La novia vendida al magnate
Capítulo 11

Capítulo 11:

POV Sofía.

“Mi abuela vive en la mansión… la mayoría de las veces, no me encuentro aquí”.

El cielo se veía muy estrellado en el jardín abierto, y a excepción de la gente que recogía el desorden a nuestro alrededor, solo estábamos él y yo.

“¿Viviré aquí?”, pregunté con la mirada en todo menos en él.

“Si”.

Afirmé por fin mirándolo.

“¿Tú… también te quedarás?

Él asintió completamente serio.

“Sofía… yo tengo mi residencia permanente en los Esta%os Unidos, pero aquí tengo muchos negocios… en los que puedo involucrarte.

Mis hombros se agacharon un poco.

“¿A mí?”.

“Espera”, él alzó la palma.

Por ahora, estaremos aquí una temporada, y quiero que descanses, conozcas el lugar, y te adaptes a nosotros.

Asentí lento, y no pude guardarme mi duda.

“Gael…? ¿Puedo preguntarte…?”.

“No quería que lo supieras aún… porque creo que hubieses huido de mí también”,

Miré sus ojos de inmediato, y volví a ver su curva mediana en su boca.

“¿No es así?”.

“Imagino que… no puedo saber, qué te llevó hacer esto … una… especie de venganza contra tu padre”.

Su rostro cambió, su mirada se hizo dura, y luego restregó sus ojos.

“Ve y descansa… prepararán una habitación para ti. Y no te preocupes por la abuela, en un rato, me sentaré hablar con ella, así que, en esta casa, no tienes que fingir”.

Él llamó a una empleada diciéndole que me mostrara la habitación, pero antes de irme con ella, tomé su mano, cosa que lo tomó desprevenido.

Su mirada bajó a mi mano, y prontamente la quité.

“Yo… quiero agradecerle. Gracias por salvarme la vida … Gael”, el hombre se quedó quieto, incluso abrió la boca para decirme algo, pero pareció pensarlo cuando solo asintió.

“Descansa”

Fui guiada por aquella empleada, y aunque todo era el lujo, no esperé una enorme habitación.

“Bienvenida Señora Koch… cualquier cosa, puede llamarme”, tuve que parpadear varias veces mirándola, preguntándome si se refería a mí, pero ella desapareció rápidamente y sentí que era una hormiga en medio de todo esto.

Había una tina en un baño demasiado amplio, la mujer había preparado el agua, y no pude evitar cerrar los ojos cuando entré, mientras todos mis músculos tensionados se relajaron.

Prontamente, fui a la cama, pero incluso con las luces apagadas, me levanté para mirar hacia la ventana, y pude notar que aun en el jardín, se encontraba Gael con aquella señora, Helena, y justo ella, le estaba colocando una mano en el hombro.

Mi ceño se frunció de inmediato, pero como si todo lo hubiese llamado, él se giró y puso sus ojos en la ventana donde yo estaba asomada, y casi me tiré a la cama con el corazón acelerado.

La mañana siguiente me levanté entre asustada y extrañada, volví a la ducha y luego elegí una de las cosas, que compraron para mí, días atrás.

Me miré en el espejo, y usé algunos productos de mi peinadora, y cuando estuve lista, caminé por los pasillos viendo las puertas cerradas, de cada habitación.

Sin embargo, cuando estuve a punto de doblar para ir a las escaleras, noté una claridad inminente en una de las habitaciones, y luego fruncí mi ceño, cuando allí había una mujer, en una camilla completamente dormida.

No sé por qué mis pies caminaron dentro, ella tenía una máquina que contaba sus pulsaciones, y algunos cables conectados a sus venas, Parecía dormida plácidamente, pero cuando me acerqué para detallarla, sentí que, tenía una semejanza a mí. Su cabello era del mismo color, incluso revisé el mío, su piel era igual de blanca, y la forma de sus cejas.

Las pulsaciones golpearon mi pecho, y me atreví a saludarla.

“¿Hola…?”, de pronto salté cuando la puerta se cerró, y di dos pasos atrás el momento en que vi este rostro, escudriñando mi presencia aquí.

“Yo… hola..”..

La mujer que había sido delicada ayer, me miró de arriba hacia abajo, y luego sacudió sus pensamientos.

“Hola… ¿Sofía?”.

Asentí.

“Si… Estaba aquí porque”.

“¿Curiosidad?”.

“No”.

“¿De verdad?”, ella caminó dejando el bolso en un sofá, y luego le dio un beso en la frente a la mujer dormida.

“Ella es Camila… mi hija”.

Pasé un trago duro.

“Usted… ¿Usted es tía de Gael?”.

Ella sonrió negando, y luego se cruzó de brazos.

“Es interesante que seas la esposa de Gael, y no sepas nada de mí, o mi hija”.

Pasé nuevamente la saliva, pensando que estaba arruinando todo.

“Lo que pasa es que… Gael”.

“No te preocupes, no pasa nada”, ella me cortó como si estuviera apresurada por decírmelo.

“Soy la suegra de Gael… bueno… la ex suegra, aún conversamos los vínculos y esta mujer que ves aquí… es su exesposa… mi hija”.

Tuve que sacar todo de mí para no mostrar un rostro lleno de impresión. Pero no fue muy fácil hacerlo.

Estaba en estado de conmoción total, y, sobre todo, porque volviendo la mirada a aquella mujer, podía pensar que, incluso, estaba suplantando un puesto, que no podía ser lleno de ninguna forma.

Mis pensamientos se agolparon en mi mente, intentando procesar la sorprendente revelación que acababa de recibir. La mujer frente a mí, Camila, era la exesposa de Gael.

Él había estado casado.

Mi cabeza daba vueltas mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para responder y luego miré a la mujer:

“Tengo que irme”.

“Adelante… por cierto, mi nombre es Laura… cualquier cosa que necesites, no dudes en decirme, la felicidad de Gael también es la mía, yo estoy muy agradecida con él”.

Asentí con los sentidos vibrando, e incluso choqué con algunas cosas, antes de salir por fin de esa habitación.

Tenía la respiración agitada, y tuve que recostarme a la pared de los pasillos, para tratar de recomponerme, ¿Qué era todo esto?

Mis ojos se pusieron algo nublados, y bajé rápidamente por las escaleras, como si quisiera buscar con urgencia a Gael. Sin embargo, aunque caminé por varios sitios de la mansión, solo pude llegar a una amplia cocina, del cual me sonrieron al aparecer.

“El señor nos pidió no despertarla… pero le íbamos a llevar su desayuno”.

Intenté forzar una sonrisa.

“Gracias… ¿Han visto a mí… esposo…?”.

Ellas se miraron unas a otras y luego negaron.

“No señora… ¿Comerá ahora?”

Negué.

“No… realmente debo hacer algo”.

.

.

.