La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1467
Capítulo 1467:
Leonel se quedó en el recibidor, mirando en silencio a Alexis.
Dentro de la casa, unas cuantas velas parpadeaban, proyectando un suave resplandor en el gran comedor. Pero Alexis estaba sentada sola, vestida elegantemente de negro, mimetizándose con la tenue luz, acrecentando su soledad.
La luz de las velas jugaba con su rostro, ocultando sus sentimientos a Leonel.
Bajó la mirada, se cambió los zapatos y murmuró: «Hoy pareces alegre, disfrutando de una cena a solas a la luz de las velas».
Al ponerse las zapatillas, Leonel se acercó para besarla, pero Alexis volvió la cara hacia un lado y dijo: «Es que me sobra la luz».
Señaló hacia el otro lado.
Con una leve sonrisa, Leonel tomó asiento frente a ella. Tras servirse un poco de vino, ambos se sentaron sin tocar las copas, estudiándose con calma.
Finalmente, tras un embarazoso silencio, Alexis tomó la palabra. «¿Ya te has decidido?»
Leonel levantó la copa, bebió un sorbo y sonrió. «Dije que quiero la custodia de los niños, o no hay trato».
Alexis lo miró fijamente, con sus ojos oscuros inflexibles.
Al cabo de un rato, esbozó una leve sonrisa y bromeó: «¿Por qué eres tan testarudo, Leonel? Hay un montón de chicas jóvenes ahí fuera que estarían deseando tener hijos contigo».
Leonel frunció el ceño.
Mantenía los ojos fijos en ella, sin querer perderse ni un solo cambio en su expresión.
Las palabras de Alexis le trajeron recuerdos de su inesperado beso con Anika la noche anterior.
Tal vez había sido un impulso del momento, o tal vez era la tensión en su matrimonio, pero sintió una punzada de tentación.
Sin embargo, a la hora de la verdad, resistió el impulso de actuar imprudentemente.
En ese momento, se sentía un poco aburrido y no estaba de humor. ¿Acaso le importaba ahora a Alexis la presencia de Anika?
Se burló. «¿De verdad estás dispuesta a deshacerte de toda la actuación de la señora Douglas?».
Ante su mirada, Alexis le devolvió la sonrisa. «Leonel, nunca me he casado por estatus. Diablos, la gente suele querer un trozo de mi pastel de estatus».
Con las cosas hirviendo de esta manera, no le importaba entregar un aguijón.
Como era de esperar, Leonel entrecerró los ojos. Agarró con fuerza el vaso y sus dedos palidecieron. Siseó, cada palabra medida: «Sra. Douglas, no tiene que seguir recordándome cómo me eligieron los Fowler».
Después de una pausa, continuó: «Sé que Noreen le dio mi horario, y sé que investigó a Anika y todo eso. Pero eso no es prueba de nada sospechoso. Mis relaciones con Anika son legítimas, y la casa es una ventaja de la empresa para ella».
Alexis se dio cuenta de que estaba tratando de asquearla.
Bajó la mirada y se burló en voz baja. «Muy elegante, hablar de ‘mantener’ a una mujer. Me revuelve el estómago».
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