La promesa del padre de mis trillizos -
Capítulo 1
Capítulo 1:
POV Eva Dreyfus
Tengo frío lo que me hace despertarme de a poco busco o sabana que debería de estar en la cama, pero, como no la consigo, me obligo a abrir los ojos, intento sentarme, pero, me siento muy mal, me da mareos.
“¿Qué he hecho?”
Es lo que me pregunto al ver la sangre que hay en las sábanas, me tapo con ella y vuelvo a la cama, para no agarrar frío, me comienzo a llorar porque no veo a mi prometido Daniel por ninguna parte.
Tal vez eso era lo único que quería de mí, solo robarme mi virginidad en la noche de mis cumpleaños, siento como las lágrimas comienzan a bajar por mis mejillas, eso sumándole que me siento muy mal y me duele mucho el estómago porque bebí mucho.
No me siento bien, esto es una tortura porque no me lo veía venir.
‘No poder ser, yo sabía que algo pasaba, pero es que una mujer enamorada comete locuras por amor y él ni siquiera se despidió de mí’.
“Es que nunca soy buena con los hombres”, susurro totalmente abatida porque me robaron la virginidad y Daniel ni siquiera está aquí, pongo mi mano en la cama y de inmediato siento algo duro debajo de la sabana.
Por lo que me lleva a busca y a conseguirme con un sobre con alguna esperanza de que sea una despedida de mi prometido, lo abro y veo que hay mucho dinero, por lo que me deja totalmente fría.
“¿Cree que soy alguna clase de p%ta o qué?, ¿Por qué me habrá dejado tanto dinero?”
Me hago estás preguntas en voz alta y justo llega alguien abriendo la puerta de esta habitación.
Es como si hubiera recibido un electrochoque, porque con movimientos rápidos me tapo, tomo el sobre lleno con mucho dinero y lo escondo en mi regazo y luego veo que está la mancha de sangre descubierta por lo que la tapo en último momento.
“¡Eres una ramera Eva!, ¿Cómo pudiste estar con un hombre que no sea yo?”
Me pregunta la voz de Daniel que al verme como estoy se enoja aún más.
“¿Cómo qué no estuve contigo anoche?, ¿No eras tú?”
Inquiero muy confundida y de pronto siento como me da un tirón en la cabeza, lo que me obliga a acostarme porque la intensa voz de Daniel me hace doler la cabeza.
“Si, no te hagas la loca Eva, esa persona con la que te acostaste no era yo. Entonces, ¡Explícame!”, me grita sin tener contemplación conmigo lo que me lleva a llorar, porque no me merezco esto.
No debí beber todas las bebidas que me daba Daniel, además qué no sabía que el hombre con el que me acosté no era Daniel.
“Daniel, por favor baja la voz que me duele mucho la cabeza”, le ruego entre jadeos, porque es mi primera cruda y todo lo hice mal, sumado a que mi cuerpo está temblando del frio.
“No bajaré ni un poco la voz porque no mereces mi piedad, porque me ha engañado con otro hombre y eso no te lo voy a perdonar, cómo es que de ayer que decías que me amabas, ahora me entero de que el hombre con el que me engañaste me pasó, por un lado”, me asevera muy seguro de si mismo.
Yo ya no tengo cabeza como para aguantarle más gritos a Daniel, por lo que pierdo mi mirada y lo trato de ignorar, aunque se me salen las lágrimas y me cubro con las sabanas porque no me puede consolar, porque he cometido un error.
“Ya no voy a confiar en ti porque mira como me pagas, eres una ramera de cuarta”, me insulta y ya ni siquiera quiero hablarle o mirarle.
“Eso te mereces por ser una bastarda”
Después de gritar aquello cierra la puerta, lo que hace que me dé cuenta de que estoy perdiendo a mi prometido, algo que no puede ser.
POV Niccolo Di Pascuale
Me despertó una llamada de mi agente porque tengo que viajar por algunos países, en verdad la resaca me ha dado durísimo y tengo que tomar un vuelo para atender unos negocios, no obstante, no dejo de pensar en aquella chica impresionante y extrañamente apasionante.
Verdaderamente, me hubiera gustado muchísimo haberle preguntado su nombre, asi conocerla un poco más en persona en vez de haber dejado un sobre con dinero, pero, creo que lo disfrutará bastante. Supongo que lo necesitaba.
Lo que me vuelve loco era que a pesar de venir voluntariamente a mi habitación y prestarme el servicio, es que al momento de tocarla y hacerlo la primera vez, la mujer tenía una nobleza mezclada con inocencia que fue lo que más despertó mi interés y mi pasión hacia ella.
Llevo mi mirada hacia mi mano y lo aprieto convirtiéndola en un puño.
‘Quisiera volver a hacer esa mujer mía’.
Me frustra mucho que todo esto haya sido un encuentro de una noche porque en verdad era guapísima y muy única, quiero volverla a ver porque despierta en mí sensaciones que antes estaban dormidas casi sepultadas dentro de mí.
‘Es que no es como las otras mujeres que normalmente están a mi disposición, que son aburridas y demasiado fáciles de conquistar sabiendo que son todas unas víboras, eso es lo que no tiene esa chica de anoche, esa inocencia y nobleza que en estos días no se consiguen fácilmente’.
Además de que fui su primer hombre, eso es lo que más me intriga, aparte de que me dijo algo mientras que terminamos.
Era algo como: ´quiero estar asi el resto de mi vida contigo, lo que en ese momento me desconcertó, pero, me pareció muy tierno y noble’.
“Espero que esté cómodo, porque nos queda un camino largo”.
Me asegura Brian con un tono sarcástico que me lleva a gruñir porque me ha sacado de mis pensamientos.
“si claro”.
Sin querer alargar más la conversación me quedo callado mientras que miro por la venta viendo como nos movemos poco a poco por la autopista que está llena de autos.
Mi vuelo a Alemania sale en unos minutos y veo que nos estamos atascando más en el tránsito, me molesta bastante no ser puntual porque me haya emborrachado la noche anterior.
POV Eva Dreyfus
‘Uf, como me duele allá abajo’
“Ya hemos llegado”, me informa el chofer del Ub3r.
Al bajarme del coche siento como cada vez me tiemblan más las piernas, tomo fuerzas, me levanto y cierro la puerta del auto.
No elevo mi mirada, solo camino directamente hacia mi casa mientras suspiro, tan pronto como lo hago escucho como un camión está listo para irse, en unos segundos me doy cuenta de lo que pasa, un camión se está yendo de la propiedad de mi padre.
“Pero… ¿Qué es lo que está sucediendo?”, me pregunto en voz alta.
Siento una opresión en mi pecho como si me estuviera avisando de algo, asi que abro el portón que es la entrada para visitantes y tan pronto la cierro, echo a correr como puedo.
Tengo tanta opresión en mi pecho que no sé si pueda seguir corriendo, llego a la puerta de mi casa y justo abre mi hermanastra, la cual, me mira de arriba abajo como si fuera una bola de excremento en un basurero.
“¿¡Qué es lo que está sucediendo!?, ¿¡Por qué no hay nada en la casa!?”
Inquiero a gritos porque veo que mi madrastra y mi hermanastra no me van a hacer caso. Camino hacía dentro de la casa, dándome cuenta de que no hay absolutamente nada, giro sobre mis talones estupefacta de todo lo que sucede.
“¿Qué está sucediendo?”
Inquiero mirando a una mucama a los ojos buscando alguna esperanza de información que me pueda brindar.
“Señorita Dreyfus, no sé si se dio cuenta, pero su padre está preso porque Daniel demostró que lo que hace es lavado de dinero”, susurra muy tímidamente y me quedo perpleja sin poder dialogar algo.
“Eso… eso… eso es mentira, ¡Mi padre jamás haría algo como eso!”, grito toda enardecida con lágrimas en los ojos, pongo una mano en el hombro de Paula, ella mira hacia abajo apenada.
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