La pequeña novia del Señor Mu
Capítulo 537

Capítulo 537:

Tiffany parecía una niña regañada. Asintió con cuidado y empezó a meterse la comida en la boca. Anoche había bebido mucho y lo había vomitado todo. Había dormido hasta mediodía y ya estaba hambrienta.

Por fin se acordó de Arianne cuando terminó de comer: «¿Dónde está Ari? ¿Estuvo aquí toda la noche? ¿Dónde ha ido?»

Jackson esbozó una sonrisa torcida: «Le pedí a Mark que viniera a buscarla. Probablemente siga en el hotel».

La mente de Tiffany seguía confusa, «¿Ari estuvo de acuerdo?».

Jackson se encogió de hombros: «Creo que sí. La atormentaste hasta las tres de la madrugada. Estaba agotada. ¿Habría sido mejor dormir en un hotel o en un pequeño apartamento con mosquitos por todas partes? No es idiota. Ella y Mark probablemente estén despiertos ahora. Vi un parque acuático cerca, y hace calor. ¿Quieres ir? Esta ciudad no está cerca del mar, así que un parque acuático suena bastante bien. Creo que es bastante grande, y las instalaciones también son geniales».

Comer, beber y divertirse le resultaba muy atractivo a Tiffany. Acababa de sufrir una ruptura y de volver con Jackson; necesitaba un tiempo para soltarse y liberar todo el estrés que sentía.

“¡Vale! Llamaré a Ari. ¿No tiene Mark un coche aquí? Usemos el suyo. Por supuesto, lo mejor sería que viniera, para que pueda pasar tiempo con Ari».

Arianne acababa de terminar de comer y de recoger cuando recibió la llamada de Tiffany. Tras oír la invitación de Tiffany para ir al parque acuático, que también había hecho extensiva a Mark, miró al hombre que tenía al lado y preguntó: «Parque acuático. ¿Quieres venir?».

Mark nunca había ido a ese tipo de sitios. Frunció el ceño y respondió con indiferencia: «¿Quieres ir?».

Ella asintió: «De todas formas, la cafetería no abre hoy. Podría ser mi día libre para relajarme. Además, hace demasiado calor».

Cogió las llaves del coche: «Entonces conduzco yo».

Lo que realmente quería decir era que sólo pretendía ser su chófer. No le interesaban los parques acuáticos.

Después de recoger a Tiffany y Jackson, el grupo se dirigió a las afueras. Los grandes parques acuáticos solían estar en las afueras debido a su gran extensión geográfica. Tiffany sacó con entusiasmo el bañador de la bolsa: «Te he traído un bañador, Ari. Mira, he comprado dos del mismo estilo. Nos pondremos uno cada una. Seguro que te queda bien».

La parte de arriba del bikini era bastante parecida a un sujetador normal y la parte de abajo tenía una pequeña falda. Ambos eran de color negro. Arianne nunca se había puesto un bañador tan revelador. Se sonrojó: «¿Por qué no me has traído el viejo?».

Tiffany sonrió malvadamente: «El viejo es demasiado modesto. Lo tiré al salir. Este es mucho mejor. Va a haber mucha gente en ese parque acuático, con muchas tías buenas. ¡Tienes que eclipsarlas! Así, los ojos de tu hombre no se desviarán».

Arianne no pudo escuchar más, «¡Bien, bien! Entonces ponte tú el tuyo para Jackson».

Jackson estalló en carcajadas, «Jaja… por cierto, gracias por lo de anoche, Arianne».

Arianne se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja, «No es nada, mientras tú y Tiffie estén bien ahora. En realidad, no importa, aunque acabe cortando la mitad de mi vida».

Tiffany se emocionó muchísimo, «¡Eres la mejor, Ari! Ojalá Mark y tú pudieran reconciliarse. Estoy dispuesta a dar toda mi vida por eso».

Todo el coche se quedó en silencio cuando ella dijo estas palabras. Todos sabían lo difícil que era cruzar el proverbial abismo entre Mark y Arianne.

Tiffany se dio cuenta de que se había pasado con su broma. Le sacó la lengua y cerró la boca.

Para aliviar la tensión, Arianne respiró hondo y dijo: «Está bien. No te metas en lo que no te importa. Diviértete y, cuando termines, vuelve a la capital con tu hombre para que mis oídos puedan estar tranquilos. Ya no tendré que preocuparme de que me atormentes en mitad de la noche».

Tiffany soltó una risita: «Entendido. Estoy segura de que, en el fondo, no quieres que me vaya».

Por fin habían llegado al parque acuático. Los cuatro se dirigieron al vestuario para ponerse el bañador después de aparcar el coche. Al principio, Mark no estaba de humor para nada de esto.

Sin embargo, simplemente no pudo superar los sucintos argumentos de Jackson: «Si no vienes con nosotros, ¿Qué va a pasar si alguien le tira los tejos a tu chica? Arianne estará en bikini. ¿No eres consciente de lo se%y que estará?».

Arianne estaba completamente incómoda después de ponerse el bañador. No estaba acostumbrada a que se le viera el estómago, la espalda y los muslos.

“Tiffie… ¿Quizá debería ponerme algo más modesto? No estoy acostumbrada a esto…»

A Tiffany le entusiasmaba la idea de llevar bikinis a juego con su mejor amiga, «No hace falta. Esto está genial, de verdad. No estoy mintiendo. Todo el mundo lleva esto. No hay necesidad de sentir vergüenza».

Cuando se reunieron con Jackson y Mark, Arianne se negó a levantar la cabeza. Podía sentir los ojos de Mark recorriendo su cuerpo. Tiró torpemente de su corta falda. Tiffany era mucho más atrevida.

Miró fijamente a los dos hombres vestidos con bañador y los elogió desinhibidamente: «Y yo que pensaba que Jackson tenía un cuerpo estupendo. Tú tampoco estás tan mal, Mark. Puede que parezcas un poco delgado con la ropa puesta, ¡Pero tienes algo de músculo sin ropa!».

Jackson no soportaba escuchar los elogios de su novia hacia otros hombres. La rodeó con el brazo y la llevó hacia una playa artificial cercana: «No seas codiciosa. No me quites los ojos de encima. Vámonos».

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