La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 193
Capítulo 193:
Virginia no respondió durante varios minutos.
En realidad, Brea tenía razón, había logrado ganar mucho dinero, de modo que no le hacía falta.
No obstante, anteriormente había contratado a algunos diseñadores famosos para que le confeccionaran vestidos, y solo le habían cobrado cien mil dólares. Incluso si las prendas no se veían muy bien, al menos no se sintió avergonzada porque habían sido confeccionadas por diseñadores famosos.
Sin importar cuán talentosa fuera Celia, no era más que una principiante en la industria del diseño de modas, de tal suerte que no podía compararse con los diseñadores experimentados. Como cien mil dólares era una suma demasiado grande para Virginia, si el vestido que Celia le había diseñado no le quedaba bien, solo habría desperdiciado su dinero. Sin embargo, eso no era lo que más le importaba a ella. Lo que realmente le preocupaba era que los medios de comunicación aprovecharan la oportunidad para publicar la noticia de que no tenía buen gusto para vestir.
Celia también consideraba que cien mil dólares era demasiado dinero. Estaba tan sorprendida que se quedó atónita por un momento. Cuando volvió en sí, en secreto le dijo a Brea: «Mis diseños no valen tanto dinero. Creo que me sobrevaloras».
Cuando Brea escuchó eso, hizo una mueca, estiró la mano y le dio un golpecito en la cabeza a Celia a la vez que le decía: «No te subestimes. Tus diseños valen mucho más que eso. De hecho, creo que cien mil es muy poco dinero».
Celia se sintió tan conmovida por las palabras de Brea que no supo cómo responder.
Obviamente a Brea no le hacía falta dinero en lo absoluto. Pero independientemente de su estatus social, había negociado con Virginia, solo por Celia.
Virginia, por su parte, todavía estaba dudosa, razón por la cual las otras estrellas nuevamente comenzaron a burlarse de ella.
«Es la primera vez que conozco a una celebridad tan tacaña».
«Brea, ¿Por qué no simplemente la ignoras? Pagaré lo cien mil, y tú le pedirás a tu diseñadora que me diseñe un vestido».
«Yo también te daré cien mil dólares. Brea, pídele a la Señorita Kane que a mí también me diseñe un vestido. Tal vez yo también pueda valerme de sus diseños para volverme famosa».
Al escuchar eso, Brea se dio la vuelta y, con una sonrisa respondió: «Chicas, son muy inteligentes, pero no quiero que Cece se canse demasiado».
Dicho lo anterior, Brea tomó la mano de Celia, lista para marcharse.
Cuando pasaron junto a Virginia, Brea resopló y, con frialdad dijo: «Ya que ni siquiera quieres pagar cien mil dólares, entonces no tenemos nada de qué hablar».
Al escuchar las palabras de la chica, la expresión de Virginia cambió.
Inmediatamente después, agarró las manos de Brea y Celia y, apretando los dientes dijo: «Está bien, pagaré los cien mil dólares».
Las demás chicas no reaccionaron, mantuvieron la calma. Celia, por su parte, estaba completamente sorprendida, ya que nunca se imaginó que ella accedería.
Después de todo, cien mil no era una cantidad pequeña para ella, especialmente en ese momento en que estaba escasa de dinero. Entonces miró a Brea con ojos suplicantes.
Esta última realmente quería irse, pero cuando vio la expresión en los ojos de Celia, entendió lo que quería darle a entender, así que asintió y dijo: «¡Trato hecho! Cien mil dólares. Virginia, estoy de acuerdo en dejar que Cece diseñe el vestido que usarás en la alfombra roja. Una vez que esté listo, tendrás que transferir el dinero directamente a su cuenta bancaria. No se te permitirá pagar ni un centavo menos».
Virginia asintió repetidamente por temor a que Brea cambiara de opinión.
“No te preocupes. No soy el tipo de persona que rompe una promesa».
Ella estaba muy feliz cuando de repente recordó algo.
“Por cierto, Brea, no asistirás al evento al que iré. Aunque uso a tu diseñadora exclusiva, no te robaré protagonismo. No te preocupes».
Al escuchar estas palabras, Brea miró su delgada figura de arriba abajo. La industria del entretenimiento estaba llena de mujeres hermosas, y el rostro de Virginia no se destacaba, razón por la cual Brea no pudo evitar poner los ojos en blanco.
Sin embargo, las demás chicas no pudieron contenerse, por lo que estallaron en carcajadas.
«Al parecer todas las personas pierden la vista de sí mismas después de volverse famosas. Llega un momento en el que ya ni siquiera pueden verse a sí mismas con claridad».
«¡Tienes razón! No sé qué fue lo que Virginia quiso decir. ¿Realmente podría robarle protagonismo a Brea? ¡Lo dudo mucho!».
«Con su figura y apariencia mediocres, me gustaría ver que la compararan con una belleza tan famosa como Brea. ¡Qué gracioso!».
Esa fue la primera vez que Celia veía una pelea tan feroz de estrellas femeninas, por lo que le pareció muy divertida y emocionante.
Sin embargo, también sintió que sus palabras habían sido un tanto desagradables de escuchar, así que tiró suavemente de Brea.
Como esta última entendió lo qué Celia quiso darle a entender, le dijo a Virginia directamente: «No importa si me robas protagonismo. Si puedes, simplemente hazlo. ¿De verdad te parece que soy una persona tan mala?».
Dicho lo anterior, Brea bostezó, coartando así el deseo de las otras chicas de volver a humillar a Virginia. Luego agregó: «Iré a la sala de descanso. Cece, habla con Virginia acerca de los detalles de su vestido».
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