La novia más afortunada
Capítulo 260

Capítulo 260: 

«¿Qué quieres comer?» Ethan acababa de terminar una videoconferencia. Estaba de pie frente a la ventana del suelo al techo, contemplando la vista nocturna de la ciudad.

En el horizonte, podía ver las miles de luces que daban vida a la ciudad. La ventana reflejaba su alta figura de traje. Llevaba el cabello bien peinado hacia atrás. Miraba hacia abajo, contemplando la ciudad con ojos afilados, como si fuera su gobernante.

«Sinceramente, quiero comer pescado ahora mismo, pero el pollo también suena muy bien. Ah, ¡Y un filete sería increíble! ¿Qué deberíamos hacer? No puedo decidirme…» Janet murmuró por teléfono.

Mientras le hablaba, sonaba como una adolescente adorable. Una suave sonrisa apareció en los labios de Ethan mientras miraba su reloj y respondía: «Salgo del trabajo en media hora. Espérame, ¿vale?».

«¡Sí! Te estaré esperando». Después de la llamada telefónica, volvió a su asiento, pero ya no tenía ganas de trabajar. No podía apartar los ojos de su teléfono.

Esta tarde, Ethan se enteró de la noticia de que Janet había sido sustituida. Había planeado hacer algo al respecto, pero pronto se enteró de que el Grupo Perkins insistió en que ella dirigiera el proyecto. Se alegró mucho por ella. Cuando la idea se le pasó por la cabeza, volvió a sonreír.

Esa es la mujer que amo. Es una diseñadora con tanto talento. Ni siquiera necesita mi ayuda en su carrera», pensó.

Pero Ethan resolvió que tenía que investigar por qué exactamente Janet estuvo a punto de ser sustituida. Dirigió una fría mirada a su asistente y dijo: «Dile a Adolf Pierce que venga a mi despacho. Ahora».

No mucho después, Adolf llegó y se plantó ante Ethan. Estaba temblando y el sudor le corría por la espalda. «¿Quién te ha dicho que sustituyas a Janet Lind esta tarde?»

‘Normalmente, un alto ejecutivo como Adolf debería estar concentrado en un trabajo más importante. ¿Por qué demonios se fijaría en Janet?’ se preguntó Ethan.

Adolf se limpió las gotas de sudor frío que brotaban en su frente, incapaz de mirar a Ethan a los ojos. No podía atreverse a decirle que había sido Charis quien se lo había pedido. Y como no quería ofender a Charis y a la Familia Turner, tuvo que asumir la culpa él mismo.

«Lo siento mucho, Señor Larson. Me enteré por casualidad de que una diseñadora de nivel medio iba a dirigir un proyecto importante, y no me pareció una buena idea. Por eso interferí. Simplemente estaba velando por los intereses de la empresa. Si la noticia de esto se difundiera, los otros empleados sentirían que es injusto. Este asunto no sólo perjudicará a Janet Lind, sino que también dañará a la empresa en su conjunto».

Ethan se levantó, imponiéndose a Adolf. Cuando miró al hombre, éste se sintió tan amedrentado que un escalofrío le recorrió la espalda.

«¿Es así?» Ethan se dio cuenta de que aquello no era tan sencillo como parecía.

Adolf se tragó el nudo en la garganta. «Señor Larson, realmente fue mi idea. No le mentiría, ¿verdad?»

«Adolf, llevas años trabajando aquí». Ethan levantó la barbilla; sus ojos, llenos de animosidad.

‘Parece que Adolf planea mantener la boca cerrada, pero no tengo ninguna prueba que demuestre que está mintiendo. No puedo castigarlo, porque para ser justos, me ha dado una excusa perfecta’, pensó.

Decidió no decir ni una palabra más y dejar que Adolf se fuera por el momento. Justo cuando Adolf llegó a la puerta, ésta se abrió desde el exterior.

«Brandon, tengo aquí un documento que necesita tu firma», dijo Charis con una sonrisa tranquila.

En cuanto supo que Ethan había llamado a Adolf a su despacho, se puso muy nerviosa. Temía que Ethan descubriera lo que había hecho. Así, se inventó una excusa para poder ver lo que estaba pasando.

«Señor Pierce, ¿Qué le trae por aquí?» Charis dio un codazo a Adolf, y éste le guiñó un ojo, dando a entender que no la había delatado.

Dejo escapar un suspiro de alivio discretamente antes de entrar en el despacho de Ethan, para encontrarse con que estaba hablando por teléfono, aparentemente charlando con alguien. Había una rara sonrisa impresa en su rostro.

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Nota de Tac-K: Tengan una linda tarde, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /

Nota 2 de Tac-K:  Como siempre en mi segunda nota… gracias por todo su apoyo, gracias especiales a Lidia Castañer, Claudia Salgado, María de los Ángeles, Pamela Rueda, Lilliana Cid, Elizabeth Murillo y Lina Meza que se sumaron recientemente a la suscripciones, thanks!

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