Capítulo 171:

A pesar de los elogios, Celia no se volvió arrogante.

Y es que ella era consciente de sus propias capacidades, así como también comprendía las razones por las cuales ellos la felicitaban.

Con una sonrisa de humildad, dijo: «Agradezco sus cumplidos. Quiero decir, todos aquí son tan talentosos como yo, si no más. Al trabajar juntos, podremos aprender unos de otros y crecer como un todo. Como soy nueva aquí, sé que mis ideas aún necesitan mejoras, y prometo ser diligente y superarme».

Mientras le daba una palmadita en la espalda, Brea comentó: «Buena chica. Soy afortunada de tenerte aquí».

Celia se sintió aliviada, no porque Brea y otros la hubieran elogiado, sino porque habían reconocido sus habilidades.

Kelley reapareció en ese instante, y le aseguró a Brea que ya se había encargado de todo.

Asintiendo, esta comentó: «Dile al equipo de fotógrafos que estoy lista para la sesión de prueba. Esta vez usaré estos dos vestidos que fueron seleccionados por Cece».

«Entendido», dijo la asistente y se fue.

Tras hacer dos giros frente al espejo, Brea le agarró la mano a Celia.

“Esta vez resolviste muy bien. Lo tendré en mente. Me aseguraré de mostrarte las fotos una vez que hayamos terminado con la sesión».

«Estaré esperando».

Levantando el dobladillo de su vestido, Brea se alejó.

Celia se despidió de los otros estilistas después de que esta se fuera, y estos la trataron con diferentes actitudes. Algunos fueron amables y acogedores mientras que otros fueron más neutrales. Sin embargo, eso no le preocupó mucho.

«Es un placer conocerte, Cece. Nos vemos la próxima vez», dijo Patti con una sonrisa genuina.

Eso conmovió a Celia. Después de despedirse de ella, regresó al departamento de diseño con el vestido negro que requería arreglos, y descubrió que la mayoría de sus compañeros de trabajo se habían ido. Cuando miró el reloj en su celular, se dio cuenta de que ya era hora de almorzar.

Antes de ir al comedor, tenía que guardar bien el vestido, por lo que le pidió una bolsa a la recepcionista. Una vez que regresó a su puesto con esta, se sorprendió al ver una lonchera sobre su escritorio.

Acercándose, metió el vestido en la bolsa y luego lo dejó sobre el escritorio.

Entonces empezó a sentir curiosidad por saber quién le había llevado eso.

¿Quién lo había puesto allí? ¿Esa lonchera era para ella o algún compañero de trabajo la había dejado allí por un momento y había olvidado llevársela?

Varios de sus compañeros estaban todavía allí. Cuando procedía a consultarles al respecto, Derek salió de su oficina, y con una brillante sonrisa, se le acercó.

“Cece, ¿Dónde estuviste esta mañana? No estabas en tu puesto».

En pocas palabras, ella le explicó brevemente que había estado eligiendo atuendos para Brea.

Hubo una pizca de alivio en la sonrisa del hombre cuando asintió.

“Tu mejora es asombrosa. Como le agradas tanto a Brea, estoy seguro de que tu futuro será brillante».

De pronto señaló la lonchera sobre el escritorio.

“Estaba planeando invitarte a almorzar en el comedor, pero no pude encontrarte a la hora del almuerzo. No sabía dónde estabas ni si habías comido, así que te traje un poco de tu comida favorita. Espero que no haya problema».

«¿Por qué lo habría? He estado ocupada toda la mañana, así que estoy hambrienta y sedienta. De hecho, estaba planeando ir al comedor a almorzar. Este es un buen y oportuno gesto. Muchas gracias».

Ella nunca pensó que Derek sería tan considerado, pero ese simple gesto la conmovió.

Ella apreciaba lo amable que él era con ella.

Sin embargo, estaba bastante avergonzada de aceptar su generosidad, ya que no había hecho nada por él ni por la empresa, entonces agregó a regañadientes: «Oye, no estás obligado a cuidarme. Apenas soy nueva aquí, y soy yo quien tiene que ser útil. Me sentiré incómoda si sigues tratándome con tanta amabilidad siempre».

Derek levantó la mano de repente, «Asistimos a la misma universidad y ahora estamos trabajando para la misma empresa. Esa es una fortuna que pocas personas tienen, y hay que agradecerla y disfrutarla. No pienses demasiado».

Dicho eso, miró a Celia con ojos tiernos. Y es que frente a él estaba la chica que adoraba apasionadamente.

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