La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1496
Capítulo 1496:
Leonel se puso más pálido. Se quedó mirando a Alexis con incredulidad. ¿Paciente? Qué le pasaba a Alexis?
Antes de que Leonel pudiera preguntar, Olivia, al lado de Alexis, tomó la palabra. Con cara de piedra, Olivia lo regañó.
«Leonel, eres un auténtico inútil. Alexis lleva más de dos meses recibiendo tratamiento para el autismo. ¿Cómo te atreves a acusarla de andar con otros hombres?
¿Y por qué alardeas de tu nueva chica por todos lados para restregárselo? Aunque no te importen tu familia ni tus hijos, al menos muestra algo de decencia con Alexis. Los Fowler no te acogieron para que un día los apuñalaras por la espalda, por el amor de Dios».
Los ojos de Olivia se humedecieron, recordando su pasada cercanía. «Me das asco».
Anika, temiendo quedarse atrás de nuevo, intentó hablar, pero Olivia la abofeteó con fuerza.
«Aquí no tienes nada que decir. No te hemos hecho nada porque Alexis quiera terminar las cosas con elegancia. Y no creas que a la familia Fowler no le queda nadie. Podemos manejarte muy bien. Tu hombre no puede protegerte en absoluto».
Anika tembló, mirando a Leonel en busca de apoyo. Pero Leonel la apartó de un empujón. Sólo podía pensar en Alexis. Temblando, empezó: «Alexis, ¿puedes…?».
No pudo terminar. Alexis lloraba, ocultando sus lágrimas mientras sollozos silenciosos sacudían su cuerpo. Leonel rara vez la veía llorar. Por lo general, ella lo llamaba «Leonel» alegremente, con sus rizos castaños rebotando.
Recordó sus disputas infantiles. Entonces, Alexis también lloraba. Ahora, como entonces, Leonel se sentía perdido. No sabía cómo consolarla ni cómo explicarse.
Pensó en lo que había hecho anoche. Le había dicho que si ella estaba con otro, entonces él podría hacer lo mismo. Le recordó que aún tenía su sangre, aunque ella pensara que era repugnante. Le había dicho que ambos serían libres de seguir adelante. Pero Alexis, ¿cómo había llegado a esto?
Leonel se sintió devastado. Lo único que recordaba eran las palabras que le dijo en su infancia: «No llores, Alexis. Haré lo que sea. Pero no llores».
Alexis levantó la cabeza. «Firma los papeles del divorcio».
Leonel no sabía cómo se las arregló para decir «de acuerdo», pero sentía el corazón entumecido por el dolor. Preguntó, luchando: «¿Cuándo?».
Alexis parpadeó suavemente. «¿Puedo elegir?».
Leonel cerró los ojos brevemente. «Sí».
«Entonces hagámoslo ahora», dijo Alexis, con voz suave pero decidida.
A Leonel le dio un vuelco el corazón. La gravedad de las palabras de Alexis flotaba en el aire: exigía el divorcio, con efecto inmediato. ¿Acaso su amor por ella era invisible?
Olivia, al ver la incredulidad en el rostro de Leonel, no pudo contenerse. «Cuando estabas con esa chica de al lado, ¿por qué nunca te apartaste? ¿Y ahora actúas como si estuvieras rebosante de cariño?».
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