La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Capítulo 169

Capítulo 169:

Los ojos de Eileen estaban rojos de ira, pero dado que estaba siendo detenida por Celia, no pudo desahogar su odio, y lo único que pudo hacer fue gritarle: «¡Me arruinaste la vida! Nunca te dejaré en paz».

Celia la miró con indiferencia.

«La única que arruinó todo fuiste tú misma. Tus celos fueron los que te llevaron a eso».

Entonces le soltó la muñeca porque no quería perder el tiempo con una persona así.

Además, Eileen también fue estilista de Brea, y no era apropiado que ella le hiciera algo más. Sin mencionar que también creía en la capacidad de Brea para manejar bien este asunto.

Apenas ella la soltó, Eileen miró a Brea. No obstante, cuando vio el disgusto en sus ojos, sintió como si hubiera despertado de golpe; ella sabía que esta vez estaba perdida.

Cayendo débilmente al suelo, se abrazó a sí misma y lloró como nunca.

Sin embargo, nadie se acercó a consolarla. Incluso Patti, quien tenía el temperamento más gentil, la ignoró.

Cuanto más pensaba Eileen en ello, peor se ponía, y miró a Celia con los ojos llenos de resentimiento. Aunque en realidad no podía hacer nada, ya había picado a Celia en pedazos en su interior.

En ese momento, Brea les dijo a todos: «Muy bien, sigamos. No dejen que personas como Eileen afecten mi progreso en la grabación ni el estado de ánimo de todos».

Luego se giró hacia Kelley y le dijo: «Sácala de aquí lo antes posible y hazle seguimiento».

Entonces miró a Eileen y dijo incuestionablemente: «Transfiéreme el pago del vestido a mi cuenta dentro de tres días».

Eileen había estado trabajando para ella durante muchos años, de modo que ya debía conocer su temperamento.

Si ella no le transfería a tiempo, esa mujer nunca dejaría pasar ese asunto.

Ella todavía estaba llorando cuando se la llevaron. De pronto el lugar volvió a la paz.

Mirando el vestido arruinado, Brea suspiró.

“Este ya no se puede usar. Oh, pero Cece también eligió un vestido de cola de pez de color plateado; me lo probaré».

«Bien, ve al probador y póntelo para ver cómo te queda. En cuanto a este, puedo modificarlo. Voy a ver si todavía puedes usarlo. Después de todo, es muy caro», dijo Celia, pues ya fuese que se tratara de ropa o comida, ella no quería desperdiciar nada.

Mirándola con sorpresa, Brea dijo: «¿En serio podría ese vestido seguir siendo útil incluso en tales condiciones? Bueno, Cece, eres muy inteligente, y yo creo en ti».

Celia se sonrojó ante esos cumplidos, y luego dijo tímidamente: «No es nada; haré lo mejor que pueda. Tú ve y pruébate el otro».

Tras un asentimiento, Brea agarró el vestido de cola de pez y se fue al probador.

Por su parte, Celia extendió el vestido negro arruinado sobre la mesa, y comenzó a modificarlo con las tijeras de Eileen.

Todos se reunieron y vieron cómo ella cortaba audazmente el vestido por el agujero y también el dobladillo en un patrón irregular.

Era tan hábil que el resultado era muy prolijo, e impactados, no pudieron evitar alabar a Celia.

«Aparte de otras cosas, su habilidad para cortar es muy buena».

«Un colega en el departamento de diseño dijo que Kiley había encontrado fallas en su trabajo, así que pensé que no era buena, pero ahora puedo decir que me equivoqué».

Todos terminaron reconociendo las habilidades profesionales de Celia.

Entonces alguien exclamó: «¡Miren! El vestido parece más se&y ahora que ella lo modificó».

«Sí. Y el dobladillo irregular hace que se vea misterioso. De hecho complementa el color».

«Es increíble, pero esta versión modificada es más bonita que la original, aunque aún conserva la parte más llamativa. Ella mantuvo los mejor del vestido y reemplazó la parte menos ideal con algo ligeramente mejor».

Mientras todos discutían, Brea se acercó ya usando el vestido plateado.

«Oigan, ¿Qué miran? ¿Por qué se ven tan emocionados?».

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