Capítulo 263:

A pesar de que Tyson anticipó la pregunta que su esposa estaba a punto de hacerle, permaneció en silencio mientras caminaban hacia el estacionamiento del centro comercial.

Ya a bordo del vehículo, Celia abrió la bolsa de compras y tocó con suavidad el costoso vestido que estaba dentro de un delicado empaque.

La mujer se sintió muy contrariada cuando recordó que ni siquiera los atuendos que la compañía de joyería le había dado a Brea para la filmación del anuncio eran tan caros.

Después de inhalar profundamente, Celia levantó la mirada hacia Tyson, y preguntó: «¿Por qué gastaste tanto dinero en una prenda? A pesar de que el vestido me gustó mucho, me parece que es demasiado caro. Hubo un momento en el que quise detenerte, pero no tuve éxito. Ese dinero se escapó de tus manos como el agua».

«Cuando te lo mostraron pude darme cuenta de que te gustó mucho, así que por eso decidí comprarlo. Prometo hacer todo lo posible para darte todo lo que desees».

A pesar de que Celia estaba abrumada por la emoción, no pudo evitar preguntar: «Pero… ¿De dónde sacaste tanto dinero? Pareciera como si poseyeras una gran fortuna. Sin embargo, sería imposible ahorrar tanto dinero incluso si tu ingreso mensual fuera de más de veinte mil».

La mujer no tuvo más remedio que mostrar su sentir diciendo: «¡No estamos hablando de ochenta mil, sino de ocho millones!».

Tyson ya tenía lista una explicación, por lo que con serenidad explicó: «Ese dinero fue un obsequio de mi abuelo, pero no te lo había contado. Recientemente mi abuelo transfirió una suma de dinero a mi cuenta bancaria y me pidió que lo gastara en ti.

También me pidió que te llevara a un centro comercial para que pudieras hacer algunas compras, así que decidí llevarte al Global Mall. No anticipé que el dinero que mi abuelo me había obsequiado sería suficiente para comprar este vestido».

Como Celia dudó de las palabras de su esposo, con perplejidad comentó: «Pero tu abuelo ni siquiera me conoce. No entiendo por qué te dio tanto dinero y luego te pidió que lo gastaras en mí. ¿Acaso no le preocupa que la única razón por la que estoy contigo sea por dinero?».

«Cece, creo que te equivocas respecto a mi abuelo», comentó Tyson con una sonrisa mientras le acariciaba la cabeza a su mujer.

Tras escuchar las palabras de su esposo, Celia se sintió tan avergonzada que tímidamente respondió: «Pero ocho millones no son cualquier cosa. Como tu abuelo ha estado retirado durante mucho tiempo, la lógica dicta que debería tener cierto control sobre sus finanzas».

Pellizcando con dulzura la mejilla de su esposa, Tyson agregó: «Debes tener en cuenta que mi abuelo fue el anterior jefe de la Familia Shaw. Pese a que estuvo viviendo en el extranjero durante años, para él ocho millones siguen siendo como una gota en el océano en comparación con las riquezas que posee. En cualquier caso, al abuelo no le importa si tu principal motivación para estar conmigo es dinero o no. Lo que más le importa es mi opinión sobre ti. Estaba hablando en serio cuando te dije que mi abuelo siempre me ha tratado muy bien. A excepción de él, nadie más en la Familia Shaw realmente se preocupa por mí. De hecho, estaba encantado cuando se enteró de que me había casado. Me envió el dinero de inmediato, y me dijo que no era demasiado para gastarlo en ti».

A pesar de las palabras de su esposo, Celia continuaba dudando.

En términos de riquezas, los Shaw se encontraban en la cima, por lo que ni siquiera titubeaban antes de gastar ocho millones. Ese era el tipo de cosas que distinguían a las familias acaudaladas.

Pero lo que realmente tomó por sorpresa a Celia fue lo mucho que el abuelo de Tyson lo adoraba.

Cuando la mujer reflexionó acerca de eso, exhaló un suspiro de alivio, pues resultó que había alguien más que sentía lo mismo por Tyson que ella.

A pesar de que el amor de Celia por su marido era genuino, no podía deshacerse de la sensación de que algo andaba mal, razón por la cual tenía muchas preguntas.

Entonces Tyson sonrió y sacó su celular al mismo tiempo que decía: «Aún no confías en mí, ¿Verdad? De acuerdo. Entonces llamaré a mi abuelo y le pediré que él mismo te lo diga».

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