La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1463
Capítulo 1463:
Un día, Anika recibió un regalo sorpresa.
Era una elegante pieza de coral rojo de Leonel, rara y cara. La exhibió orgullosa en su recibidor.
Se rumoreaba que Leonel había derrochado en ella esa noche, descorchando champán y todo.
Los rumores se extendieron como la pólvora, pero ningún periódico ni medio de comunicación se hizo eco. Todo eran rumores. Al fin y al cabo, nadie se atrevía a contrariar a Leonel.
Por supuesto, Alexis se enteró de algunas habladurías.
Aunque Leonel se negaba a divorciarse, apenas volvía a casa.
Mientras tanto, Alexis no hacía más que esperar a que él mismo sacara el tema.
Supuso que no pasaría mucho tiempo antes de que volviera arrastrándose. Si realmente estaba tonteando, la otra mujer debía estar deseando ocupar su lugar.
Él la complacería y terminaría las cosas con Alexis. Entonces, él y su nueva amante podrían alardear de su relación ante el mundo.
Una noche, Alexis estaba tumbada en el balcón con un albornoz blanco, recién salida de la ducha.
La brisa de finales de verano le alborotaba el pelo mientras permanecía ensimismada.
Cuando Leonel salió de la elegante limusina negra, levantó la vista y vio a Alexis…
Allí estaba, bañada por la luz de la luna y el viento, parecía un ser celestial.
Leonel se apoyó en la puerta del coche, incapaz de apartar la mirada de Alexis.
Se le hizo un nudo en la garganta al recordar la noche que habían pasado juntos, el rostro bañado en lágrimas de Alexis, sus súplicas desesperadas para que se detuviera…
Perdido en sus pensamientos, Leonel agarró con fuerza la puerta del coche.
De repente, Alexis salió de su ensueño.
Sus ojos se cruzaron con los de Leonel al encontrarse después de semanas separados.
Abrió la boca, dispuesta a hablar, pero entonces se dio cuenta de que otra figura salía del coche.
Era Anika.
Leonel, con su elegante traje negro, y Anika, de blanco impoluto, formaban una bonita pareja.
Alexis los observó en silencio.
Leonel mantenía la mirada fija en Alexis, mientras Anika permanecía a su lado, irradiando confianza. Al cabo de un momento, Leonel le dijo algo a Anika y se dirigió solo a la casa.
Anika le dirigió a Alexis una sonrisa de suficiencia.
Tras observarla un instante, Alexis giró sobre sus talones y salió por el balcón.
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