La pequeña novia del Señor Mu
Capítulo 767

Capítulo 767:

Tiffany se sentó despreocupadamente a su lado.

“Somos de la clase trabajadora. Estamos muy ocupados intentando ganar dinero para mantener a nuestras familias. No como tú, que te quedas en casa con alguien que te lo paga todo. No tenemos elección, ¿Verdad? Si quieres que te haga compañía todos los días, dile a Mark que me pague por mis servicios de chatear contigo, y te haré compañía las 24 horas.

Charlaré contigo hasta que te canses de charlar conmigo, ¡Hasta que no puedas soportar verme! De acuerdo… en realidad, estaba viendo la serie anoche, porque era viernes. Casi no me despierto anoche. Perdóname, mejor amiga».

Arianne resopló.

“Me encantaría pagarte como mi acompañante personal… tienes coche. No vendrás de todos modos. ¿Cómo van las cosas en casa de Eric? ¿Te has adaptado al ambiente de trabajo?”

Tiffany miró a Tanya.

“Por supuesto, con Tan cerca, me acostumbré fácilmente. Incluso el jefe es mi amigo. Me siento como pez en el agua en la empresa. ¿Cómo no iba a acostumbrarme?”

Tanya sonrió y añadió: «Así es, nos va muy bien. Ari… te ha crecido la barriga. Es como si se hubiera inflado…».

Arianne frunció el ceño al oír esto.

“¿De verdad? Al principio no era tan grande… ¿Por qué crece tan rápido?”

Tiffany no vio nada malo en ello.

“¿No es normal durante los embarazos? La piel de tu barriga es como un globo, irá creciendo a medida que pasen los trimestres. Te has hecho una ecografía, ¿Verdad? A ver. Quiero ver qué aspecto tiene el pequeño».

Arianne sacó los resultados del informe. Tanya esbozó una sonrisa muy «amable».

“Qué lindo. Tiene la barbilla afilada, como tú, Ari. Mira esos ojos y esas cejas, igual que papá. Creo que debe de ser un niño, y muy guapo además».

Su comentario sorprendió a Tiffany y Arianne. Tanya se sorprendió de la expresión de sus caras.

“¿Por qué me están mirando? ¿Por qué me miran así? Estoy diciendo la verdad…”.

Arianne señaló la foto de la pequeña y dijo con sinceridad: «Está claro que es fea. ¿Cómo puedes decir que se parece a Mark y a mí? Me habría derrumbado si no creyera que hay esperanzas en su desarrollo tras su nacimiento».

Tiffany asintió con la cabeza.

“Es verdad, a mí también me parece feo…».

Tanya se quedó sin habla.

“¿Alguna de ustedes ha visto alguna vez un feto en un útero? El bebé sigue sumergido en líquido amniótico. No se puede saber si es guapo o no. Tampoco será bonito cuando nazca. Espera a que pase su primer mes y entonces sabrás el significado de la sorpresa.

No puedo hablar por el bebé de otra persona, pero el bebé de Ari y Mark definitivamente va a ser hermoso. ¿No me creen? Hagamos una apuesta. Os invito a comer con tres meses de mi sueldo si es realmente feo. Si no lo es, me pagarás una comida. ¿Trato hecho?»

Arianne se acarició la barriga con impaciencia.

“No creo que sea una buena idea, ¿Verdad? ¿Hacer una apuesta con mi hijo? Pero como que quiero hacer esa apuesta…».

Tiffany sonrió como una loca.

“Jaja… mírate, Ari. Está claro que quieres hacer esa apuesta. ¡Menuda madre! Bien, trato hecho. Basándome en esta foto del médico, apuesto a que el niño saldrá feo. Porque realmente es demasiado feo…».

Arianne se unió al lado de Tiffany.

“Yo también me uno. Feo…”.

«Entonces vas a perder», advirtió Tanya.

“De todas formas tendremos unos meses antes de conocer los resultados de la apuesta. Esperemos a ver».

Al percatarse de su alegre charla, Mary intervino: «Me pregunto cómo reaccionará el Señor Tremont si se entera de tu apuesta sobre el aspecto de su hijo…».

Todo el salón se quedó inmediatamente sin habla.

Al cabo de un rato, Tiffany se frotó la nariz.

“Sería bueno que resultara ser un niño… si lo es, no tendrá que preocuparse por su aspecto. Con la riqueza de la Familia Tremont en el bolsillo, no tendrá que preocuparse por encontrar esposa. Pero está bien si es una chica también. Tenemos dinero, así que seguro que encontrará un buen marido. Tendrá un buen respaldo…».

Arianne soltó tal risita que no pudo levantarse.

“¿Estás diciendo que Mark ha estado trabajando duro durante tantos años, por si acaso presagiaba algo en sus futuras generaciones? Tiffie, eres divertidísima…».

.

.

.