La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 76
Capítulo 76:
Aunque Kiley habló en voz baja, Brea pudo escucharla claramente, y en un ataque de ira, gritó: «Te reto a que repitas lo que acabas de decir».
Ella estaba defendiendo a Celia, pero no era algo que la misma Celia quisiera que hiciera.
«Brea», le dijo entonces con una sonrisa agradecida para detenerla.
“Gracias, pero puedo encargarme de estas cosas yo misma. Con el tiempo me conocerán, y no es bueno pelearse con los compañeros de trabajo en el primer día».
Tras respirar hondo, Brea le susurró al oído: «Está bien. Si insistes, la dejaré ir esta vez. Es solo que a veces mi temperamento saca lo peor de mí. Por lo que veo, eres mucho más paciente que yo».
De repente Kiley se burló con arrogancia: «Hay una manzana podrida en cada cesta.
Fui ingenua al pensar que no habría corrupción en el Grupo Semshy».
Brea estaba demasiado molesta ahora, por lo que se apresuró hacia Kiley y le dijo amenazadoramente: «Sé directa. ¿A quién llamas ‘manzana podrida’?».
Kiley no se atrevía a ofenderla, así que rápidamente sonrió y dijo: «Señorita Duffy, no me malinterprete. No es nada personal, simplemente no me gusta el nepotismo».
Dando un paso adelante, Celia dijo con frialdad: «Sé que ahora me menosprecias, pero probaré lo que valgo».
La otra se echó a reír como si hubiera escuchado una broma y replicó: «¿Y cómo planeas hacer eso? ¿Con tus antecedentes?».
Justo cuando Celia estaba a punto de volver a hablar, escuchó la voz de un hombre.
“¿Sobre qué están discutiendo?».
La voz sonó familiar, y al darse la vuelta, se sorprendió porque encontró a Derek Watson, un chico que estudiaba en la misma universidad que ella pero era mayor que ella.
Él era uno de los estudiantes más populares de la institución, pues aparte de ser guapo, se destacaba en lo académico y solía dar conferencias a otros estudiantes.
Derek había sido el chico de los sueños de todas.
La relación de Celia con él había sido bastante buena hasta que este se fue al extranjero.
Cuando Kiley vio a Derek allí, inmediatamente se calló.
«Hola, gerente», lo saludaron todos al unísono.
Ese fue el momento en que Celia supo cuál era el puesto de él en la empresa.
‘¿Aquí también es mi superior ahora?’, se preguntó.
Él no tardó mucho en encontrarla entre todos y la saludó con una sonrisa.
Si bien ella le devolvió el gesto, no tenía intención de entablar una conversación con él en público, pues no quería llamar la atención indebida y que se pusieran a chismear sobre cómo ella había conseguido el trabajo. De hecho, creyó que sería mejor para ella si se mantenía alejada de él.
Kiley se puso celosa cuando vio a Derek sonriéndole a Celia, y levantando la voz a propósito, dijo: «Señor Watson, ella es Celia; la Señorita Duffy la trajo aquí. Escuché que obtuvo el trabajo sin siquiera tener que pasar por una entrevista, y me gustaría escuchar su opinión al respecto».
Derek respondió a esas palabras con total indiferencia, y girándose hacia Brea, sonrió y dijo: «Señorita Duffy, no interferiré en tus asuntos. Si crees que Celia es apta para el puesto, respetaré tu decisión».
Volteando los ojos con descontento, esta le respondió: «De todos modos, no tienes derecho a interferir en esos asuntos. Solo mantén a tus subordinados bajo control, pues yo no soy tan amable como Celia».
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