Capítulo 1454:

La cortó con firmeza, imponiendo la ley. «Señorita Cohen, déjeme dejarle esto muy claro.

Nunca habrá nada entre nosotros. No vuelvas a llamarme. Y si lo hace, no sólo estará fuera del negocio de la televisión, sino de Duefron por completo. Considéralo una promesa».

Con eso, terminó la llamada abruptamente.

Por su parte, Anika temblaba de incredulidad. No podía entender que Leonel la hubiera cerrado de esa manera. Después de todo, ¿no parecía interesado en ella cuando estuvieron juntos esa noche?

Era casi medianoche cuando Leonel salió de la oficina.

Cuando fue a buscar el coche, vio a Anika esperando en la oscuridad, vestida sólo con una camisa fina. Ignorándola, subió al coche y se marchó sin mirarla dos veces.

«Sr. Douglas», gritó Anika en voz baja, pero el coche no aminoró la marcha.

En la serena noche, la mirada de Anika ardía de frustración, sus pensamientos se arremolinaban en la quietud de su mente.

Cuando Leonel regresó a la villa, el criado lo saludó con sumo respeto, ya a su servicio. «La señora Douglas ha vuelto pronto. Ahora está con los niños. Sr. Douglas, ¿prefiere algo de comer o subir a darse una ducha?».

Mientras hablaba, se dirigió hacia el vestíbulo.

Hacía tiempo que Leonel no regresaba, y el peso de la semana de ausencia pesaba sobre sus hombros.

De repente, Ollie saltó a la vista, rodeando a Leonel con un afecto sin límites. No pudo evitar sonreír y estiró la mano para acariciar al leal cachorro. Entonces, Alexis bajó las escaleras.

Sus miradas se cruzaron en un silencioso intercambio de emociones.

Ella seguía vestida de manga larga y pantalones, y Leonel no pudo evitar la imagen de su fragilidad.

Leonel no pudo evitar preguntarse si las marcas que le había dejado en la piel seguirían allí, como recuerdo de sus momentos íntimos.

A pesar de la tensión tácita, Leonel se dirigió al criado: «Primero comeré algo. Prepara dos cuencos de fideos. Cenaré con mi esposa».

Mientras Leonel concluía sus directrices, el suave murmullo de Alexis rompió el silencio. «No hace falta. Simplemente haz su porción».

Bajo la cruda luz, la mirada de Leonel se fijó en su esposa.

Momentos después, sacó un cigarrillo del bolsillo, encendió una cerilla e inhaló profundamente. «Llevo una semana fuera. ¿Es éste el quid de tu mensaje?», preguntó.

Alexis esbozó una sonrisa. «La esencia de mi mensaje está recogida en el acuerdo».

La tensión temblaba en las yemas de los dedos de Leonel mientras agarraba el cigarrillo, otro largo tirón que pintaba sombras en sus mejillas hundidas, acentuando un encanto cansado.

Sus ojos se congelaron al mirarla.

«Las discusiones son mejores con un bocado de madrugada, ¿no crees?».

Alexis se dirigió al criado con la serenidad grabada en sus facciones.

«Prepara dos cuencos de fideos entonces».

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Nota de Tac-K: Tengan un lindo fin de semana queridas personitas, nuevo estreno de novela en unas horas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (^◡^ )

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