Capítulo 1428:

Alexis sabía que los hombres suelen equiparar sexo con amor.

Después de lo ocurrido, Leonel probablemente pensaba que todo había vuelto a la normalidad entre ellos. Incluso podría creer que podrían hacer el amor felizmente en el futuro.

Pero las mujeres eran diferentes. Una vez decepcionadas por un hombre, no les resultaba fácil volver a enamorarse.

Sin embargo, Alexis no le dijo nada de esto a Leonel. Cuando se marchó, fue al cuarto de baño para ducharse a fondo. Puso el agua más caliente de lo habitual, no quería correr el riesgo de quedarse embarazada.

Cuando terminó, se puso ropa cómoda.

Luego, dudando un momento, abrió un cajón de la mesilla de noche y sacó un botecito de píldoras anticonceptivas.

Las había comprado hacía un rato.

No sabía muy bien por qué las había comprado entonces. Quizá presentía que algún día llegaría a esto. Después de todo, no quería complicarse más la vida teniendo otro hijo con Leonel.

Como no encontró agua en el dormitorio, Alexis se dirigió al salón y vio una botella de agua en la mesita. La cogió y se bebió las pastillas sin pensárselo dos veces.

«¿Lista para cenar? Yo-» La voz de Leonel se detuvo abruptamente.

Notó el frasco de medicina en su mano y su expresión cambió a sorpresa.

Siguiendo su mirada, Alexis se encogió de hombros.

«Antes te saltaste el preservativo, y ahora mismo no estamos precisamente planeando otro bebé. Así que pensé que era mejor prevenir».

Las cejas de Leonel se alzaron indignadas. «¿Se supone que eso me explica algo?».

«Más o menos», respondió Alexis con una leve sonrisa.

Leonel se acercó a ella lentamente, vestido con una impecable camisa blanca y unos pantalones negros, su atuendo favorito de antaño. Tomó la botella de su delicada mano, estudiando la etiqueta atentamente antes de hablar en voz baja.

«Alexis, no quieres tener otro hijo conmigo, ¿verdad? No parecías muy dispuesta a acostarte conmigo».

Alexis suspiró, su voz apenas audible. «Leonel, sólo puedo decirte que no puedo darte lo que quieres».

El peso de sus palabras lo golpeó con fuerza.

Al mirarla de nuevo, se dio cuenta de que había estado equivocado todo el tiempo.

Se dio cuenta de que no era el único que tenía problemas en su matrimonio.

La pareja no estaba entusiasmada con la cena. Después de comer, hablaron casualmente de los estudios de los niños. Alexis se dirigió al estudio, pero Leonel la detuvo diciéndole: «Espera, no te sumerjas en esos expedientes. No los terminarás. Tómate un descanso esta noche».

«Mañana tengo juicio», respondió ella.

Mirando su grácil ascenso, Leonel recordó. Habían estado juntos desde siempre, prácticamente crecieron juntos.

A pesar de tener dos hijos, Alexis mantenía su impresionante físico: cintura delgada, piernas largas.

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