La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 85
Capítulo 85:
Tyson acababa de terminar una reunión con varios de los altos ejecutivos y se desvió un poco para pasar por delante del departamento de diseño, pues extrañaba mucho a Celia y quería saber qué estaba haciendo.
En un principio había planeado verla para poder calmar esa sensación, pero no esperaba que ella estuviera ocupada con su trabajo durante el almuerzo, y se sintió un poco mal por ella.
No obstante, al mismo tiempo, apreciaba su pasión por su trabajo.
Incluso sin él, ella no estaba destinada a quedarse atrapada en una pequeña empresa, y se merecía cosas más grandes y un futuro mejor.
Con eso en mente, él se dio la vuelta rápidamente y regresó a la oficina del presidente. Tan pronto como se sentó, Brea entró.
«Señor Reyes, por fin terminaste con tu reunión. Te he estado esperando durante mucho tiempo».
«¿Qué pasa?», preguntó él con indiferencia.
«¿No me dijiste que vigilara a Cece y te informara de su situación en cualquier momento? También me dijiste que te avisara de inmediato si alguien alguna vez la molestaba», murmuró ella.
Al escuchar eso, él se puso firme.
“¿La están molestando?», preguntó con ansiedad.
Brea asintió.
“¡Sí! Más temprano la llevé al departamento de diseño para que se familiarizara con el nuevo entorno. Hay una empleada allí llamada Kiley Lynch, a quien probablemente no la conozcas porque es la primera vez que escucho de ella también…».
Ella siguió divagando sin ningún indicio de detenerse.
Por su parte, el cuerpo de Tyson estaba lleno de tensión.
“Ve al grano», le ordenó.
Deteniéndose, Brea obedeció de mala gana.
«Pues Kiley se metió con Cece, alegando que solo había conseguido el empleo utilizando contactos. Pero no te preocupes, pues yo ayudé a Cece e hice que esa mujer se disculpara con ella al final».
Ante eso, Tyson respiró aliviado.
“Buen trabajo. No permitiste que hostigaran a la nueva empleada».
Aunque él la acababa de felicitar, Brea no pudo evitar sentir un poco de sospecha.
¿Por qué ese hombre había cambiado tan repentinamente? ¿Desde cuándo se preocupaba por cuidar a los nuevos empleados?
«Por supuesto. Después de todo, a Cece la recluté yo misma, y la aprecio mucho.
Continuaré cuidándola bien».
Ella de pronto sonrió cuando pensó en algo, y tocándose la barbilla pensativamente, agregó: «Hablando de eso, Derek Watson, el gerente del departamento de diseño parece estar cuidando bien a Cece también».
Tyson estaba en medio de la firma de un documento cuando escuchó eso, y su mano que sostenía el bolígrafo se detuvo en su movimiento.
“¿Derek Watson? ¿Un hombre?».
«Sí. Por supuesto».
El rostro de Tyson se oscureció en el acto.
“Vigila a ese hombre y a esa tal… Kiley Lynch. Y si se atreve a molestar a Celia de nuevo, despídela al instante».
Atónita, Brea lo miró fijamente.
Ella y el Señor Reyes se llevaban bien, ¡Pero él nunca la había cuidado así!
Con la curiosidad habiéndose apoderado de ella, preguntó: «Señor Reyes, ¿Cuál es tu relación con Cece?».
«No hagas preguntas que no deberías hacer».
Como ella supuso que él podría decir eso, solo se encogió de hombros y no insistió más.
“De acuerdo».
A pesar de eso, ella no podía evitar seguir pensando en ello.
Celia debía tener algún tipo de relación secreta con el presidente. ¿Por qué otra razón querría este que ella la cuidara en todo momento?
¡Es Señor Reyes definitivamente era el hombre más misterioso de ese círculo! Incluso si el mundo se estuviese derrumbando, él seguiría siendo el mismo hombre frío e indiferente que siempre fue, pero ahora le estaba prestando mucha atención a una persona.
«Si no tienes nada más que decir…», dijo Tyson rotundamente mientras volvía su atención a su trabajo, «Puedes volver a tu departamento».
Pese a un puchero, Brea obedeció y salió de la oficina sin mirar atrás mientras tarareaba una canción en voz baja.
No bien ella salió, Briar entró y colocó un archivo en el escritorio frente a Tyson.
«Señor, ya terminé de investigar todo sobre la Familia Kane. ¡Resulta que el Señor Adrien tiene dos hijas!».
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