La novia vendida al magnate
Capítulo 34

Capítulo 34:

POV Sofía.

Las tres mujeres caminaron fuera de la mansión entre gritos y reclamos, mientras mi pecho solo está agitado.

Y restregué mis ojos cuando, en la emoción, volví a sentir un calor impresionante y me senté en el sofá un poco mareada.

Escuchaba desde aquí los reclamos afuera cuando Gael cerró la puerta, y con el temblor de mi mano, puse la mano en mi v!entre.

“Todo está bien”, susurré lento.

“Eso fue fabuloso”, salté un poco, y al mirar hacia arriba, Helena tenía una sonrisa.

“Incluso te has convertido en mi favorita”.

Parpadeé varias veces mientras ella se sentó en mi frente.

“Estás algo pálida”. Asentí.

“Y tienes la mirada brillosa”.

“¿Qué?”, la abuela tocó mis mejillas, y luego mi cuello como si comprobara mi temperatura.

Se quedó mirándome por un rato, y luego parpadeó muchas veces.

“Trae un poco de agua con azúcar”, ella le dijo a una de las mujeres del servicio, y me apresuré a negar.

“No hace falta… me estresé un poco aquí y…”.

“Te ayudará. ¿Estás embarazada?”, y sentí el verdadero terror.

No sé si mi expresión me delató o qué, pero no pude responderle cuando Gael estaba entrando nuevamente a la casa.

Miré a la abuela, y ella frunció el entre ceño.

“¿Qué ha pasado?”, Gael negó un poco cansado.

“Ellas se fueron, pero debo hablar con Camila lo más urgente posible”.

“Es lo que creo”, Helena se adelantó.

“Y es mejor que ella no esté aquí más… Sofía es la mujer de esta casa, y ella necesita tranquilidad”

“Estoy bien”, dije con nerviosismo, pero Helena parecía un poco decepcionada.

“¿Ya se lo dijiste a Gael?”.

“Abuela”.

“¿Decirme qué?”.

Todo mi cuerpo vibró en el instante y el miedo se me acumuló en las entrañas.

“¿Sofía?”, miré a Gael, y luego bajé la cabeza.

“¿Tienes miedo de lo que él piense?”, Helena preguntó, y Gael se puso cada vez más tenso.

“¿De qué se trata?”.

La mujer del servicio llegó con el agua y lo tomé de un tiro. La abuela tenía razón, me sentó de maravilla, pero me temblaban aún las manos. Noté como Gael se agachó quitando el vaso vacío de mis manos, y levantó mi barbilla.

“¿Qué ocurre, Sofí?”.

Y era evidente que había llegado el momento. Miré a la abuela detrás de él, y de alguna forma ella me dio un asentimiento seguro.

“Yo… iba a decírtelo ayer”.

“Lo recuerdo”.

“Estoy… yo… tendremos un bebé, Gael”.

Noté como su boca perdió el color, y sus ojos se agrandaron mucho.

De forma inmediata sus manos dejaron las mías, y su boca se abrió un poco, Se notaba que estaba impresionado.

“Yo… lo supe en el accidente”.

“Y es maravilloso… ¿No es así, Gael?”, Helena preguntó.

Él asintió por un momento, y luego lo escuché decir:

“Lo es”.

El silencio que siguió a mi revelación llenó el espacio. Gael parecía haber quedado atónito, sus emociones reflejadas en sus ojos oscuros, eran evidentes, y por primera vez vi como sus manos temblaron mientras me observaba, y sabía que estaba asimilando la noticia. Por un instante, me sentí vulnerable, pero también llena de esperanza.

“Yo… no sé qué decir”.

Negué ante su comentario.

“Sé que no… querías esto… pero”.

“No, Sofí, no”, Gael reaccionó por un momento y vino a mí.

“No digas eso… yo… ¿Tenías miedo de mi por mi reacción?”.

Lo miré detenidamente y asentí.

“No quería hijos”.

Él tomó mi rostro.

“Tú eres diferente… ¿Lo entiendes?”, y eso me hizo algo en las entrañas.

¿Cómo podía no quedarme a su lado o amarlo?

“¿No estás molesto?”, él negó.

“Por nada… incluso, estoy congelado, pero eso no quiere decir que esto me enoje”.

“Hay que celebrar”, La abuela parecía sacada del mundo emocionada, pero me apresuré a negar.

“No, por favor… tenemos un problema muy grande en medio”.

“Tienes razón… nadie debe saberlo. No por ahora”, sentí ante su indicación, y a Helena no pareció gustarle, sin embargo, lo aceptó. Me giré para ver la mirada persistente de Gael en mí. Había un brillo en sus ojos, pero también podía notar que estaba metido en sus pensamientos, y me hubiese encantado saber, que era precisamente lo que planeaba en este momento.

POV Gael.

Fruncí el ceño cuando Sofí se movió un poco, y noté como de forma mecánica puso la mano en su v!entre.

No sabía qué hora era, pero ya era madrugada, y no podía dejar de mirarla.

La noticia del bebé había hecho algo en mí. Había una sensación extraña, pero satisfactoria, y no podía esperar que ese bebé llegara el mundo, con el tipo de vida que llevaba ahora. Necesitaba arreglar todo a mi alrededor, por Sofí y por … mi hijo.

Apreté la mandíbula, y recordé cómo su mirada vino a mí con miedo antes de confesarlo. Me sentí un poco canalla, y a la verdad ahora mismo quería abandonar todo esto, llevarme a Sofí, y comenzar una nueva vida.

Pero sabía que una mujer como ella no merecía estragos del pasado. Y aunque me costara muchas cosas, como un hombre debía hacerle frente a todo lo que sabía, se avecinaba.

Me levanté recostándome a su lado, y de forma suave puse la palma sobre la suya. Ella se estremeció un poco, y luego se giró para unir su cuerpo con el mío.

La conexión que tenía con Sofía era abismal. Y mentiría si dijera que el deseo me envolvía solo con solo mirarla.

Tomé su cuerpo de forma cuidadosa y lo pegué más al mío. No pude evitar llevar mi boca a su piel, y luego ella trató de abrir los ojos.

“Gael”.

“Mi amor”, besé su boca de forma urgente, y el que me recibiera, como lo hizo, encendió todo en mí.

No demoré en entrar en ella, tomé su rostro y no dejé de besarla, aunque en algunos momentos querría buscar el aire. Le hice el amor de forma apasionada, y me dejé ir mientras sus piernas solo me retenían todas las veces.

Amaba sus g$midos agudos, y como reaccionaba a mi toque. Sofí no ocultaba nada, y mirándola después de un beso, abrazándola para que se durmiera en mis brazos, supe que haría cualquier cosa, cualquiera por tenerla para siempre así.

A la mañana siguiente me levanté temprano. No la desperté, sabía que estaba agotada, y me fui de la mansión, incluso sin despedirme de la abuela.

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