexis fue toda la confirmación que necesitaba. «¿Puedo ver la imagen de la ecografía?».
Los ojos de su ayudante buscaron dirección. Con un parpadeo de indiferencia, Alexis ordenó: «Adelante, enséñasela». Luego se dirigió hacia el ascensor, con paso firme, sin dejar lugar a dudas sobre su postura.
Leonel le tendió la mano, su tacto era una suave súplica. «Tenemos que hablar.
Ella miró hacia abajo, donde su mano se encontraba con la suya.
Tras un silencio, alzó la voz, apenas por encima de un suspiro. «¿Qué más quieres, Leonel? La pregunta quedó flotando en el aire, una pausa cargada con el peso del pasado y el presente.
«Leonel, después de todo lo que ha pasado, reunirnos sería una locura. Nuestra historia es rica, no sólo en amor, sino en momentos dignos de recordar. Sin embargo, dejarlo ir es lo mejor para los dos».
Leonel asimiló sus palabras, un silencio lo envolvió.
Alexis retiró la mano con decisión y se encaminó hacia el ascensor.
La asistenta le puso los resultados de la ecografía en la mano antes de correr tras Alexis.
Un escalofrío recorrió la mano de Leonel, visible su inquietud. Inclinó la cabeza para contemplar la colorida pantalla de la ecografía. Los contornos de la cara del bebé dejaban entrever una inocencia aún no tocada por el mundo. Era realmente hermosa.
Un zumbido le desconcentró: había llegado un mensaje.
Alexis había enviado un mensaje conciso y profundo. «Se llama Cordelia Fowler».
Leonel dio vueltas al nombre en su mente, el peso del mismo drenando el color de sus mejillas.
Cordelia Fowler…
¿Por qué Alexis eligió ese nombre?
Conmocionado, Leonel bajó lentamente hasta el banco, con la cara sin color mientras susurraba el nombre del bebé una y otra vez. Un rato después, pareció aceptarlo, igual que había aceptado el hecho de que Alexis siempre echaría de menos a Calvin.
Al contemplar la imagen de la ecografía, vio a un pequeño y delicado ser con rasgos parecidos a los de Alexis, pero también pudo distinguir rastros de sí mismo.
Una oleada de vértigo lo invadió al contemplar el origen de la niña y la inquebrantable determinación de Alexis de protegerla. Fue suficiente para evitar que montara una escena.
Mientras tanto, apretó la película contra su corazón, sabiendo que contenía la imagen de la niña tanto de Alexis como suya.
Sacó su teléfono y escribió un mensaje, deteniéndose a leerlo durante un largo rato antes de pulsar enviar. Sintiéndose emocionado, reflexionó sobre cómo Alexis y él habían llegado a este punto.
Alexis evitaba verlo o hablar con él.
Entonces, cuando lo traía a casa, se sentía feliz como si fuera su querido osito de peluche.
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