La pequeña novia del Señor Mu
Capítulo 768

Capítulo 768:

Mary se preocupó al ver a Arianne riendo con tan imprudente abandono.

“Ari, ten cuidado. Te estás riendo tanto que te tiembla la barriga. Ten cuidado…”.

Arianne se obligó a dejar de reír.

“Vale, vale. Dejaré de reírme… acabo de perder el control… Mary, ¿Podrías traernos algo de picar y bebidas?”

Mientras Mary se deslizaba hacia la cocina, Tiffany sacó su teléfono y consultó una aplicación de entrega de comida.

“Hace tiempo que no como pollo frito. Me apetece un poco. ¿Puedes comer pollo frito, Ari? Debería estar bien comer sólo un poco, ¿Verdad?»

Después de un rato de vacilación, Arianne negó con la cabeza.

“No creo que deba. Se me antoja, pero puedo controlarme… ya sabes. Pide lo que quieras».

«Yo tampoco voy a comer», dijo Tanya.

“Pide lo que quieras. Engordaré si como demasiado».

«Tsk tsk tsk, Tan está a punto de empezar un romance», dijo Tiffany en tono agrio.

“Y tú también tienes miedo de engordar. Nunca te habías puesto a dieta. Ahora soy la única que no está a dieta. No pasa nada. Puedes verme comer y estar celosa».

Arianne miró a Tanya.

“¿Ahora sales con alguien? ¿Con quién?»

Tanya se sintió avergonzada.

“No está grabado en piedra… no escuches las tonterías de Tiffany».

Arianne no era muy cotilla, así que no siguió con la pregunta. Se levantó para ir al baño, pero sintió algo raro al levantarse. Sintió un dolor agudo en el abdomen, seguido de una fuerte patada del bebé. Permaneció inmóvil durante un buen rato, demasiado asustada para moverse. Tiffany se dio cuenta de que estaba aturdida en el sitio y le preguntó: «¿Qué haces?”

Volvió a sentarse con cuidado, ayudándose de la silla.

“Me dolía el estómago. Ahora el bebé se mueve mucho. ¿Ocurre algo? Todavía me duele…».

Tiffany parecía muy seria.

“¿Qué hacemos? ¿Quieres ir al hospital? Hoy no he conducido… ¿Qué tal si cojo uno de los coches de Mark que hay en el garaje y te llevo?”

A Arianne le preocupaba dar otra falsa alarma y desperdiciar un viaje al hospital, así que decidió esperar a ver qué pasaba.

Mary salió con tres vasos de zumo de frutas.

“¿Qué te pasa, Ari? Estás muy pálida…”.

Arianne entró en pánico.

“No… creo que será mejor que vayamos al hospital. Tiffie, conduce tú. Me siento horrible y mareada…”.

Tiffany la ayudó a salir por la puerta sin decir nada más. Tanya la acompañó. Mary estaba terriblemente asustada y llamó a Mark.

“¡Deprisa! Ari tiene dolor de estómago. Tiffany y Tanya la han mandado al hospital. Será mejor que vayas».

Mark abandonó inmediatamente su trabajo y corrió hacia el hospital, saltándose Dios sabe cuántos semáforos en rojo por el camino. Intentaba asegurarse a sí mismo de que sólo se trataba de una falsa alarma, pero seguía preocupado.

Por fin llegó al hospital. Arianne seguía bajo examen médico.

“¿Qué ha pasado?», le preguntó a Tiffany.

“¡Estaba bien cuando me fui!”

Temerosa de acabar cargando con la culpa, Tiffany le explicó: «No es culpa mía. No formule sus preguntas así, da miedo. Estábamos sentadas charlando cuando se levantó y de repente se quejó de dolor de estómago, así que la llevé al hospital. No había hemorragia y no ha roto aguas. No me asustes…”.

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